domingo, 31 de octubre de 2004
halloween... y más
Una portada sugerente, desde mi punto de vista. Y un libro, también, satisfactorio. Porque tiene un guión elaborado y resuelto con gracia, en el que no faltan los momentos enigmáticos y los personajes con aire de tener un pasado misterioso y una lengua más venenosa que la serpiente coral. Porque toca temas y escenarios evocadores. Porque se lee en un suspiro, y en ningún momento se tiene claro hacia dónde lleva la narración.
Porque Durán domina ya sus armas, parece seguro de sí mismo y de su talento. Y sabe lo que quiere contar.
A pesar de que, con el color, no ha acertado. (Distrae... y desmerece. Trabaja contra ese dibujo roto, tan característico; dinamita el trazo.)
En mi opinión, el color debería ser plano. Si es que hiciera falta... (que tampoco: las historias de Luis Durán, me parece, lucen más en blanco y negro. Pero es una opinión, claro...)
Y si el papel hubiera sido mate... algo habría ganado el resultado, me parece...
Un álbum, en cualquier caso, que he disfrutado. Y mucho. A pesar de todo: no es decir poco.
(Ah, sí... Edita Astiberri. Que tira la casa por la ventana... Uno se pregunta qué va a pasar ahí en unos meses...)
******
Por la mañana, hoy, conversación bizarra. O así.
Ella nació en Puerto Rico, vivió un tiempo en los USA y trabaja ahora por acá, mientras intenta encontrar mejores sueldos o aprobar unas oposiciones fantasmales para restauradora. Morena, alta, desgarbada. Ojos verdes, pequeños. Un acento suave, suave, suave...
Y me cuenta que le encanta Calvin y Hobbes. (Miramos la sunday que trae hoy El País.) Y se descuelga, de repente, con que, en realidad (aquí viene el código: agárrense), el padre de Calvin es la Empresa (el syndicate, en este caso), y el propio Calvin viene a ser trasunto de Watterson. En lucha contra las presiones mercantilistas.
De fuera vendrán, señor Champolion...
******
Y, para no dejar ni El País ni a Durán... el chiste de hoy es, más bien, chirriante.
******
Para terminar, lecturas: Uzumaki; vaya, se deja leer. Queda una cierta intriga, pero nada que haga perder el sueño. Otra cosa es 20 Century Boys; un trabajo brillante que engancha a las pocas páginas. Lástima de reproducción, por cierto: ¿Cuándo aprenderán en Planeta a hacer las cosas bien? (Como si les importara lo más mínimo...)
García Márquez, brillante. Como casi siempre.
Empecé El buque fantasma, de Trapiello, esta mañana. De momento, se lee con gusto. Que no es poco.
sábado, 30 de octubre de 2004
otro viernes...
Esta mañana, breve incursión en librerías. Hay muchas novedades. Ojeadas así, al vuelo, me decido por un par de mangas: Uzumaki (Junji Ito) y 20 Century Boys (Naoki Urasawa). Por referencias, y porque tienen un aspecto más que presentable.
El primero es de terror, ese género un poco devaluado que, al menos en lo cinematográfico, la mirada oriental (japoneses y coreanos, principalmente) parece estar renovando. Y, en efecto, el tebeo contiene imágenes muy perturbadoras... Son seis entregas. Imagino que un día de estos escribiré algo al respecto...
El segundo es del creador de Monster, un thriller del que todo el mundo cuenta maravillas, pero que yo no he leído. Si uno curiosea en las páginas del libro, descubre que no es desagradable a la vista. Si se le suman los citados antecedentes... qué menos que darle una oportunidad.
Además, he encontrado (y comprado) el Kwaidan de Siruela, del que hablaba en un post no hace mucho...
Buenas lecturas.
Orientales.
Cosas que pasan...
El primero es de terror, ese género un poco devaluado que, al menos en lo cinematográfico, la mirada oriental (japoneses y coreanos, principalmente) parece estar renovando. Y, en efecto, el tebeo contiene imágenes muy perturbadoras... Son seis entregas. Imagino que un día de estos escribiré algo al respecto...
El segundo es del creador de Monster, un thriller del que todo el mundo cuenta maravillas, pero que yo no he leído. Si uno curiosea en las páginas del libro, descubre que no es desagradable a la vista. Si se le suman los citados antecedentes... qué menos que darle una oportunidad.
Además, he encontrado (y comprado) el Kwaidan de Siruela, del que hablaba en un post no hace mucho...
Buenas lecturas.
Orientales.
Cosas que pasan...
jueves, 28 de octubre de 2004
Terminé, esta misma mañana, de leer el libro de Lorenzo. (Una portada rigurosamente espantosa que, estarán conmigo, no resulta cómodo exhibir en el metro...)
Es un trabajo notable, escrito con soltura y estructurado con inteligencia. Cuenta más cosas de las que uno quisiera saber, y lo hace con buen pulso y, sobre todo (dato fundamental), con ironía: no hay párrafo que no vaya acompañado de una sonrisa cómplice.
(El prólogo, por cierto, quiere ser, también, cómplice... pero se pierde en consideraciones más bien ajenas al lector potencial: el contemporáneo, el actual, el que no sabe qué es eso de Vértice...)
Un libro, en fin, muy aconsejable. A pesar, sí, de la maqueta. (La culpa no es del autor... Doy fe de ello.)
******
Y, a la vuelta, en el metro también, Memoria de mis putas tristes. Lo nuevo de García Márquez. En un puñado de páginas, ha conseguido reconciliarme (una vez más) con él.
Como cada uno de sus libros.
Esa prosa rica, barroca, efervescente, evocadora... tan personal, tan única. Tan expresiva.
García Márquez utiliza las palabras como Van Gogh usaba los colores. (No sé si me explico.)
Imagino que mañana lo terminaré: son apenas cien páginas de letra grande y lectura cómoda.
******
Hasta el martes no hay clase de inglés.
Queda, eso sí, otro madrugón antes: el domingo.
Las temperaturas bajan. Hoy, el cielo ha estado de color acero, a ratos.
Ha llovido, también.
miércoles, 27 de octubre de 2004
más lluvia...
Se termina ya octubre, claro.
Y llueve.
******
Resulta curioso hasta qué punto las elecciones estadounidenses se han transformado en un espectáculo en sí mismas, independientemente de sus previsibles consecuencias políticas.
Quiero decir... el chorreo de programas televisivos, las cortinillas del canal+, la transmisión en directo de los debates de allá, aunque sea a esas horas infames (para nosotros)...
(Un poco menos curioso que esa corrida de toros celebrada en China. Espectáculo bizarro de este pasado fin de semana.)
******
Estoy leyendo el libro de Marvel en el cine de Lorenzo Díaz. Se lee rápido y bien.
Y llueve.
******
Resulta curioso hasta qué punto las elecciones estadounidenses se han transformado en un espectáculo en sí mismas, independientemente de sus previsibles consecuencias políticas.
Quiero decir... el chorreo de programas televisivos, las cortinillas del canal+, la transmisión en directo de los debates de allá, aunque sea a esas horas infames (para nosotros)...
(Un poco menos curioso que esa corrida de toros celebrada en China. Espectáculo bizarro de este pasado fin de semana.)
******
Estoy leyendo el libro de Marvel en el cine de Lorenzo Díaz. Se lee rápido y bien.
día fantabuloso...
Al final, a pesar del sueño, me acosté tarde. Resultado: querer morirme cuando el despertador ha sonado esta mañana. Ducha, afeitarse, desayuno, rellenar la mochila con la intendencia del día... y desfilar para el metro. Una vez dentro del vagón... ¡sorpresa! La camiseta de andar por casa. La más mugrienta.
Que viene a ser como salir a la calle en pijama.
Magnífico.
¿Más? Reseñable, apenas nada. Sí, en clase bien: cuatro jovencitas, la profesora y yo, ¿puedo quejarme? Yo creo que no... Después, breve incursión literaria. Tengo en mi poder una cosa de Joyce Carol Oates. (No, no pregunten. El primer amor. Un cuento gótico. Con ese subtítulo, no pude resistirme...) La edición de bolsillo, de Quinteto, es muy barata... y muy mala: papel transparente; las ilustraciones (sí, tiene ilustraciones... No pregunten, insisto), quemadas.
(Juro que hay gente con criterio que me ha recomendado a esta mujer... y me pica la curiosidad de un tiempo a esta parte. Ya contaré por acá...)
Tras el trabajo, reunión, ya dije anoche. Convenio colectivo, problemas de negociación... Complicado tema. Complicada situación. Y momento decisivo, también: como decían en los mapas antiguos, más allá hay dragones... (o algo por el estilo).
Y uno llega a casa un poco roto...
