miércoles, 30 de noviembre de 2005
fin de mes
El cielo está hoy limpio y azul, hace sol y hace frío. Cosa de este noviembre que se muere ya...
Anoche estrenó Pepe Navarro en TVE. Fue un programa de transición, con recuperaciones históricas (que, imagino, desaparecerán ya hoy, no sé... Y hablo de Pepelu, Krispin y demás parafernalia). Fue, también, un programa ágil, con cierta distancia irónica y una permanente apuesta por la complicidad con el espectador. Es difícil decir, de momento, hacia dónde va Navarro... pero, al menos, no provoca rechazo inmediato, como otros artefactos late night. No es poco.
Iremos viendo...
Esta noche, en Estravagario, Albert Sánchez Piñol. A ver qué cuenta...
(Y, en el remix Edad de Oro, Glutamato, Derribos y Fernando Vicente...)
Y me pregunto, ¿las novedades de Expocómic estarán ya atestando las tiendas, o lo harán a partir del viernes próximo? (Se nota que no he pasado por librerías estos días, ¿no? A ver si lo remedio hoy mismo...)
martes, 29 de noviembre de 2005
más
Yo, conforme llegan, se las iré dejando aquí. (No todas, que no conviene saturar... y algo hay que dejar para el papel, claro...)
Mientras tanto, yo sigo trasteando un poco en las entrañas de esto. Y ahora, en cosa de minutos, pienso apagar y ponerme a leer, que llevo unos días liado con otras cosas y tengo muchas ganas de retomar la novela de Jeffrey Ford, leer unas cuantas cosas que tengo pendientes (y ese Peanuts está bien arriba en prioridades)... y eso, sabrán hacerse una idea...
cambios
En principio, y si no he metido la pata, durante unos días convivirán aquí los Comentarios de Haloscan con los de Blogger; después, los primeros desaparecerán y me quedaré con los otros. ¿Razones? Lo fundamental es que en Haloscan se van borrando con el tiempo. Si uno retrocede unos meses, descubre que ya no hay comentarios guardados... y, si bien es cierto que no hay nadie que vaya a hacerlo, me da un poco de rabia... Una de las motivaciones para mantener abierta una bitácora es, precisamente, la respuesta de la gente. Y eso no se mide en un contador de visitas anónimas, o sí, pero menos; eso se mide en los comentarios que van dejando los lectores.
(Además, Haloscan va y viene, da algún problema, se cuelga, no contabiliza siempre todas las entradas, así que alguna se queda sin leer porque da pereza abrirlas todas si no tienes claro que hay comentarios nuevos...)
Avisados quedan: vayan haciendo sus pinitos con la nueva herramienta, la verificación antispam y esas cosas, quizá un poco molestas al principio...
(Eso, claro, si he sabido yo habilitar lo que había que habilitar, que tampoco lo tengo muy claro...)
lunes, 28 de noviembre de 2005
avances
El proyecto es arriesgado. La tirada será pequeña, y el trabajo, ya lo ven, es inmediato, fresco: apuntes del natural, por así decir. Hay compromiso del autor para consigo mismo de no utilizar lápices, de no corregir... de no reeditar, si el libro llegara a agotarse. (Hablamos de un objeto de colección, amigos: estén atentos.)
Les contaré más conforme vaya sabiendo cosas... (Yo, de momento, estoy encantado con la idea. Y con los resultados. Y, sobre todo, con el hecho de que alguien, por fin, pase directamente de la fase de estaría bien si... a la fase de arremangarse y ponerse a ello: es una actitud que hace mucha falta en el mundillo nuestro...)
música para días grises
(No estaría mal, por cierto, tirar de Everything But The Girl... en su encarnación electrónica, eso sí.)
¿El fin de semana? Pudo haber sido peor...
Lo malo es que, hoy, la tertulia se me reduce a menos de la mitad: cosas que hacer. (Y lo malo es que uno tiene la sensación de que no va a servir de nada...)
Pero bueno, dejemos los cripticismos, que para eso ya están los Sonic Youth. (Tampoco es mala opción, ¿no les parece?)
