miércoles, 17 de enero de 2007

testigo mudo


6 comentarios:

  1. Anónimo14:17

    Me gustan estas ventanas que nos pone usted...

    ResponderEliminar
  2. Anónimo20:44

    Locuaz camarada el suyo Don F,

    ¡a fé mía!

    ResponderEliminar
  3. Locuaz, en efecto...

    (Hará más ventanas, Mariajo. Despacito.)

    ResponderEliminar
  4. Mi osito Miguel mola más ;)

    ResponderEliminar
  5. ¡Eso no me lo dice usted en la calle!

    Ejem...

    ResponderEliminar
  6. Anónimo07:04

    hablando de peluches, aprovecho para transcribirle un intenso e inquietante microrrelato que ha enviado el gran Norberto Luis Romero a los amigos de Estudio en Escarlata:

    La anciana

    La anciana vivía sola, rodeada de muñecos de peluche porque no había podido tener hijos.

    Una mañana, rompió aguas.


    Norberto Luis Romero, 2007

    ResponderEliminar