(Una canción para el fin de semana.)
miércoles, 30 de abril de 2008
dickens
Me parece, ya digo.
Y, a propósito de Dickens: Casa desolada. No lo he leído, pero sí recuerdo una vieja serie inglesa que vi hace muchos, muchos años, deslumbrante, apasionante.
(Por lo demás, y en otro orden de cosas, el sol engaña un poco, como ayer. No se descuiden.)
entrevista
last trip
Albert Hofmann, descubridor del LSD, murió ayer (29 de abril). Tenía 102 años.
¿Quién lo hubiera dicho, verdad?
martes, 29 de abril de 2008
lunes, 28 de abril de 2008
es la proporción...
O algo así.
Ni que decir tiene que con Franco se vivía mejor.
28
Hoy se puede comprar (desde hace ya días) la primera entrega de la recuperación que de Valentina hace Norma.
Hoy se pueden comprar, mirar, disfrutar otras cosas, unas cuantas. Y se puede pasear, no sé si se han fijado: está nublado y corre una brisa fresca por la calle.
Hoy es lunes y el mes llega a sus últimos días...
rigores
domingo, 27 de abril de 2008
algún cambio
Resignado a no poder ya poner orden en nada, he seleccionado algunos espacios que, esos sí, llevaba tiempo queriendo añadir: ahí los tienen, en la sección de Delicatessen. Son, todos, de visita obligada. Todos, por una u otra razón, hacen que esto de asomarse a la Red merezca la pena. Yo me atrevo a recomendarles dos o tres (o seis), de variados palos, para que se hagan una idea... Fogonazos, por ejemplo, se publica bajo el epígrafe de "asombros diarios", y es una descripción ajustada. Otomano, por su parte, es también afín al perpetuo asombro. Blue tea y The Ephemerist rastrean la belleza en lugares inesperados, y Bibliodissey la encuentra en libros sorprendentes y seductores. Bunnylicious, amén de ser un espacio disparatado e hipnótico, supone un completo catálogo de creadores.
Un puñado de lugares que les harán más gratas las horas que pasen delante de la pantalla del ordenador, entre obligación y obligación.
Por lo demás, bien, gracias.
esto mola
Pero mola, no me digan que no... Aunque uno se quede un poco interruptus...
de mayos y un retorno...
Nosotros, los afrancesados... en fin, qué les voy a contar. A mí es que todo esto me da tanta pereza, me aburre tanto... (Y estoy con Escolar, que lo explica bien.)
Por fortuna, no todo se va en cenagales esta mañana. Acabo de descubrir que ha regresado un amigo, y lo hace adornado con una fotografía impagable que le robo sin asomo de vergüenza y les dejo aquí al lado, que me ha hecho mucha gracia.
Ahora, si me disculpan... Tengo que salir a por los periódicos, a comprar el pan.
Hace solecito. Buenos días.
sábado, 26 de abril de 2008
contactos
Ya les dije: la gente de El Jueves recupera, en su colección ExtraGold (o como se llame), una selección del Contactos de Mariel y Andreu Martín, la serie en la que nació la Mamen que hoy protagoniza las páginas de la dibujante. Y reencontrarse con los personajes supone una experiencia extraña: por el reconocimiento (muchos de los episodios recuerdo haberlos leído), por el redescubrimiento (pasma comprobar la capacidad, ya entonces, de Mariel como historietista y como dibujante, y regocija saborear los diálogos de un Andreu Martín chispeante). Y por el paso del tiempo.
Porque cuesta reconocer esos primeros años 80, porque es todo tan hippy, porque la burla amable y cariñosa de lo progre es tan... tan cariñosa, ya digo: tan de cerca. Y porque cuesta darse cuenta de que uno, entonces, ya estaba sobre el mundo, leyendo.
Hace ya... ¿un cuarto de siglo? Agh...
viernes, 25 de abril de 2008
jueves, 24 de abril de 2008
mirando para otro lado
(Y hablo de las abstenciones... en especial, la del PP.)
seguimos leyendo...
