Después de varios días de sol inclemente y manga corta, da gusto renunciar al paraguas y pasear con las manos en los bolsillos, respirando despacio, sintiendo en el rostro las gotas de una lluvia dispersa, desordenada y blanda. Huele la mañana a fresco, a tierra húmeda.
¿Qué más se puede pedir?
Buenos días...
¿Qué más se puede pedir?
Buenos días...
Buenos días!
ResponderEliminarBuenas noches...
ResponderEliminar;)