anoche

Qué les voy a contar que no hayan leído por ahí: los chicos sonaron como un cañonazo, fueron dos horas (poquito más) intensas y remataron la faena con una versión de I wanna be your dog que sonó oscura y grasienta, como debe ser.

Hizo buen tiempo, nadie me tiró la cerveza encima, di unos cuantos botes (y no sólo para intentar ver algo, que es lo que tenemos los bajitos...) y, después, sentado con gente de bien en una terraza y comiendo para recuperar fuerzas, una instructiva charla sobre algunas de las tripas del cine español...

Una buena noche.