Que viene a ser como salir a la calle en pijama.
Magnífico.
¿Más? Reseñable, apenas nada. Sí, en clase bien: cuatro jovencitas, la profesora y yo, ¿puedo quejarme? Yo creo que no... Después, breve incursión literaria. Tengo en mi poder una cosa de Joyce Carol Oates. (No, no pregunten. El primer amor. Un cuento gótico. Con ese subtítulo, no pude resistirme...) La edición de bolsillo, de Quinteto, es muy barata... y muy mala: papel transparente; las ilustraciones (sí, tiene ilustraciones... No pregunten, insisto), quemadas.
(Juro que hay gente con criterio que me ha recomendado a esta mujer... y me pica la curiosidad de un tiempo a esta parte. Ya contaré por acá...)
Tras el trabajo, reunión, ya dije anoche. Convenio colectivo, problemas de negociación... Complicado tema. Complicada situación. Y momento decisivo, también: como decían en los mapas antiguos, más allá hay dragones... (o algo por el estilo).
Y uno llega a casa un poco roto...
martes, 26 de octubre de 2004
buenas noches...
Se terminó el lunes.
La mañana, inesperada: pensaba visitar a una amiga, pero se le inundó la cocina el domingo. Daños colaterales de una obra (fontanería, sí; entre otras cosas) que la han tenido empantanada todo el verano.
Me he quedado en casa a mirar llover y he escrito, aquí, algunas cosas...
Después, la comida y la charla, los próximos libros, Retorno a Brideshead (¡en DVD!), un par de copas... Lunes, en fin.
Mañana será un martes largo: clase de inglés, trabajo, reunión sindical... a saber a qué hora llego a cenar... y con qué cuerpo, claro.
(El amigo Ángel me ha pasado, por cierto, El buque fantasma, de Trapiello. No tardaré en hincarle el diente...)
La mañana, inesperada: pensaba visitar a una amiga, pero se le inundó la cocina el domingo. Daños colaterales de una obra (fontanería, sí; entre otras cosas) que la han tenido empantanada todo el verano.
Me he quedado en casa a mirar llover y he escrito, aquí, algunas cosas...
Después, la comida y la charla, los próximos libros, Retorno a Brideshead (¡en DVD!), un par de copas... Lunes, en fin.
Mañana será un martes largo: clase de inglés, trabajo, reunión sindical... a saber a qué hora llego a cenar... y con qué cuerpo, claro.
(El amigo Ángel me ha pasado, por cierto, El buque fantasma, de Trapiello. No tardaré en hincarle el diente...)
lunes, 25 de octubre de 2004
un mes...
Segundo post del día.
Mirando fechas, y un poco a la aventura, diría que he cumplido ya un mes en el aire. No sé si a los que me leen les ha merecido la pena; a mí, sí.
******
Comentaría algunas cosas del periódico... pero es que se me agria el carácter. Mejor paso a otro tema.
Esta mañana me han llegado unas actualizaciones desde Windows Manor, de esas que tardan cuarenta minutos en instalarse. Y aún estoy asustado... Al reiniciar, todo iba más lento y tal.
No sé.
No, ahora va todo bien. Creo.
Veremos.
Yo es que, en temas informáticos, ando a la zaga, más bien, del Hombre de Pekín. Así que, en cuanto que algo no va como yo recordaba, la paranoia se me sube a la garganta y ya todo son preocupaciones...
Pero todo va bien. Calma.
Sí...
******
Textos entregados a tiempo (o así).
Ahora, a mover la lista de pendientes: siguiente en urgencia...
Por no hablar de lo otro, que... Bueno, mejor no. Cuando haya más tiempo, y cosas más sólidas.
******
¿He contado que Lorenzo Díaz y Carlos Puerta han editado su Pollack Street en Francia? En cuanto que tenga un ratito subiré la portada, y contaré qué tal... Adelanto ya la extraña sensación que produce leer a un amigo en otro idioma.
Amigo que, por cierto, tiene en el mercado (además del Sinpalabras sobre Moebius/Gir) un libro sobre tebeos y cine: Superhéroes Marvel. Del cómic a la pantalla. Editado por Alberto Santos para el Festival de Cine de Estepona.
******
Sigue lloviendo. Apenas hay una luz sucia, triste...
El otoño, vaya...
Mirando fechas, y un poco a la aventura, diría que he cumplido ya un mes en el aire. No sé si a los que me leen les ha merecido la pena; a mí, sí.
******
Comentaría algunas cosas del periódico... pero es que se me agria el carácter. Mejor paso a otro tema.
Esta mañana me han llegado unas actualizaciones desde Windows Manor, de esas que tardan cuarenta minutos en instalarse. Y aún estoy asustado... Al reiniciar, todo iba más lento y tal.
No sé.
No, ahora va todo bien. Creo.
Veremos.
Yo es que, en temas informáticos, ando a la zaga, más bien, del Hombre de Pekín. Así que, en cuanto que algo no va como yo recordaba, la paranoia se me sube a la garganta y ya todo son preocupaciones...
Pero todo va bien. Calma.
Sí...
******
Textos entregados a tiempo (o así).
Ahora, a mover la lista de pendientes: siguiente en urgencia...
Por no hablar de lo otro, que... Bueno, mejor no. Cuando haya más tiempo, y cosas más sólidas.
******
¿He contado que Lorenzo Díaz y Carlos Puerta han editado su Pollack Street en Francia? En cuanto que tenga un ratito subiré la portada, y contaré qué tal... Adelanto ya la extraña sensación que produce leer a un amigo en otro idioma.
Amigo que, por cierto, tiene en el mercado (además del Sinpalabras sobre Moebius/Gir) un libro sobre tebeos y cine: Superhéroes Marvel. Del cómic a la pantalla. Editado por Alberto Santos para el Festival de Cine de Estepona.
******
Sigue lloviendo. Apenas hay una luz sucia, triste...
El otoño, vaya...
más lluvia...
Desde la ventana se ve la acera mojada. Se escucha el ruido húmedo del tráfico. Es muy temprano, pero los lunes tiendo a despertar a deshoras...
******
Un puñado de ideas.
Leyendo a Trashorras me entero de que murió el gigante de La princesa prometida...
En los telediarios, ayer, las imágenes de un Japón destruído por enésima vez: raíles retorcidos, carreteras esparcidas, como si hubieran caído del cielo. Y la noticia de que un nuevo ciclón se acerca, toma impulso, reúne fuerzas.
En cosa de una semana, un país en el que tiene más importancia si el candidato reza o no que la política económica que proponga o su actitud ante el resto del mundo, votará. Tendrá que elegir entre un mal menor y el energúmeno que ahora les (y nos, ay) gobierna. (Y lo malo es que volverán a votar por Bush...)
Son cosas que hacen juego con lo que veo desde la ventana.
******
O, en otras palabras: qué temprano es.
Demasiado pronto para ponerse a escribir, me temo...
******
Un puñado de ideas.
Leyendo a Trashorras me entero de que murió el gigante de La princesa prometida...
En los telediarios, ayer, las imágenes de un Japón destruído por enésima vez: raíles retorcidos, carreteras esparcidas, como si hubieran caído del cielo. Y la noticia de que un nuevo ciclón se acerca, toma impulso, reúne fuerzas.
En cosa de una semana, un país en el que tiene más importancia si el candidato reza o no que la política económica que proponga o su actitud ante el resto del mundo, votará. Tendrá que elegir entre un mal menor y el energúmeno que ahora les (y nos, ay) gobierna. (Y lo malo es que volverán a votar por Bush...)
Son cosas que hacen juego con lo que veo desde la ventana.
******
O, en otras palabras: qué temprano es.
Demasiado pronto para ponerse a escribir, me temo...
domingo, 24 de octubre de 2004
Taniguchi.
Esta misma mañana he terminado de leer El olmo del Cáucaso y otras historias, quizá el libro de Ponent Mon del que nunca me desprendería.
Ya sé que es mucho decir, que el entusiasmo nos ciega, a menudo, las meninges, y decimos cosas de las que, con unos meses más, nos arrepentimos. Pero este no es el caso.
El libro recoge distintas adaptaciones de relatos firmados por Utsumi Ryuichiro, escritor del que, por desgracia, no se nos dice nada. Relatos serenos y muy bellos, que se centran en personajes poco atractivos, en general, para el lector medio de tebeos: jubilados, niños muy pequeños, padres divorciados... Relatos que hablan de situaciones cotidianas, de vidas que llegan a su última etapa, de errores que vuelven tras muchos años, de arrepentimientos, de miedos, de alegrías inesperadas. Paisajes emocionales muy íntimos, conmovedores.
