Carlos Iturgaiz, que sigue ahí, agazapado en el Parlamento Europeo, escupe bilis a raíz del premio que éste ha concedido a la PAH de Ada Colau. E insiste con el mantra de igualarlos con organizaciones violentas o terroristas.
Es lo bueno que tiene esta gente: no les sale, lo de disimular. Les sale la caverna en cuanto que abren la boca...
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