El ambiente se espesa cada día más en el lugar donde asesino despacito y minuciosamente mis horas, mis días. En el lugar donde trabajo.
Se espesa, se agria, se cuaja de cuchillas afiladas y de ambientes malsanos.
Habría que demoler las cosas, remover los cimientos podridos. Pasar a la clandestinidad y abrir todas las ventanas. Dejar pasar la luz, que todos los murciélagos escapen y oculten el cielo un momento y no vuelvan.
No puedes imaginarte A QUE GRADO te comprendo.....
ResponderEliminarLo que usted plantea, se llama REVOLUCIÓN...
ResponderEliminarA veces, es que no queda más remedio...
Por otro lado, también puede ser la primavera, que nos deja un poquito bajos...
De cualquier manera, ¡ánimo!, señor Naranjo...
Revolución o pataleo, no sé...
ResponderEliminarPero no, la primavera hace su labor de zapa por otro lado.
:)