Las adaptaciones corren a cargo de Taniguchi, y nunca le he visto tan elegante, tan atento al detalle, tan limpio. La línea, la expresividad de sus personajes, la composición... Narración demorada, minuciosa.
Manga, sí.
Tebeos, sí.
Historieta.
Cuando se dice por ahí de algún título que es ideal para interesar a lectores de fuera del mundillo, normalmente se usan unos baremos muy generosos. Ingenuos, incluso. Porque se está hablando de tebeos, a lo mejor, policiacos, o de ciencia ficción. O los protagonistas, con Pulitzer o sin él, son ratones y gatos y cerdos. O a lo mejor es un Batman madurito y muy violento. En cualquier caso, obras que llevan implícitos, en sí mismas, una serie de códigos imprescindibles para su comprensión, convenciones que todos hemos asumido hace mucho, pero que el público de fuera ni conoce, ni entiende.
En el caso de este libro de Taniguchi, la única convención está en el lenguaje mismo: viñetas, imágenes, bocadillos, textos de apoyo. Lo demás es, de verdad, para un público adulto que no necesita saber más de lo que se ve en la página impresa.
Un libro necesario, en suma. De lo mejor que he podido leer este año.
******
Al mismo tiempo, la misma editora ha distribuído La casa de enfrente, de Vanyda. Un trabajo, en mi opinión, muy inferior. Interesante, quizá... pero muy irregular. Con momentos bien resueltos que dan pistas sobre lo que su autora podría llegar a hacer en un futuro...
******
Por lo demás, más tebeos sin leer sobre la mesa.
Despacio. No hay que correr.
******
Lunes, mañana.
Vuelven, dicen, las lluvias. (Es más: empieza a llover ahora mismo, me dicen...)
fin de semana...
En Babelia, esta mañana, gran noticia: dos libros de Lafcadio Hearn en castellano. Kwaidan, en Siruela; El romance de la vía láctea, en Barataria. A ver si cobro y me pongo a buscarlos...
¿Quién es este hombre? Un griego raro que acabó siendo más japonés de lo que Mishima llegó a ser nunca. (Pero quizá exagero... un poquito.)
******
Más cosas. Por fin, se distribuye el nuevo Luis Durán. Lo acabo de leer. Hablaré de él en un par de días. Aún tengo que decidir si el color me ha gustado...
He leído, también, El olmo del Cáucaso. Una belleza. Merece post monográfico. No sé si mañana...
Ha salido Trama. Tiene un aire más sólido que el mes pasado. Más asentado, digamos.
******
¿Por qué la portada del disco de homenaje a Radio Futura es tan parecida (tan, tan parecida) a la del Blue lines de Massive Attack?
¿Quién es este hombre? Un griego raro que acabó siendo más japonés de lo que Mishima llegó a ser nunca. (Pero quizá exagero... un poquito.)
******
Más cosas. Por fin, se distribuye el nuevo Luis Durán. Lo acabo de leer. Hablaré de él en un par de días. Aún tengo que decidir si el color me ha gustado...
He leído, también, El olmo del Cáucaso. Una belleza. Merece post monográfico. No sé si mañana...
Ha salido Trama. Tiene un aire más sólido que el mes pasado. Más asentado, digamos.
******
¿Por qué la portada del disco de homenaje a Radio Futura es tan parecida (tan, tan parecida) a la del Blue lines de Massive Attack?
sábado, 23 de octubre de 2004
viernes noche...
Día completo, el de hoy.
De mañana, un repaso rápido al correo y terminar el texto que tenía pendiente. (Van quedando menos en la lista de espera...) Trabajo, con grandes noticias (grandes, pero no buenas... en fin...).
Una cerveza. En el metro, ese calor húmedo que hace tan agradable el viaje, con la camiseta pegada al cuerpo y ninguna gana de leer cómo termina La bestia debe morir.
Cenar una ensalada, un par de filetitos de lomo. Un bombón.
Matrix reloaded en la televisión: mucho ruido... poquitas nueces, me parece.
Además, he tenido tiempo de leer un par de capítulos de El olmo del Cáucaso.
La congestión no va a menos, aún. Todo se andará, supongo.
******
Hora de dormir.
De mañana, un repaso rápido al correo y terminar el texto que tenía pendiente. (Van quedando menos en la lista de espera...) Trabajo, con grandes noticias (grandes, pero no buenas... en fin...).
Una cerveza. En el metro, ese calor húmedo que hace tan agradable el viaje, con la camiseta pegada al cuerpo y ninguna gana de leer cómo termina La bestia debe morir.
Cenar una ensalada, un par de filetitos de lomo. Un bombón.
Matrix reloaded en la televisión: mucho ruido... poquitas nueces, me parece.
Además, he tenido tiempo de leer un par de capítulos de El olmo del Cáucaso.
La congestión no va a menos, aún. Todo se andará, supongo.
******
Hora de dormir.
jueves, 21 de octubre de 2004
¡VIRUS!
O algo.
Primer catarro de la temporada. Garganta de lija, nariz congestionada, pocas ganas de hacer nada. La noche está fresca. Por ahí tengo una aspirina, para meterme luego en la cama...
Por la mañana, a todo he ido llegando tarde, o casi: de estas veces en que llega uno al andén del metro y ve que el tren cierra las puertas y se pone en marcha. Peor: de estas veces que uno tiene que viajar en metro tres, cuatro veces... y en todas pasa lo mismo.
(Para compensar, he descubierto, a contraluz, que la profesora de inglés tiene un bigotito rubio encantador...)
No tengo mucha energía hoy. Hay que resolver otro texto, en cualquier caso. Para mañana, a más tardar.
El fin de semana volveré a escribir de tebeos aquí: Taniguchi, Lorenzo Díaz y Carlos Puerta, quién sabe qué más...
******
Banda sonora (bajita, bajita, que no son horas): Crash; The Primitives.
Primer catarro de la temporada. Garganta de lija, nariz congestionada, pocas ganas de hacer nada. La noche está fresca. Por ahí tengo una aspirina, para meterme luego en la cama...
Por la mañana, a todo he ido llegando tarde, o casi: de estas veces en que llega uno al andén del metro y ve que el tren cierra las puertas y se pone en marcha. Peor: de estas veces que uno tiene que viajar en metro tres, cuatro veces... y en todas pasa lo mismo.
(Para compensar, he descubierto, a contraluz, que la profesora de inglés tiene un bigotito rubio encantador...)
No tengo mucha energía hoy. Hay que resolver otro texto, en cualquier caso. Para mañana, a más tardar.
El fin de semana volveré a escribir de tebeos aquí: Taniguchi, Lorenzo Díaz y Carlos Puerta, quién sabe qué más...
******
Banda sonora (bajita, bajita, que no son horas): Crash; The Primitives.
miércoles, 20 de octubre de 2004
a deshoras...
De mañana, el cielo se pone de color apocalipsis. Rachas de lluvia que no dejan ver la acera de enfrente. De pronto, el sol ilumina de azul la calle. Luego, otra vez gris, ráfagas de viento húmedo...
Ahora mismo, desde la ventana, cuatro nubes blancas y un cielo recién lavado. En un rato, a saber...
******
La entrevista con Alex Niño es irregular, demasiado breve. Y tiene uno la sensación de que el dibujante miente. No de manera consciente: más bien prefiere recordar el lado bueno. (El lado soleado, diría un amigo...) Aún así, sorprenden un par de cosas: la tradición historietística que, parece, hay en Filipinas; la poca vergüenza de la DC, en su momento, cuando optaron por importar dibujantes filipinos para romper los precios que empezaban a exigir los norteamericanos.
Además, un listado agotador de nombres: Laxamana, Jodloman, Alcalá y cien más.
Y un texto sucinto sobre la historia del medio en Filipinas.
Todo muy bonito, con muchas ilustraciones...
Comic Book Artist, volumen 2, número 4.
******
Parece que he terminado ya con la dentista... Revisión en un mes, y a ver qué tal...
(El presupuesto, por consiguiente... al carajo.)
******
Banda sonora: Ay, amor. Cola Jet Set.
(No es la primera vez, ya sé... ni será la última.)
Ahora mismo, desde la ventana, cuatro nubes blancas y un cielo recién lavado. En un rato, a saber...
******
La entrevista con Alex Niño es irregular, demasiado breve. Y tiene uno la sensación de que el dibujante miente. No de manera consciente: más bien prefiere recordar el lado bueno. (El lado soleado, diría un amigo...) Aún así, sorprenden un par de cosas: la tradición historietística que, parece, hay en Filipinas; la poca vergüenza de la DC, en su momento, cuando optaron por importar dibujantes filipinos para romper los precios que empezaban a exigir los norteamericanos.