Antes de apagar esto y ponerme con lo que no tengo más remedio que ponerme, una propuesta: ¿qué tal si echamos del país a Íker Jiménez? Manipulador, charlatán, ignorante, embustero... Hay tantas razones... pero quizá la más importante, para mí, sea que dilapida la herencia de Jiménez del Oso y de Antonio José Alés.
Con esta reflexión les dejo... Que tengan un buen día.
sábado, 26 de noviembre de 2005
en unos días...
Eso mismo, ya ven: el martes próximo (29 de noviembre), a eso de las ocho de la tarde, en el número 6 de la calle Válgame Dios, Javier Olivares y César Fernández Arias presentarán sus respectivos libros, editados ambos por Media Vaca.
Avisados quedan...
oriental
Leo en Babelia que se nos avecinan días extremadamente japoneses: a la publicación, por Atalanta, de su versión del muy femenino Genji Monogatari, se unirá en breve Gredos con una traducción del Heike Monogatari, masculino y guerrero, para terminar, se supone que antes de fin de año, con la publicación, por parte de Hiperión, de Kokinshuu, antología imperial lírica y canon de la posterior poesía nipona.
En los textos se permiten dudar, más allá de lo acertado de una u otra traducción de la obra de Murasaki Shikibu (que también, con algún ejemplo sonrojante... de la de Destino, ay), de lo conveniente de partir de traducciones al inglés del texto original. La excusa de que el japonés del siglo XI es poco menos que ilegible hoy día no vale, puesto que hay versiones modernas de la obra a cargo de escritores notables y especialistas y estudiosos. (Luego ya, que unos escojan una traducción de aire decimonónico y otros opten por una más reciente y aseada, añade argumentos a la polémica, claro...)
En cualquier caso, ya lo dije en su momento: en mi casa estarán las dos versiones de Genji Monogatari, como estará, en cuanto que lo vea por ahí, el Heike Monogatari (guerreros samurai, la decadencia de una saga, el espíritu feroz del japón feudal...). Cosas mías, qué quieren...
Además, también en Babelia, la más reciente novela de Kazuo Ishiguro, el de Lo que queda del día: Nunca me abandones, cuyos protagonistas son...clones. O cómo la literatura de afán tradicional, o mainstream, se apropia de elementos característicos de la literatura de género sin que el cielo se caiga... Vivimos tiempos interesantes, sin duda...
Del frío no les hablo hoy... por pereza.
viernes, 25 de noviembre de 2005
abrigo
El frío puede resultar estimulante. (Para mí sí, se lo digo en serio...) Pero lo de hoy ha empezado a ser ya serio.
Pero es que noviembre se nos está acabando... (No sé dónde se va el tiempo...)
(Lo cierto es que no estoy en mi mejor momento, pero qué quieren... A ver si en unos días...)
más noticias
Primero, la información: ya hay lista de premiados del Expocómic de este año. Si pinchan aquí tendrán acceso a ella. (Qué quieren, a mí me faltan nombres... pero es lo que hay, supongo...)
Segundo, lo de abrir boca. Sabrán ya que Ángel de la Calle, autor de Modotti, agitador cultural sin par, responsable de la Semana Negra y otras hierbas, co-director de la revista Dentro de la Viñeta y un buen puñado de etcéteras... Sabrán ya, en fin, que lleva tiempo embarcado en un proyecto del que algo comentamos por aquí: un diario más o menos personal que utiliza la Historieta como soporte (y, en buena medida, como tema). Si pinchan aquí tendrán oportunidad de ver la portada del primer volumen, que en principio se publicará en los primeros meses del año próximo. (Bueno, la portada y alguna página en la que servidor aparece...)
Les dejo ahora, en fin... El periódico, el pan... (Y tiene pinta, por cierto, de hacer un frío de los de antes de la guerra...)
ruidos
Es un silencio que casi abruma.
(Y está el ruido del teclado cuando escribo.)