Les cuento. Primero, David B y su Jardín armado. ¿Qué les puedo contar? Que la edición es una belleza: ¡qué bien huele! Pero no sé explicarles por qué el trabajo de este hombre, en especial cuando aborda estas maneras míticas, oníricas, fabulosas, por qué su trabajo resulta tan hipnótico, tan emocionante, tan deslumbrante. No les sé explicar por qué la conjunción de imagen y texto funciona como funciona, cuando en cualquier otro cojearía de uno y otro lado. No sé decirles por qué sus libros (y este en especial) son tan llenos de poesía y de fuerza expresiva, ni por qué es tan difícil explicar los porqués. Sí puedo decirles, ya ven, que los cronistas que fueron recopilando, inventando o falsificando Las 1001 Noches perdieron, sin David B, a un fabulista de peso. Y que también lo perdieron los evangelistas, y quienes escribieran el Corán, el Mahâbhârata y demás libros sagrados. Porque el potencial creador de David B, su fuerza y su voz tienen sus raíces ahí, en el universo mágico de quienes fabularon el mundo.
Y, hablando de fábulas y cosmogonías, Sfar es único a la hora de urdir unas y relativizar otras (o viceversa, qué más da). Y, con el excelente apoyo de un Gibert soberbio en su aparente (engañosa) pulcritud, en Las olivas negras se emplea a fondo en la tarea de contextualizar e ironizar en torno al judaísmo en una suerte de apropiación jocosa de escenarios que creíamos conocer por La vida de Brian o, más recientemente, por la teleserie Roma. Diálogos, escenarios y personajes notables para una curiosa comedia histórica de situación que se lee con regocijo y resulta, cada pocas páginas, más que brillante.
Pero hablábamos de humor... y poca gente lo cultiva hoy y aquí como Manel Fontdevila, que entrega un nuevo libro de La Parejita, su título emblemático. A estas alturas, qué voy a decir de él y su obra que no se haya dicho ya en cien sitios, empezando por aquí mismo... Los protagonistas han madurado (o eso nos quieren hacer creer...) y llega la hora del embarazo, del niño. Y jamás he visto a nadie dibujar a un bebé tan de verdad, ni he leído nunca un puñado de anécdotas tan hilarantes y tan tristemente (o no) pegadas a la pura realidad. Manel era ya grande, lo ha sido desde hace mucho... pero estas páginas lo confirman como uno de los historietistas más sólidos y honestos que hemos tenido nunca. (Y, además, dan para reír hasta que se resientan las costillas...)
Por último, he podido leer la segunda entrega del 36-39. Malos tiempos, de Carlos Giménez. Su particular ajuste de cuentas con la Guerra Civil. Y, a mi entender, su obra definitiva. En este segundo libro hay una línea narrativa más fluída y más unitaria. Y hay también un último capítulo (cada libro tiene varios, casi todos cortitos y con protagonistas diferentes), Sito, que hiela la sangre y confirma que el Giménez soberbio en las imágenes, el más poderoso, el que nos deja con un nudo en la garganta después de la última viñeta, no ha perdido ni un poquito de su fuerza.
Le achacan maniqueísmo, le reprochan tomar partido. Le acusan de sentimentalismo, incluso. Yo les puedo decir que, de su mucha obra, este Malos tiempos es quizá, tras la ironía amarga de Cuentos de un futuro imperfecto, tras la rabia de Koolau el leproso, tras la negra tristeza de Paracuellos y la melancolía de Barrio, lo mejor que Carlos Giménez ha entregado nunca a la imprenta. Y hacerlo hoy demuestra una valentía (sí, lo sé, pero me reafirmo: valentía) nada desdeñable.
cosas que no entiendo
Y el resultado es que los precios del arroz suben.
Y luego están los miles, muchos miles, de consumidores de arroz del tercer mundo... que son los que ya querrían poder comprar de una vez 40 kilos de arroz... pero que sí sufren esos aumentos de precio. Provocados, al menos en parte, por el pánico inducido por el "racionamiento".
Y, en alguna parte, la cosa no funciona... ¿O no?
she´s back
colección sushi
hisopos
(Por no hablar de que a ver qué tienen qué decir los religiosos en decisiones médicas...)
de repente
Que no. Y me dirán que las cosas no son así... pero me voy cansando. Y leer que Rajoy fue, durante la pasada legislatura, ejemplo de sentido común y de sentido de Estado, y que Esperanza ha puesto a Madrid en el mundo... y leer que la Chacón no ha tenido en cuenta los derechos de su no nacido aún a la hora de viajar a Afganistán y que si no habría otra ministrable no embarazada más a mano... pues que colma el vaso.
El señor Espada sigue escribiendo como poca gente, pero sus textos me resultan cada día más y más indigestos. No puedo.
Sorry... (o no, qué demonio: que es mi casa).