Además, un listado agotador de nombres: Laxamana, Jodloman, Alcalá y cien más.
Y un texto sucinto sobre la historia del medio en Filipinas.
Todo muy bonito, con muchas ilustraciones...
Comic Book Artist, volumen 2, número 4.
******
Parece que he terminado ya con la dentista... Revisión en un mes, y a ver qué tal...
(El presupuesto, por consiguiente... al carajo.)
******
Banda sonora: Ay, amor. Cola Jet Set.
(No es la primera vez, ya sé... ni será la última.)
martes...
Curioso día.
De mañana, cielo muy gris y clase de inglés. Más tarde, charlar con una de las viajeras: de vuelta de Florencia (no llovió tanto), agotada, enamorada de la ciudad. En la plaza, debajo de la enorme bandera, el viento soplaba como en las películas.
Después, una visita relámpago al amigo Lorenzo. Un puñado de tebeos, una cerveza rápida. (De los tebeos habrá tiempo de hablar. Entre ellos, una revista con entrevista a Alex Niño y artículos sobre los filipinos legendarios, de Redondo a Alcalá, pasando por cien más, sin olvidar a De Zúñiga.)
Un paseo hasta el trabajo, cargado de papel.
El sueño, a todo esto, no deja de castigarme. Hombros cargados, bostezar en el momento menos oportuno... todo muy poco sexy, en fin.
¿Cenar? Pasta, con un vasito de vino tinto. Un postre dulce. Jack Bauer, después de la sobremesa.
Y la semana no ha hecho más que empezar...
De mañana, cielo muy gris y clase de inglés. Más tarde, charlar con una de las viajeras: de vuelta de Florencia (no llovió tanto), agotada, enamorada de la ciudad. En la plaza, debajo de la enorme bandera, el viento soplaba como en las películas.
Después, una visita relámpago al amigo Lorenzo. Un puñado de tebeos, una cerveza rápida. (De los tebeos habrá tiempo de hablar. Entre ellos, una revista con entrevista a Alex Niño y artículos sobre los filipinos legendarios, de Redondo a Alcalá, pasando por cien más, sin olvidar a De Zúñiga.)
Un paseo hasta el trabajo, cargado de papel.
El sueño, a todo esto, no deja de castigarme. Hombros cargados, bostezar en el momento menos oportuno... todo muy poco sexy, en fin.
¿Cenar? Pasta, con un vasito de vino tinto. Un postre dulce. Jack Bauer, después de la sobremesa.
Y la semana no ha hecho más que empezar...
martes, 19 de octubre de 2004
lluvia...
Ya casi pensando en acostarme...
Un buen día, en general. A pesar del chaparrón intempestivo a la hora de comer, y a pesar del otro chaparrón, más intempestivo aún, a la hora de volver a casa. Amigos, conversación, esos proyectos que van, despacio, tomando forma. (Y los que esperan turno para hacerlo...) Lunes, en fin...
Sobre la mesa, los dos nuevos libros de Ponent Mon. (Uno de ellos, un buen Taniguchi.) Ya contaré por aquí...
Después del fin de semana, después de maldormir esta noche, ando un poco entre algodones... Y mañana, a madrugar de nuevo: inglés. (Sí, sí... he hecho los deberes...)
El País cumplía hoy 10000 días, o así... Regalaban un enorme tocho conmemorativo con portada (bonita) de Barceló. Ojeado por encima: un solemne rollo.
(Lo admito: este post ni siquiera llega a la categoría de irrelevante. Estas cosas pasan...)
Un buen día, en general. A pesar del chaparrón intempestivo a la hora de comer, y a pesar del otro chaparrón, más intempestivo aún, a la hora de volver a casa. Amigos, conversación, esos proyectos que van, despacio, tomando forma. (Y los que esperan turno para hacerlo...) Lunes, en fin...
Sobre la mesa, los dos nuevos libros de Ponent Mon. (Uno de ellos, un buen Taniguchi.) Ya contaré por aquí...
Después del fin de semana, después de maldormir esta noche, ando un poco entre algodones... Y mañana, a madrugar de nuevo: inglés. (Sí, sí... he hecho los deberes...)
El País cumplía hoy 10000 días, o así... Regalaban un enorme tocho conmemorativo con portada (bonita) de Barceló. Ojeado por encima: un solemne rollo.
(Lo admito: este post ni siquiera llega a la categoría de irrelevante. Estas cosas pasan...)
domingo, 17 de octubre de 2004
intermedio...
Fin de semana complicado.
He oído que ha hecho buen día hoy... Cielo azul, ya saben... Encerrado.
Voy, eso sí, descubriendo, de a poco (dos veces al día, en el metro), que hay dos novelas en La bestia debe morir. Dos novelas y un torrente de ironía. (Británica, ya saben: de la que escuece...)
Hablan de la nueva novela de Trapiello. (Va por usted, amigo Ángel...) Personajes de El Quijote. Arriesgada. (Al parecer, el riesgo ha merecido la pena. Cosa de echarle un ojo...)
Además, esta próxima semana aparece el nuevo libro de García Márquez. ¡Novela! Tengo muchas ganas de leerlo...
Por lo demás, todo en orden. O así. El fin de semana, complicado. Habrá, aún, un par de días desordenados.
Luego, ya veremos...
(Mientras tanto, en Florencia... llueve a mares.)
He oído que ha hecho buen día hoy... Cielo azul, ya saben... Encerrado.
Voy, eso sí, descubriendo, de a poco (dos veces al día, en el metro), que hay dos novelas en La bestia debe morir. Dos novelas y un torrente de ironía. (Británica, ya saben: de la que escuece...)
Hablan de la nueva novela de Trapiello. (Va por usted, amigo Ángel...) Personajes de El Quijote. Arriesgada. (Al parecer, el riesgo ha merecido la pena. Cosa de echarle un ojo...)
Además, esta próxima semana aparece el nuevo libro de García Márquez. ¡Novela! Tengo muchas ganas de leerlo...
Por lo demás, todo en orden. O así. El fin de semana, complicado. Habrá, aún, un par de días desordenados.
Luego, ya veremos...
(Mientras tanto, en Florencia... llueve a mares.)
viernes, 15 de octubre de 2004
viernes
El cielo está azul, las nubes se recortan con nitidez, como en una película de Miyazaki.
Al dentista habrá que volver el miércoles.
Un puñado de amigas en Italia. Me llegó un mensaje esta mañana al móvil: acababan de llegar, todo ha ido bien... (Qué invento, por cierto, lo de los mensajes de móvil a móvil... Permite el contacto directo, inmediato. Y recupera la escritura, aunque sea de manera limitada y, en ocasiones, hasta un poco lamentable...)
Me dan mucha envidia, claro: Botticelli.
******
Fechas de entrega. Voy escribiendo reseñas un poco a salto de mata, parcheando. (Como casi siempre, por otra parte.) El texto largo va a ser más complicado... pero estará, supongo, cuando tiene que estar. (Al menos, las imágenes están escaneadas...)
Y uno se pregunta, a veces, quién lee esas reseñas, si alguien les encuentra utilidad, más allá del contraste de opiniones... ¿Para qué sirven las revistas del medio?
(A mí sí me sirven, cuidado: las leo prácticamente todas. Me interesa lo que se escribe... y de qué se escribe. De alguna manera, es información que señala por dónde van los intereses del público. Y, por tanto, de una u otra forma, también del mercado.)
******
Premio Nacional de Narrativa para Juan Manuel De Prada. División de opiniones en el jurado: los menos (que no eran tan pocos) preferían a Atxaga, parece. Polémica.
Lo de los premios es complicado. Y risible, también; en ocasiones.
A mí me gustó mucho De Prada en sus primeros libros. Las máscaras del héroe me parece una novela magnífica. Alguna otra, de las posteriores, me pareció a la altura. Pero ya el Planeta descubría algo que estaba latente en todas: lo endeble de la propuesta argumental y lo artificioso de un lenguaje barroquizante que parecía ser el único objetivo del escritor. Barniz culterano, sin más objeto que ser eso: culterano. (Kitsch, ha dicho alguien del jurado.)
Me gustó, también, Atxaga. Un tiempo. (Me gustan, aún, muchos de sus libros.) La última novela, por alguna razón... no me llama. Ni siquiera me he planteado echarle un ojo antes de decidir si la leo...
Imagino que habrá más de una discusión jugosa, al respecto del premio en cuestión...
(En cuanto a los escritores... los dos son muy conscientes de sus respectivos personajes, los dos son, a su manera, muy mediáticos... En ese sentido, cualquiera de los dos es perfectamente premiable.)
******
Yo, qué quieren, me quedo con Millás. Con Marías (pero no siempre). Con Pilar Pedraza. Y, sí, con el Zafón de La sombra del viento.