La televisión está apagada y yo ando estos días más cansado de lo conveniente... Mejor me acuesto...
jueves, 24 de noviembre de 2005
finales... y principios
He estado de recaditos: de compras y devolviendo el decodificador del Canal +. Me he quitado, sí... Llevaba ya meses viendo apenas cuatro cosas al mes, y sólo me mantenía ahí la pura inercia. La pereza, ya saben. El cambio a digital y el alumbramiento de Cuatro me ha decidido. (Por suerte, tenía al lado de casa uno de esos lugares ignotos donde se tramitan estas cosas... Que una amiga se desabonó también hace un par de años y, bueno, tuvo que irse al congo para devolver el chisme...)
El fin de una era...
Por otra parte, y para continuar un poco lo que aquí se exponía hace nada, ya hay información jugosa en torno a Humo, la aventura nueva de Juanjo El Rápido en el seno de Astiberri. El proyecto parece más sólido, más ordenado, de lo que fue TOS. Veremos. (Hay gente dentro que me interesa mucho...)
Parece que la primera entrega tardará aún un par de semanas en estar en las tiendas. Hablaremos entonces...
Y tampoco tardarán en distribuirse las novedades de Dibbuks. Entre ellas, hay que destacar una: La chica perdida, de Nabiel Kanan. No se lo pierdan, es un trabajo (y un autor) sorprendente.
Y ya es jueves, por cierto.
No, por nada...
miércoles, 23 de noviembre de 2005
sol
Disfrútenlo.
brindis
Gente como Jali y Durán, Leiva, Marchante, Lorenzo Gómez y Pablo Auladell...
Hay gente ahí fuera, una Historieta emergente, nueva. Autores con mundos personales, autores que van creciendo ante nuestros ojos, con cada nuevo trabajo.
Cubren, quizá, una parcela pequeñita, pero una parcela importante.
Haría falta... no sé, más apoyo. Entrevistas, libros. Exposiciones.
(Sí, en la Semana Negra de este año hubo un primer esbozo... Mi criterio de selección no hubiera sido el mismo... pero mi criterio de selección es eso: un criterio más. Lo que cuenta es la voluntad, el gesto. Y abrir el camino, señalar en la dirección correcta...)
noches
Noches de luna llena y cielo limpio, de gatos y cigarrillos, de portales oscuros, de palabras en avalancha.
Noches de lluvia tibia y una mano, dos manos en el bolsillo del abrigo, dedos enlazados, farolas manchadas de amarillo pálido.
Noches de niebla y taxi, de mirar por la ventanilla, de llaves perdidas, de ahora qué.
Y mirar mientras ella se aleja.
Y sentir el punzante recuerdo de sus dientes en los labios, el sabor de su boca.
martes, 22 de noviembre de 2005
cambios...
Me llama la atención, claro, no la llamada, no la trampa para retrasar el examen. Ni siquiera la intervención de la policía (aunque eso sí, un poco, pero en fin...). Me llama la atención que sea la cosa, en general, noticia.
No sé, hubo un tiempo, cuando yo estudiaba (y no, no pienso dar fechas) en que no pasaba un mes sin amenaza de bomba. Era un algo casi festivo. (Eran, siempre, falsas; y, a menudo, bromas de los propios alumnos.)
(Que no lo defiendo ni lo trivializo, ojo: así lo vivíamos entonces. La inconsciencia propia de la edad y etcétera.)
En cualquier caso, las cosas están enrarecidas de un tiempo a esta parte, eso está claro, y a lo mejor es ahora jugar con fuego... pero yo diría que un adolescente no ha dejado de serlo, no va a dejar de serlo, por mucho que los tiempos cambien y con depende qué cosas ya no se pueda bromear. No estaría de más relativizar un poco...
Qué sé yo... la cosa tiene un punto grotesco, ¿no les parece?
Bah...
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Recados, esta mañana. Luego les cuento qué tal ha ido el día...
lunes, 21 de noviembre de 2005
caprichos
¿Qué les cuento? Poca cosa. Que he comprado la primera (y gruesa) entrega de El árbol que da sombra, de Tezuka. No he podido resistirme, una vez hojeado en la tienda. Lo malo es que esta semana no voy a tener tiempo para leerlo... Ya les cuento, cuando pueda hacerlo. Les adelanto, sí, que me ha gustado mucho lo que he visto... (Edita Planeta, por cierto.)
