domingo, 24 de agosto de 2008

inmediatamente después


No sé bien cómo hablar de Inmediatamente después, la novela de Eva Fernández que he estado leyendo los últimos días. Cal y arena en cada uno de sus capítulos, pero sus aciertos son tan eficaces, tan jugosos.

Es una novela emotiva que habla de la amistad, del compromiso y de la muerte. Del amor, también; de los diferentes registros del amor. Es una novela que está escrita con las tripas, y reescrita después con la cabeza fría (esa sensación me dio). Es una novela, también, militante, y ahí está la base de algunos de sus chirridos: esas cursivas de afán didáctico, ese empeño en el "nosotros y nosotras", esos discursos (fragmentados, menos mal) de aire utópico, elaboradamente utópico.

Es una novela que narra el reencuentro de unos amigos en torno a la muerte de uno de ellos, y narra también los diferentes fracasos de todos ellos, la manera como afrontaron su vida hasta entonces. Y narra también cómo esa muerte y las verdades que se desnudaron al enfrentarla los ha afectado un año después, cómo han asimilado sus propias vidas a partir de ese momento.

Es una novela emotiva, que arranca las lágrimas cuando debe arrancarlas, que provoca toda una batería de reflexiones y de sentimientos (y que funcionaría igual de bien en ese terreno, si no mejor, si prescindiera de los fragmentos discursivos). Una novela que está escrita, eso sí, con una cierta imprecisión a la hora de construir las frases, que utiliza las comas de manera confusa... pero a la que se perdona todo por la lucidez y la belleza de lo que cuenta.

Es una novela, en fin, que les recomiendo: edita Mondadori a través de su sello Caballo de Troya.

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