sábado, 14 de diciembre de 2013

hablando de Procyon...

Hoy están todavía a tiempo de acercarse a Expocómic y saludar a mi amigo Ricardo Machuca, que estará por allí a partir de las cinco de la tarde, en el stand de Dibbuks (si todo va según lo previsto). Estará firmando, como bien saben ya, su flamante nuevo libro, Procyon, que es el primero de una larga secuencia narrativa pero se disfruta por sí mismo, y mucho, porque estas cosas el señor Machuca las sabe hacer muy bien.

Les contaría de qué va Procyon, y les explicaría por qué merece la pena que se hagan con él y lo lean, pero lo ha hecho ya mejor de como lo haría yo Lorenzo Díaz en su nuevo y ya imprescindible blog, así que no voy a reiterar lo que ya saben de sobra. 

Sí quiero decirles que, hey, esto es una space-opera a la vieja usanza, ciencia ficción aventurera y con sesgo socarrón, un libro que se lee con fluidez y una creciente satisfacción. Casi estoy tentado de decir: un tebeo de los de antes. (O de los de siempre, más bien.)

Un clásico.

Conozco bien al autor, he trabajado con él y sé que tiene una historia larga y compleja en la cabeza, como sé que no habrá cabos sueltos, que todo está más que pensado y justificado. Porque hemos colaborado, y porque nos conocemos desde hace mucho, sé que todo ese universo que ha empezado a desarrollar en este primer libro de Procyon está definido, es rico, está más que pensado... y está vivo, muy vivo... Con suerte, y si los lectores entran en el juego, las siguientes entregas irán confirmándolo, e irán también intrigándoles a ustedes, enganchándoles, haciéndoles gozar y recordándoles qué es lo importante aquí: contar historias.

Mientras tanto, ahí está el primer libro. Dibujado y narrado con ese estilo inconfundible, férreo de estructura y de texturas amables. No lo dejen pasar.

(Y, si se pasan por Expocómic esta tarde, no lo duden: quédense a charlar con él, que merece la pena.) 

1 comentario:

FHNavarro dijo...

Yo estuve el jueves por allá, y allí andaba el señor Machuca firmando al lado de Juan Berrio. Salí de casa con prisas y se me olvido coger, "Las Arenas del Tiempo"... Al final, lo único que se me ocurrió fue regalarle una postal de Navidad a Machuca, creo que aún se debe de estar preguntando el motivo.