Y he comprado también Charlie y la fábrica de chocolate. DVD doble. Tim Burton, en fin... y un buen puñado de extras. (De esos que casi nunca veo, sí... por pura pereza.) Lo que más me sorprende es la rapidez con que está en el mercado la copia... ¿No fue este verano cuando la vimos en el cine?
Caprichos, ya ven. (Porque la película tardaré un tiempo en verla...)
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Más caprichos:
Camera Café, de lunes a jueves en Tele5, después de las noticias de la noche, a eso de las nueve y media.
Bombones.
Escribir estas líneas con la televisión encendida, pero muda.
Hojear de cuando en cuando el primer tomo de Gasoline Alley, editado hace ya unos meses por Drawn & Quarterly, o el gigantesco Locas de Fantagraphics. O el Ukulélé de Sfar. Hojearlos de manera desordenada, deteniéndome aquí o allá, disfrutando del objeto en sí.
Recuperar, a horas infernales, Un hombre en casa.
Mozzarella, tomatitos, cebolla picada, aceite, sal, un punto de ajo, orégano.
Escribir aquí cada día.
en la peluquería
Y los vecinos saludando desde la calle y tal...
No sé... Me gusta.
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Por otro lado (pero muy otro, ¿eh?), verán que no he comentado la jugada espectacular de la pasada semana, uno de los acontecimientos más pintorescos (y grotescos, también) del año: el asunto del 50% de descuento promovido por Astiberri, saltándose a la torera leyes, precios y a los libreros...
Sí es reseñable la reacción fulminante de éstos.
En fin...
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Por cierto, que el día está así así, por si alguien echa de menos la meteorología... En cosa de minutos me voy a la tertulia y ya luego les cuento.
Que tengan buen día.
domingo, 20 de noviembre de 2005
de domingos
O será cosa de noviembre, que tiene esa cualidad gris y como de camuflaje, y que transcurre en meandros imprevisibles y se precipita hacia diciembre en un desplomarse de previsiones y de prisas.
Domingo ya, y de buena mañana, con el periódico aún por leer, escucho a Derribos Arias mientras visito a los amigos en la columna de enlaces (ahí mismo, a su derecha en la pantalla) y tecleo después estas líneas.
Les contaría de esta semana que se nos muere hoy. De miserias enigmáticas en el trabajo, de lecturas (ah, Jeffrey Ford me está encantando...), de músicas varias.
O les contaría de la semana próxima, que se avecina intensa y demasiado larga.
Pero, qué quieren... tengo el periódico ahí mismo, sin leer, ya les digo. Y la cama por hacer. Y un libro en el que me apetece seguir ahondando. Y un puñado de tebeos. Y más discos.
Por la ventana se ve un cielo gris, gris, gris... pero no se dejen amilanar: un domingo es un domingo.
sábado, 19 de noviembre de 2005
un premio
Merecido, además.
Según leo en Casa Álvaro, Jali ha recibido el Premio Junceda en la categoría de Historieta por su PL*XI*GLS. Estos premios los concede la Asociación Profesional de Ilustradores de Catalunya, y entre los galardonados este año destacan, además, El Roto, Krahn o Juanjo Sáez.
A Jali, lo saben ustedes de sobra, se le sigue en esta casa con interés, con ilusión y hasta con fervor. (Por no hablar de la admiración.)
Su universo poético, tan cercano a nuestras más queridas pesadillas, tan dulce como el más dulce veneno, entronca directamente con lo que más apreciamos de cualquier forma de ficción: emoción, personajes carismáticos, mansiones abandonadas, cielos estrellados, enigmas y ternura.
Felicidades por el premio, en fin...
viernes, 18 de noviembre de 2005
nieblas
Mañanas como la de hoy invitan a quedarse en casa con un poco de música, un café caliente, una manta de cuadritos, un buen libro.
Mañanas de niebla y frío, de vaho en las gafas, de manos en los bolsillos y nariz húmeda.