Y buenas noches, en fin...
miércoles, 23 de abril de 2008
books
Y, como ya imaginarán, yo les voy a recomendar desde aquí algunos títulos, algunos autores. De tebeos. De los que da gusto leer, de los que luego se quedan a vivir dentro de uno.
A ver, yo les diría que, por supuesto, Arrugas (Paco Roca en Astiberri). Y María y yo, claro (de Gallardo, también en Astiberri). Y ya tienen en sus librerías de guardia una recuperación (ya hablaremos) del Valentina de Guido Crepax, y la segunda entrega del Malos tiempos de Carlos Giménez. Y, si se entretienen un poquito, si rebuscan en esas mismas librerías, deténganse en la S de Sfar, en la G de Gipi, en la D de David B. Y busquen, también, los libros de Luis Durán; todos ellos (que no son pocos, por cierto). Y busquen a Jali, a Calo, a David Rubín. Vuelvan a Hugo Pratt y al gran Moebius.
Y no se olviden, por supuesto (y sé que, si me leen de cuando en cuando, no lo harán) de Schulz y Charlie Brown, Linus, Snoopy... No se vayan a olvidar de La Gran Calabaza. (Ni, ya que estamos, vayan a echar en el olvido, un día como hoy, a Calvin ni a Hobbes.)
Buenos días.
martes, 22 de abril de 2008
lunes, 21 de abril de 2008
me pregunto
Ya tuve mis dudas en tiempo electoral... pese a que me repugnaba su actitud inmediatamente anterior. Pero... ¿de qué estamos ahora hablando?
No sé... igual no todo es justificable cuando se trata de criticar a quien manda... aunque mande con el respaldo de tanta gente...
subasta
domingo, 20 de abril de 2008
green porno
Así se titula una serie de cortos dirigidos y protagonizados por Isabella. Cortos sobre la vida sexual de los insectos. (Ella, por cierto, interpreta al macho.)
Lean algo al respecto en esta breve entrevista de Deborah Solomon.
monstruos
En Daily Monster los hay en abundancia. Merece la pena entretenerse un ratito...
Y, ya que hablamos de monstruos... ¿han echado un ojo al blog de Dan Piraro, creador de Bizarro?
Por último, aquí tienen un blog que muestra fotografías del Japón de los años finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Una belleza.
dominguero
No todo iba a salir torcido. Al final, y pese al madrugón lluvioso, tarde casera de leer el periódico y escuchar algo de música (ahora mismo, Ronroneando, de Sr.Chinarro), de curiosear un poco por la red (que debe estar todo el mundo en Barcelona, o de vuelta del Saló... a ver qué se cuentan mañana), de leer despacito. (Bueno, y de doblar calcetines. Algo más de media docena. Negros. Y no, no son todos iguales, pese a lo que se pueda pensar... pero tampoco es grave si se desparejan, no saquemos las cosas de sus quicios..)
Además, ha salido el sol.
sábado, 19 de abril de 2008
humores
Hay días, en cambio, en los que la lluvia lo que a uno le provoca es, directamente, una mala hostia de cuidado.
Bof...
me cuentan...
Que Pau (Escápula) Rodríguez ha publicado un manual para dibujar coches (así, como suena), en Francia, Bélgica, Suiza y Québec. Pinchen ustedes en la imagen para saber más.
los premios
Premios del Saló.
Mejor tebeo extranjero: S., de Gipi (sins entido)
Mejor tebeo español: Arrugas, de Paco Roca (Astiberri)
Mejor dibujo: Jazz Maynard, de Raúle y Roger Ibáñez (Diábolo)
Mejor guión: Arrugas, de Paco Roca (Astiberri)
Autor revelación: Carlös
Mejor fanzine: Fanzine Enfermo
Mejor revista: El Manglar
Mejor labor de divulgación: Manuel Darias
Gran premio del Salón: Pasqual Ferry
Premios por votación popular:
Mejor tebeo extranjero: S., de Gipi (sins entido)
Mejor tebeo español: Guerreros urbanos:tormenta de ostias, de Pere Pérez (Dolmen)
Mejor dibujo: El evangelio de Judas, de Alberto Vázquez (Astiberri)
Mejor guión: Un hombre feliz, de Antonio Seijas (Ponent)
Autor revelación: Pere Pérez
Mejor fanzine: Ojo de Pez
Mejor revista: Retranca
Mejor labor de divulgación: Yexus
viernes, 18 de abril de 2008
gatos y kimonos
En principio, estarán conmigo, una combinación sin igual: kimonos y gatos. Y libros, papel blanco, tinta negra, espesa.
