Las noches son de puro cristal: heladas y negras y crujientes.
Y la luna es una sonrisa afilada un poquito por debajo de Orión...
Y da gusto entrar en el tren y hojear el Locus tranquilamente, calentito. (Hablan muy bien del último Stephen Baxter, una colección de relatos que ya tengo anotada en la agenda, para cuando salga en bolsillo...)
Hoy ya sí parece que hace frío y el color del cielo acompaña...¿no apetecía ya un poquitín de frío?
ResponderEliminarYo, por si acaso, me voy a Fuerteventura...
Besitos
Hombre, apetecer...
ResponderEliminarConste que yo soy como el padre de Calvin: el tarado de la familia al que le encantan los días de frío y eso... pero es que ha caído tan de repente el hielo que todavía no se me ha pasado el susto...
(Ah, y buen viaje, señorita.)