Al dentista habrá que volver el miércoles.
Un puñado de amigas en Italia. Me llegó un mensaje esta mañana al móvil: acababan de llegar, todo ha ido bien... (Qué invento, por cierto, lo de los mensajes de móvil a móvil... Permite el contacto directo, inmediato. Y recupera la escritura, aunque sea de manera limitada y, en ocasiones, hasta un poco lamentable...)
Me dan mucha envidia, claro: Botticelli.
******
Fechas de entrega. Voy escribiendo reseñas un poco a salto de mata, parcheando. (Como casi siempre, por otra parte.) El texto largo va a ser más complicado... pero estará, supongo, cuando tiene que estar. (Al menos, las imágenes están escaneadas...)
Y uno se pregunta, a veces, quién lee esas reseñas, si alguien les encuentra utilidad, más allá del contraste de opiniones... ¿Para qué sirven las revistas del medio?
(A mí sí me sirven, cuidado: las leo prácticamente todas. Me interesa lo que se escribe... y de qué se escribe. De alguna manera, es información que señala por dónde van los intereses del público. Y, por tanto, de una u otra forma, también del mercado.)
******
Premio Nacional de Narrativa para Juan Manuel De Prada. División de opiniones en el jurado: los menos (que no eran tan pocos) preferían a Atxaga, parece. Polémica.
Lo de los premios es complicado. Y risible, también; en ocasiones.
A mí me gustó mucho De Prada en sus primeros libros. Las máscaras del héroe me parece una novela magnífica. Alguna otra, de las posteriores, me pareció a la altura. Pero ya el Planeta descubría algo que estaba latente en todas: lo endeble de la propuesta argumental y lo artificioso de un lenguaje barroquizante que parecía ser el único objetivo del escritor. Barniz culterano, sin más objeto que ser eso: culterano. (Kitsch, ha dicho alguien del jurado.)
Me gustó, también, Atxaga. Un tiempo. (Me gustan, aún, muchos de sus libros.) La última novela, por alguna razón... no me llama. Ni siquiera me he planteado echarle un ojo antes de decidir si la leo...
Imagino que habrá más de una discusión jugosa, al respecto del premio en cuestión...
(En cuanto a los escritores... los dos son muy conscientes de sus respectivos personajes, los dos son, a su manera, muy mediáticos... En ese sentido, cualquiera de los dos es perfectamente premiable.)
******
Yo, qué quieren, me quedo con Millás. Con Marías (pero no siempre). Con Pilar Pedraza. Y, sí, con el Zafón de La sombra del viento.
casi la una...
Mucho sueño.
Por la mañana, curso de inglés. Cuesta levantarse, cuesta meterse en el metro... pero, una vez allí, la cosa marcha bien. Somos pocos (cuatro chicas y yo), la profesora es agradable. Buen ambiente.
Es divertido.
Después, una hora y media muerta, sin nada que hacer, antes de comer en el trabajo... (Hay por ahí unas cuantas exposiciones que ver: aprovecharé, imagino, para ponerme al día. No es mal plan...)
******
Como imaginaba, el libro de Nicholas Blake es un buen desengrasante. Bien escrito, además. Echaba de menos la sensación de leer algo rápido y amargo, que atrape desde las primeras páginas.
Suena el disco de Massive Attack: instrumental, piezas cortas, brumoso. Para escribir a estas horas viene bien. Para aturdirse (a más volumen, claro, y a otras horas), también.
******
Mañana (hoy... en fin, ya me entienden) es mi aniversario.
Que mi chica no me haya echado de casa después de doce años, que soporte aún las toneladas de papel que invaden cada rincón, no deja de maravillarme.
******
Mañana, además, toca volver al dentista.
Por la mañana, curso de inglés. Cuesta levantarse, cuesta meterse en el metro... pero, una vez allí, la cosa marcha bien. Somos pocos (cuatro chicas y yo), la profesora es agradable. Buen ambiente.
Es divertido.
Después, una hora y media muerta, sin nada que hacer, antes de comer en el trabajo... (Hay por ahí unas cuantas exposiciones que ver: aprovecharé, imagino, para ponerme al día. No es mal plan...)
******
Como imaginaba, el libro de Nicholas Blake es un buen desengrasante. Bien escrito, además. Echaba de menos la sensación de leer algo rápido y amargo, que atrape desde las primeras páginas.
Suena el disco de Massive Attack: instrumental, piezas cortas, brumoso. Para escribir a estas horas viene bien. Para aturdirse (a más volumen, claro, y a otras horas), también.
******
Mañana (hoy... en fin, ya me entienden) es mi aniversario.
Que mi chica no me haya echado de casa después de doce años, que soporte aún las toneladas de papel que invaden cada rincón, no deja de maravillarme.
******
Mañana, además, toca volver al dentista.
jueves, 14 de octubre de 2004
nocturno (bis)
Sorpresa: escribo un post corto (entrecortado, más bien), pero se pierde en el éter. Queda, sólo, el título.
¿El tono? Háganse una idea: un asco. En general.
Cansado, aburrido, qué sé yo... Un mal día.
******
Salvo del vacío una única nota: mañana, La bestia debe morir; Nicholas Blake. Hay que recuperar el ritmo de lectura. Me hace falta.
Hay que centrarse.
******
El fin de semana, fecha de entrega. Todo se acelera...
¿El tono? Háganse una idea: un asco. En general.
Cansado, aburrido, qué sé yo... Un mal día.
******
Salvo del vacío una única nota: mañana, La bestia debe morir; Nicholas Blake. Hay que recuperar el ritmo de lectura. Me hace falta.
Hay que centrarse.
******
El fin de semana, fecha de entrega. Todo se acelera...
miércoles, 13 de octubre de 2004
Cuarta entrega de Sinpalabras. Se puede encontrar en las tiendas desde el pasado viernes, junto con el libro dedicado a Alan Moore.
Uno siempre cree que no puede haber por ahí nadie que no sepa quién es Vázquez. Me consta, sin embargo, que hay lectores (muchos) que apenas si conocen su última época, esa que comenzó a recuperar Glénat en álbumes baratitos de tapa blanda...
Y Vázquez fue uno de los grandes. Incluso ha dejado huella en el habla popular: las peroratas interminables del abuelo Cebolleta, la abuelita Paz como ejemplo de señora mayor y gamberra, el gran Anacleto, perdido siempre en un desierto...
En las páginas del libro hay más cosas. Muchas más cosas.
Y hay, también, un despliegue gráfico espléndido, que no hace sino abrir el apetito: queremos más; todos queremos más Vázquez. Hace falta un suicida que se lance a reeditar al maestro.
(Pero ya habrá tiempo de hablar de los clásicos... De los nuestros, sí.)
******
En la radio, mientras tecleo, escucho una pieza turbia, atmosférica... Massive Attack han editado nuevo disco. Banda sonora de no sé qué película...
******
Cielo azul. Ha vuelto el sol.
Se levanta uno con el convencimiento absurdo de que es lunes hoy... Pero no: toca, otra vez, trabajar.
martes, 12 de octubre de 2004
tarde
Día de fiesta. (No demasiado: trabajo. Madrugón. Cansado...)
Leído lo último de De Ponent, un libro de Bartolomé Seguí sobre guión de Ramón de España. El sueño de México. Sorprendente... Tiene todos los tics característicos de su escritor, pero esta vez parecen asumidos desde una mirada menos melodramática (menos, por así decir, Sinatra), más... natural, a falta de mejor palabra. (Más... Gato Pérez, a falta de mejor imagen.) Su lectura no provoca vergüenza ajena, como con trabajos anteriores estaba siempre a punto de ocurrir...
Si añadimos a un Seguí dueño de sí, estilizado y vibrante, buen narrador, siempre cerca del apunte costumbrista y capaz de caracterizar a sus personajes con un par de trazos... Tenemos, en fin, un buen tebeo, una lectura agradable. Con su poso de melancolía, sí. Su antihéroe trasnochado. Sus diálogos, ingeniosos (pero sin pretensiones).
Mientras lo leía, me ha venido a la cabeza algún título de hace años. Destino gris, de Montesol y el gran Roger, por ejemplo. (Se publicó por entregas en el primer Cairo.)
Poco más. La sobremesa ha sido amenizada con dos capítulos de Urgencias (temporada II). Brillantes, claro. (Después de cenar, seguramente, dos más. Si no tres...)
Y mañana se inicia la semana normal. Sin más puentes. Sin más sorpresas. (O sí, vaya usted a saber.)
Y con obligaciones, eso sí.