Nancy Peña publicó ya con Dibbuks El gabinete chino, que me gustó mucho. Y publicó dos entregas de La cofradía del mar, más tradicional en sus códigos, que me gustó menos. Ahora, con El gato del kimono ha acertado de pleno, me parece. Un libro sorprendente, que va desvelando con cada capítulo nuevas piezas del rompecabezas. Un libro regido por lo onírico y que mezcla a Holmes y Watson con Alicia y su otro lado del espejo. Un libro en el que lo fabuloso desarbola cualquier asomo de linealidad, y cuyo motor es la sensualidad: la mirada sensual de la autora, el tacto sensual de la seda del kimono, la sensual presencia de un gato que va y viene, la ensoñación sensual del marinero enamorado, la sensualidad del papel, del olor a tinta, del trazo de la autora y su gusto por los contrastes de blanco y negro.
Es un libro pequeño, breve, que se lee con gusto. Un libro para disfrutar despacio. Un libro para hojear y dejarse llevar. (Y la edición de Dibbuks, impecable.)
por la ventana, hoy
nublo
O, quién sabe...
Mientras tanto, dejarse llevar despacio. Pasear, mirar el cielo vestido de gris, dejar que el viento te empuje cuesta abajo.
Mirar el vuelo lento, lento de los dirigibles...
jueves, 17 de abril de 2008
lecturas para ya
No digo más. (Bueno, sí: que llueve.)
tren de noticias
Y luego, despliegue en los medios para hablar del Saló. (Que igual va a ser verdad que las cosas están cambiando...)
(Y, hablando de despliegues... el señor Zafón.)
piedras
Que luego dicen de los olímpicos y China y demás... pero, mientras que cada incidente racista, fascista, violento y etcétera es calificado por sistema de una mera incidencia aislada, estamos vendidos... y además se insiste en plantear que, bueno, lo deportivo, los deportistas (esos mismos que se suben a la Cibeles luciendo bufandas de los Ultrasur...) son modelos para los chavales... qué les voy a contar: estamos en manos de tarugos.
miércoles, 16 de abril de 2008
capa y espada... casi
He leído de un tirón La revolución de los pinceles, una propuesta refrescante que recoge las buenas maneras de eso que algunos llaman nouvelle BD (o así) y las utilizan para armar una curiosa ucronía en la que lo que importa más es el vigor de la narración y el buen pulso para definir personajes. Lo he leído del tirón y con una permanente sonrisa en los labios al comprobar, además, que un grafismo en apariencia confuso se demuestra eficaz y hasta evocador, con un punto de Blain y otro poquito del Max de los primeros 80 en la trastienda. En muy pocas páginas, a uno le cuesta trabajo imaginar el libro sin las imágenes de Pere Mejan.
No hay mucho más que se deba decir, creo. La edición de Dolmen es ajustada, con su tapa dura y un papel mate que le va como anillo al dedo. Uno echa de menos libros como este: de los de leer de un tirón y que dejen hambre de más. (Porque habrá más, ¿verdad, señores Busquet y Mejan?)
viejas glorias...
agua
Yo es que tampoco entiendo mucho de nada, no se crean, pero vengo notando, y escuchando, un jaleo como de gallinero revuelto a costa de un agua que unos no quieren soltar y otros necesitan (o no, qué sé yo). Este agua es mía, este río es mío. Que si humillaciones y desprecios. Que si mareos semánticos: trasvase, minitrasvase, préstamo...
Y es que no lo entiendo.
Pero, a ver... ¿el agua no es de todos? ¿Tan difícil es buscarse un sistema de reparto que sea razonable? (Y hablo de agua, pero no para regar campos de golf o urbanizaciones fantasmales. Hablo de agua, de abrir el grifo y que corra el agua, de beber agua fresca cuando se tiene sed, de ducharse por la mañana, antes del café, antes de pelearse con el nuevo día.)
No sé... tiene uno una sensación permanente como de patio de colegio, chavales sucios de rodillas llenas de costras: dibujado todo por Carlos Giménez, no sé si me siguen.
(Claro que, si escucha uno, ahí fuera, al padrino Berlusconi... es mucho peor.)
de noche
Tengo sueño. Bostezo. Los cacharros de la cena están ya fregados, escurriendo.
Los cactus, ya recordarán, siguen ahí. Vivos. Alegrando mis ventanas.
Y yo estoy tan cansado hoy...