Leído lo último de De Ponent, un libro de Bartolomé Seguí sobre guión de Ramón de España. El sueño de México. Sorprendente... Tiene todos los tics característicos de su escritor, pero esta vez parecen asumidos desde una mirada menos melodramática (menos, por así decir, Sinatra), más... natural, a falta de mejor palabra. (Más... Gato Pérez, a falta de mejor imagen.) Su lectura no provoca vergüenza ajena, como con trabajos anteriores estaba siempre a punto de ocurrir...
Si añadimos a un Seguí dueño de sí, estilizado y vibrante, buen narrador, siempre cerca del apunte costumbrista y capaz de caracterizar a sus personajes con un par de trazos... Tenemos, en fin, un buen tebeo, una lectura agradable. Con su poso de melancolía, sí. Su antihéroe trasnochado. Sus diálogos, ingeniosos (pero sin pretensiones).
Mientras lo leía, me ha venido a la cabeza algún título de hace años. Destino gris, de Montesol y el gran Roger, por ejemplo. (Se publicó por entregas en el primer Cairo.)
Poco más. La sobremesa ha sido amenizada con dos capítulos de Urgencias (temporada II). Brillantes, claro. (Después de cenar, seguramente, dos más. Si no tres...)
Y mañana se inicia la semana normal. Sin más puentes. Sin más sorpresas. (O sí, vaya usted a saber.)
Y con obligaciones, eso sí.
lunes, 11 de octubre de 2004
obviedades...
Uno empieza a ser consciente de que el tiempo pasa cuando se descubre a sí mismo preocupado por la salud de sus electrodomésticos...
******
Por otro lado, inauguro el lunes con la noticia de que Superman, el de verdad, el que vimos en las pantallas de cine, el que sí podía volar... ha muerto, después de muchos años de luchar contra lo imposible.
******
Decía no hace mucho que cada verano se nos quedan por hacer un buen puñado de cosas. A mí, entre otras, no me dieron los días de este que ya se terminó para volver a las calles que recorría de niño de camino al colegio. Durante cosa de un mes pasé cada mañana muy cerca de ellas, para llegar al único kiosco abierto cerca de casa en agosto. Y pensé cada día en desviarme por ellas, ver cómo habían cambiado. Llegar, por qué no, al mismo colegio, al otro lado de un parque que entonces era un mero descampado en el que se amontonaban los escombros.
No pudo ser. Demasiadas cosas. Demasiada pereza.
Otro año.
(Como siempre... ya habrá tiempo otro año...)
******
No lo he dicho: el cielo está gris, hace frío. Octubre se ha vestido, definitivamente, de octubre.
******
Por otro lado, inauguro el lunes con la noticia de que Superman, el de verdad, el que vimos en las pantallas de cine, el que sí podía volar... ha muerto, después de muchos años de luchar contra lo imposible.
******
Decía no hace mucho que cada verano se nos quedan por hacer un buen puñado de cosas. A mí, entre otras, no me dieron los días de este que ya se terminó para volver a las calles que recorría de niño de camino al colegio. Durante cosa de un mes pasé cada mañana muy cerca de ellas, para llegar al único kiosco abierto cerca de casa en agosto. Y pensé cada día en desviarme por ellas, ver cómo habían cambiado. Llegar, por qué no, al mismo colegio, al otro lado de un parque que entonces era un mero descampado en el que se amontonaban los escombros.
No pudo ser. Demasiadas cosas. Demasiada pereza.
Otro año.
(Como siempre... ya habrá tiempo otro año...)
******
No lo he dicho: el cielo está gris, hace frío. Octubre se ha vestido, definitivamente, de octubre.
domingo, 10 de octubre de 2004
sesión de tarde.
El cielo sigue gris. La cosa, parece, se pone seria ya...
Pasta y vino tinto. Tras la sobremesa, Big Fish.
Tim Burton es uno de esos casos de marciano integral que, a veces, produce la máquina de hacer dinero de Hollywood. Su universo personal, inconfundible, bebe de fuentes que deberían repeler a los Estudios. Su sola presencia de mad doctor admirador de Robert Smith, le habría mantenido alejado de cualquier plató (a fuerza de palos, de ser necesario), de no haber nacido con la suerte de cara. (De sus chicas no hablaremos... Eso sí es tener la suerte de cara...)
Leer cualquiera de sus entrevistas es una experiencia... equívoca. Un tipo seguro de sí mismo, al que no le duelen prendas en afirmar, con desparpajo, que no le gusta leer, que toda su cultura viene, mal que bien, de las viejas películas de monstruos que veía de crío. Un tipo que se dibuja sus propias historias (versiones azucaradas, en su mayoría, del mundo de Gorey; cuando no del Dr. Seuss), amante de los efectos especiales artesanales y los argumentos delirantes pero con final feliz. Un tipo que firmó joyas del existencialismo teen como Vincent o Eduardo Manostijeras, capaz, también, de despropósitos referenciales como Marte Ataca! y de correctos trabajitos de encargo como su Planeta de los Simios. Un tipo que se descuelga, de pronto, con una joya como Sleepy Hollow, oscura, romántica.
Un tipo que así, sin que nadie supiera muy bien qué saldría de ello, se planteó (o aceptó el encargo de, tanto da) rodar Big Fish.
¿Qué es Big Fish? Se puede decir que es la historia de la relación de un hijo con su padre, equívoca y llena de desencuentros. Se puede decir que es una reflexión poética en torno a la magia de contar historias. Se puede decir, también, que es un mero cuento de hadas, uno más en la carrera de su director, aficionado a tan fértil género.
Big Fish es un cuento dentro de otro. Y es, sí, una película que sólo Tim Burton hubiera podido filmar. Inventiva y mágica. Poética. Barroca.
Big Fish es un puñado de actores que disfrutan suplantando a sus personajes. Un diseño de producción ejemplar. Una banda sonora (como siempre con Elfman) un poco excesiva, quizá...
Big Fish es, en suma, una película conmovedora. Quizá no la mejor de su director. (Todo va en gustos; yo dudo entre Eduardo y Sleepy Hollow... Por no hablar de Ed Wood, claro.) Sí una de las mejores que he podido ver en los últimos meses.
Anda ya por ahí en DVD. Háganse todos un favor: no dejen de verla, y ya hablamos, si eso...
Pasta y vino tinto. Tras la sobremesa, Big Fish.
Tim Burton es uno de esos casos de marciano integral que, a veces, produce la máquina de hacer dinero de Hollywood. Su universo personal, inconfundible, bebe de fuentes que deberían repeler a los Estudios. Su sola presencia de mad doctor admirador de Robert Smith, le habría mantenido alejado de cualquier plató (a fuerza de palos, de ser necesario), de no haber nacido con la suerte de cara. (De sus chicas no hablaremos... Eso sí es tener la suerte de cara...)
Leer cualquiera de sus entrevistas es una experiencia... equívoca. Un tipo seguro de sí mismo, al que no le duelen prendas en afirmar, con desparpajo, que no le gusta leer, que toda su cultura viene, mal que bien, de las viejas películas de monstruos que veía de crío. Un tipo que se dibuja sus propias historias (versiones azucaradas, en su mayoría, del mundo de Gorey; cuando no del Dr. Seuss), amante de los efectos especiales artesanales y los argumentos delirantes pero con final feliz. Un tipo que firmó joyas del existencialismo teen como Vincent o Eduardo Manostijeras, capaz, también, de despropósitos referenciales como Marte Ataca! y de correctos trabajitos de encargo como su Planeta de los Simios. Un tipo que se descuelga, de pronto, con una joya como Sleepy Hollow, oscura, romántica.
Un tipo que así, sin que nadie supiera muy bien qué saldría de ello, se planteó (o aceptó el encargo de, tanto da) rodar Big Fish.
¿Qué es Big Fish? Se puede decir que es la historia de la relación de un hijo con su padre, equívoca y llena de desencuentros. Se puede decir que es una reflexión poética en torno a la magia de contar historias. Se puede decir, también, que es un mero cuento de hadas, uno más en la carrera de su director, aficionado a tan fértil género.
Big Fish es un cuento dentro de otro. Y es, sí, una película que sólo Tim Burton hubiera podido filmar. Inventiva y mágica. Poética. Barroca.
Big Fish es un puñado de actores que disfrutan suplantando a sus personajes. Un diseño de producción ejemplar. Una banda sonora (como siempre con Elfman) un poco excesiva, quizá...
Big Fish es, en suma, una película conmovedora. Quizá no la mejor de su director. (Todo va en gustos; yo dudo entre Eduardo y Sleepy Hollow... Por no hablar de Ed Wood, claro.) Sí una de las mejores que he podido ver en los últimos meses.
Anda ya por ahí en DVD. Háganse todos un favor: no dejen de verla, y ya hablamos, si eso...
nubes y claros...
Puente patriótico a la vista.
Mientras tanto, termino de leer el Mighty Love de Chaykin. Un trabajo sólido que demuestra lo que muchos sabíamos: el pulso de este hombre a la hora de construir historias, el surround system (por así decir) de sus páginas, no sólo no se ha diluído con los años, sino que ha ido a más, se ha estilizado. Y de un argumento elemental, discretito y que a muchos otros se les hubiera desmoronado entre las manos, consigue destilar un álbum dinámico y efervescente, lleno de energía e ingenio.
(En el debe, problemas ya conocidos por todos: una galería de rostros demasiado similares entre sí, alguna solución gráfica discutible, cierta torpeza a la hora de encajar las figuras, demasiado envaradas casi siempre... Pecata minuta, diría yo, a la hora de disfrutar de la lectura del libro.)
Tengo pendiente, también, el último Tatsumi de La Cúpula (historias tristes para el domingo... puf...).
El sol entra a ratos por la ventana... (El blog climático, ya saben...)
Mientras tanto, termino de leer el Mighty Love de Chaykin. Un trabajo sólido que demuestra lo que muchos sabíamos: el pulso de este hombre a la hora de construir historias, el surround system (por así decir) de sus páginas, no sólo no se ha diluído con los años, sino que ha ido a más, se ha estilizado. Y de un argumento elemental, discretito y que a muchos otros se les hubiera desmoronado entre las manos, consigue destilar un álbum dinámico y efervescente, lleno de energía e ingenio.
(En el debe, problemas ya conocidos por todos: una galería de rostros demasiado similares entre sí, alguna solución gráfica discutible, cierta torpeza a la hora de encajar las figuras, demasiado envaradas casi siempre... Pecata minuta, diría yo, a la hora de disfrutar de la lectura del libro.)
Tengo pendiente, también, el último Tatsumi de La Cúpula (historias tristes para el domingo... puf...).
El sol entra a ratos por la ventana... (El blog climático, ya saben...)
sábado, 9 de octubre de 2004
mañana de sol...
... a ratos, más bien.
¡Si hasta ha llovido! Y había unas nubes negras al rato de levantarme... justo a la hora de salir a por el periódico...
Que es sábado, en fin.
Suenan Weezer. Fuerte.
En un ratito, hay que irse a trabajar.
(Ejemplo de post irrelevante donde los haya...)
En resumen: buenos días.
(Por cierto, mientras escribo regresan los nubarrones góticos. Olfateo el desastre. Habrá que desempolvar el paraguas...)
¡Si hasta ha llovido! Y había unas nubes negras al rato de levantarme... justo a la hora de salir a por el periódico...
Que es sábado, en fin.
Suenan Weezer. Fuerte.
En un ratito, hay que irse a trabajar.
(Ejemplo de post irrelevante donde los haya...)
En resumen: buenos días.
(Por cierto, mientras escribo regresan los nubarrones góticos. Olfateo el desastre. Habrá que desempolvar el paraguas...)
fábulas eléctricas
Se ha hecho esperar, pero por fin, hoy, se ha puesto a la venta este libro de Jali, un trabajo de extensión considerable (160 páginas) que se lee en un suspiro.
En la librería andaban aún abriendo paquetes y contando ejemplares de distintos títulos. (Entre ellos, los nuevos libros de Sinpalabras...)
Jali es un autor interesante, un tipo con un universo personal a medio camino del dibujo animado checo, polaco o en fin (ya saben, los del koniec al final), y el mundo de Tim Burton o de Charles Addams (salvando, claro, todas las distancias, que las hay). Incluso, me atrevo a decir que hay una cierta visión terrible de la infancia, de una ternura y una crueldad ejemplares, cercana (siquiera en paralelo) a la de Gorey.
Jali publica este Pl*xi*gls, una historia de amores imposibles, muertes anunciadas y astronautas melancólicos, con Astiberri, que hacen un buen trabajo de producción.
Jali, hoy, me ha hecho pasar un muy buen rato de lectura, y me ha emocionado.
Echen un ojo a sus páginas. Enamórense.
(Sé bien que no es para todos los paladares... pero no importa. Merece la pena.)
viernes, 8 de octubre de 2004
picardía nostálgica...
Algo así viene a la mente cuando se hojea este libro.
Un puñado de ilustraciones deudoras de otro tiempo, resueltas con la inteligente sensibilidad contemporánea de la que Fernando Vicente lleva años haciendo gala. ¿Su origen? Al parecer, un encargo que no llegó a cuajar. Felizmente, varios sellos demostraron interés en convertir lo que en principio iba a ser una baraja, en un libro. El gato se lo llevó al agua Ricardo Esteban Plaza, editor nuevo que cuenta con el precedente de recuperar a Rafa Negrete y Ricardo Machuca para la ilustración infantil, y de poner en el mercado un título (otro, sí) de Miguel Ángel Martín (Barny).
El trabajo de Fernando Vicente es magnífico. Respetuoso con el género (pues eso es una pin-up ahora, un género), elegante, expresivo.
El prólogo, de Hernández Cava, dedica demasiado espacio a justificar un trabajo que no necesita ser justificado...
(Los más veteranos de la sala recordarán, quizá, que el editor firmó, en tiempos madrizleños, como Kaíto. Fue, también, responsable del fanzine Albanta.)
jueves, 7 de octubre de 2004
vaya horas...
Madrugón.
Dos palabras, mientras termino de prepararme para salir... Ayer, con El Jueves, primera entrega de Mister K, la revista infantil de la casa. Sensación general: floja. Monteys hace su mejor trabajo en mucho tiempo, y Ágreda está sorprendentemente escueto. Lo demás, demasiados chistes sobre móviles. Construídos desde una perspectiva... quizá en exceso adulta, diría yo.
Que andan un poco despistados, me parece... Más vale que se aten los machos: el momento es bueno, pero es un público muy voluble. Y, si no enganchan desde el principio, no hay nada que hacer.
Más: libro de Fernando Vicente. Recopila una serie de ilustraciones de tono nostálgico. Chicas guapísimas en actitudes elegantes... (Luego colgaré aquí la portada...)
Último apunte: parece que no hará mal día, tampoco hoy. A pesar de la lluvia (leve, casi testimonial) de ayer.
Salgo.
Dos palabras, mientras termino de prepararme para salir... Ayer, con El Jueves, primera entrega de Mister K, la revista infantil de la casa. Sensación general: floja. Monteys hace su mejor trabajo en mucho tiempo, y Ágreda está sorprendentemente escueto. Lo demás, demasiados chistes sobre móviles. Construídos desde una perspectiva... quizá en exceso adulta, diría yo.
Que andan un poco despistados, me parece... Más vale que se aten los machos: el momento es bueno, pero es un público muy voluble. Y, si no enganchan desde el principio, no hay nada que hacer.
Más: libro de Fernando Vicente. Recopila una serie de ilustraciones de tono nostálgico. Chicas guapísimas en actitudes elegantes... (Luego colgaré aquí la portada...)
Último apunte: parece que no hará mal día, tampoco hoy. A pesar de la lluvia (leve, casi testimonial) de ayer.
Salgo.
miércoles, 6 de octubre de 2004
cosas...
Inminentes, libros nuevos de García Márquez, Javier Marías.
Inminente, el álbum de Jali. (Y el de Luis Durán, o eso espero...)
Inminente, una compilación múltiple de remezclas de Depeche Mode. (Y no sé qué cosa bonita de una banda sueca, o así, con nombre francés, claro, en el sello Siesta.) Y un disco nuevo de Nancy Sinatra, muy señora ya, pero de gusto, aún, impecable.
Inminente, la hora de irse a la cama... (No hagan caso del reloj: él vive su vida, yo la mía...)
(La profesora, Jane, es de un pueblito al lado mismo de la frontera con Gales.)
Inminente, el álbum de Jali. (Y el de Luis Durán, o eso espero...)
Inminente, una compilación múltiple de remezclas de Depeche Mode. (Y no sé qué cosa bonita de una banda sueca, o así, con nombre francés, claro, en el sello Siesta.) Y un disco nuevo de Nancy Sinatra, muy señora ya, pero de gusto, aún, impecable.
Inminente, la hora de irse a la cama... (No hagan caso del reloj: él vive su vida, yo la mía...)
(La profesora, Jane, es de un pueblito al lado mismo de la frontera con Gales.)
martes, 5 de octubre de 2004
nocturno
Llevo varios días durmiendo mal. Los cambios de horarios, imagino. Y hoy arrastro, claro, el sueño de todo el fin de semana. Que no es una gran noticia... pero explicará, en parte, este post que preveo (lo aviso ya) más bien errático.
Veamos. Por un lado, avisar de que tengo en mi poder la segunda temporada de Urgencias, calentita, recién editada. En un pack mucho más discreto y manejable que el que recogía los episodios anteriores.
Aviso, porque en próximos días, conforme vaya viendo capítulos, es más que probable que vayan quedando aquí reflexiones en torno a la televisión que se hace a un lado y otro del Atlántico... en un ejercicio injusto (lo sé bien), y hasta cruel, de comparación.
(Lo que me recuerda... ¿no he escrito aún nada sobre Buffy, Frasier o Fawlty Towers, por citar tres teleseries que me gustan más de lo prudente? Habrá que ponerle remedio...)
******
En otro orden de cosas, empieza la avalancha de novedades. (El inminente Salón del Manga...)
He podido ver en las tiendas un par de libros de Ponent-Mon (uno de ellos es de Taniguchi), otro de Ponent (Ramón de España y Bartolomé Seguí, un matrimonio insólito)...
El viernes, imagino, vendrá el desembarco.
(Por cierto, el viernes se distribuirá también, si nada va mal, la nueva entrega de Sinpalabras... Cruzo los dedos.)
Yo, mientras tanto, he cedido a la tentación y he comprado, tras muchas dudas, el Mighty Love de Chaykin. Un capricho...
******
Mañana contaré algo más: curso, trabajo... día completo.
Buenas noches.
Veamos. Por un lado, avisar de que tengo en mi poder la segunda temporada de Urgencias, calentita, recién editada. En un pack mucho más discreto y manejable que el que recogía los episodios anteriores.
Aviso, porque en próximos días, conforme vaya viendo capítulos, es más que probable que vayan quedando aquí reflexiones en torno a la televisión que se hace a un lado y otro del Atlántico... en un ejercicio injusto (lo sé bien), y hasta cruel, de comparación.
(Lo que me recuerda... ¿no he escrito aún nada sobre Buffy, Frasier o Fawlty Towers, por citar tres teleseries que me gustan más de lo prudente? Habrá que ponerle remedio...)
******
En otro orden de cosas, empieza la avalancha de novedades. (El inminente Salón del Manga...)
He podido ver en las tiendas un par de libros de Ponent-Mon (uno de ellos es de Taniguchi), otro de Ponent (Ramón de España y Bartolomé Seguí, un matrimonio insólito)...
El viernes, imagino, vendrá el desembarco.
(Por cierto, el viernes se distribuirá también, si nada va mal, la nueva entrega de Sinpalabras... Cruzo los dedos.)
Yo, mientras tanto, he cedido a la tentación y he comprado, tras muchas dudas, el Mighty Love de Chaykin. Un capricho...
******
Mañana contaré algo más: curso, trabajo... día completo.
Buenas noches.
domingo, 3 de octubre de 2004
la próxima semana...
Se presenta completa, la semana que entra.
Así, a vuelapluma, el martes empiezo un curso por las mañanas, el miércoles vuelvo al dentista... Complicado. Costará un poco hacerse con los nuevos ritmos de trabajo y de ocio...
Y hay que encontrar tiempo para esas otras cosas.
Y un ratito, claro, para este rincón... Un ratito cada noche, si se da el caso.
******
Alguien lo ha dicho en alguna parte (no recuerdo ahora bien dónde): el nuevo Trama tiene un aire muy Volumen. Y no sólo en la maqueta, que también: en la ligereza con que se pasa sobre los temas, en lo breve de su propuesta.
A mí no me pareció mal, ya lo dije.
Veremos cómo sigue.
******
Era de prever: Mar adentro irá a los Oscar.
Difícil me parece que no se traiga la estatuilla... (Veremos cuál es la competencia.)
******
Banda sonora: New Order. International.
Así, a vuelapluma, el martes empiezo un curso por las mañanas, el miércoles vuelvo al dentista... Complicado. Costará un poco hacerse con los nuevos ritmos de trabajo y de ocio...
Y hay que encontrar tiempo para esas otras cosas.
Y un ratito, claro, para este rincón... Un ratito cada noche, si se da el caso.
******
Alguien lo ha dicho en alguna parte (no recuerdo ahora bien dónde): el nuevo Trama tiene un aire muy Volumen. Y no sólo en la maqueta, que también: en la ligereza con que se pasa sobre los temas, en lo breve de su propuesta.
A mí no me pareció mal, ya lo dije.
Veremos cómo sigue.
******
Era de prever: Mar adentro irá a los Oscar.
Difícil me parece que no se traiga la estatuilla... (Veremos cuál es la competencia.)
******
Banda sonora: New Order. International.
domingo.
No hay nada peor que una tarde de domingo. Hay como una pereza amontonada en los rincones del cuerpo, un no querer hacer nada, ni un poquito. Cero. Ya habrá tiempo.
Y hay una sensación, y esto es lo peor, de estar perdiéndolo. (El tiempo.)
Y hay unas películas perfectamente horrorosas en la televisión.
Mientras tanto, mientras uno mira, aburrido, desde el sillón, duda si aumentar la intensidad del ventilador, se plantea la posibilidad de levantarse a abrir una cerveza fría... sobre la mesa, un montón de libros parecen a punto de desmoronarse, esperando ser leídos.
Pereza, pereza...
(De las cosas por hacer, de los encargos, las fechas de entrega, de todo eso... prohibido hablar. Hoy, al menos.)
Y el calor, que no se va.
Y hay una sensación, y esto es lo peor, de estar perdiéndolo. (El tiempo.)
Y hay unas películas perfectamente horrorosas en la televisión.
Mientras tanto, mientras uno mira, aburrido, desde el sillón, duda si aumentar la intensidad del ventilador, se plantea la posibilidad de levantarse a abrir una cerveza fría... sobre la mesa, un montón de libros parecen a punto de desmoronarse, esperando ser leídos.
Pereza, pereza...
(De las cosas por hacer, de los encargos, las fechas de entrega, de todo eso... prohibido hablar. Hoy, al menos.)
Y el calor, que no se va.
sábado, 2 de octubre de 2004
vuelta al cole...
Por la mañana, preparar algunas cosas, asegurarme de que no me olvido de nada. Echar un ojo al correo, cerrar las ventanas. Acordarme del libro para el Metro.
Después, algunos reencuentros. Felices, todos. Es agradable volver a ver a gente con la que, de una u otra forma, compartes mucho tiempo, muchas cosas, desde hace... muchos años.
Las cosas siguen más o menos igual. Peor, en algún caso. Hay contratos a punto de terminar, hay alguna ausencia... celebrada. Sorprendentes emparejamientos. Y el mismo ambiente enrarecido: ese convenio colectivo que no acaba de terminar de negociarse, esa polarización en dos posturas, esa sensación general de que algo no va, y lo poco que va es a peor.
El tiempo pasa, llega la hora de salir.
Una caña con un par de amigos antes de volver al Metro (qué calor, todavía), antes de volver a casa.
El día ha ido bien.
Ahora, antes de meterme en la cama, asomado a la ventana, escucho murmullos de tráfico, de televisiones, de charlas... La noche huele bien. En el alféizar, mis cactus siguen, asalvajados, invadiéndome. Me los regaló una buena amiga (la mejor) hace unos años. Y ahí están, con un aire un poco abandonado, incluso precario... pero bien vivos. Tampoco este verano he encontrado tiempo para cambiarlos a unos maceteros más grandes, darles más espacio, más tierra...
Siempre, cada verano, se quedan sin hacer unas cuantas cosas...
Después, algunos reencuentros. Felices, todos. Es agradable volver a ver a gente con la que, de una u otra forma, compartes mucho tiempo, muchas cosas, desde hace... muchos años.
Las cosas siguen más o menos igual. Peor, en algún caso. Hay contratos a punto de terminar, hay alguna ausencia... celebrada. Sorprendentes emparejamientos. Y el mismo ambiente enrarecido: ese convenio colectivo que no acaba de terminar de negociarse, esa polarización en dos posturas, esa sensación general de que algo no va, y lo poco que va es a peor.
El tiempo pasa, llega la hora de salir.
Una caña con un par de amigos antes de volver al Metro (qué calor, todavía), antes de volver a casa.
El día ha ido bien.
Ahora, antes de meterme en la cama, asomado a la ventana, escucho murmullos de tráfico, de televisiones, de charlas... La noche huele bien. En el alféizar, mis cactus siguen, asalvajados, invadiéndome. Me los regaló una buena amiga (la mejor) hace unos años. Y ahí están, con un aire un poco abandonado, incluso precario... pero bien vivos. Tampoco este verano he encontrado tiempo para cambiarlos a unos maceteros más grandes, darles más espacio, más tierra...
Siempre, cada verano, se quedan sin hacer unas cuantas cosas...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)