Mañanas perezosas y desganadas. Mañanas de mirar por la ventana y no ver, o no querer ver. Mañanas hechas para deambular por la casa sin decidirse a hacer nada.
(Y lo malo de estas mañanas es ser adulto, tener compromisos, salir sin remedio a la calle, irse a trabajar... Dejar la casa vacía, la manta en el sillón, la calefacción bajita, la televisión apagada.)
artefacto
No es que provoquen imágenes, no es que me hagan soñar o me recuerden acontecimientos memorables de mi infancia. Suenan bien, de alguna manera.
Como suena bien un coche que se desliza despacio sobre la grava, o el mecanismo de una máquina fotográfica, o la lluvia al otro lado de la ventana.
O algunas risas cercanas.
convocatoria
La cosa es el martes próximo. Inauguración. Y la exposición dura hasta el 7 de diciembre.
En el Espacio Sinsentido, ya saben.
Apúntenlo en sus agendas...
jueves, 17 de noviembre de 2005
jueves
Cambios en Las Gilmore: hoy, un único episodio. El primero de la quinta temporada, según me soplan de buena fuente...
Va asomando el sol ahora... pero no deja de hacer un frío de pelotas.
¿Por el trabajo? Es verdad, hace tiempo que no les atormento... pero es que no merece la pena remover mierda, si me permiten la imagen soez. Me van llegando adelantos y noticias, gestos de gente que se va quitando la máscara... Puf...
A ver qué tal hoy...
leído
Está bien. Me ha gustado. Destacaría un par de cosas, entre las que en él se dicen.
Por primera vez en mi vida intenté hacer algo para vender afuera. Y nunca hay que pensar en eso; es una manera muy equivocada de trabajar. Habían tenido éxito mis historietas como eran: historietas de esa chica latinoamericana, con esos personajes. (...) Al mismo tiempo me pongo en una cosa muy obsesiva, de trabajar cada adoquín, cada sombra. Un laburo de horas. Era como si estuviera haciendo mi obra cumbre, una locura, y el asunto no era para tanto. La soltura del trazo vale mucho más que todo eso. Bah, me equivoqué.
Pero apenas habla de su trabajo en una docena de páginas. Lo demás es pura biografía coloquial, bien construída, emocional. Maitena, como personaje, resulta atractiva, cercana... de un optimismo nada banal. Cae bien, vamos.
luna llena
Quizá alguien la mira ahora desde su ventana. El cristal estará frío, el asfalto brillará como el charol de los viejos zapatos de domingo... y quién sabe si no habrá un espejo cerca, detrás. Un espejo de cuerpo entero, de fondo oscuro y líquido, de óvalo perturbador...
Un espejo al que acercarse con los ojos llenos aún de luz de luna; un espejo desde el que caer...
Como cada noche.
miércoles, 16 de noviembre de 2005
una sorpresa
Curioseando ayer, después de una visita relámpago a la óptica y justo antes de irme al trabajo, encontré un librito recién editado por RquR, una entrevista a Maitena realizada por Esther Tusquets. Es el primero de una nueva colección, Entrevistos, cuyos títulos futuros reunirán a Javier Marías con Elide Pittarello y a Manolo Blahnik con Elsa Fernández-Santos.
El librito, escrito con el buen gusto previsible, está lleno de fotografías. Y se habla en él de muchas cosas, pero más de trayectoria vital que de trabajos o métodos de trabajo. Ochenta páginas, rústica (con solapitas), 19 x 12 cms. Manejable, ya ven. Y bonito.
Lo leeré en breve y ya les cuento...
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Recibo noticia de Expocómic. Un par de invitaciones... Primer fin de semana de diciembre...
Qué sé yo...
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Vuelvo a dormir de pena. Pero ha dejado de llover, algo es algo. (Eso sí, el frío se queda.)
Hoy habrá luna llena, me parece... A ver si hay suerte y la noche está despejada.
martes, 15 de noviembre de 2005
y más lluvia...
En fin, la mañana parece que se presenta llena de recados por hacer, así que les dejo aquí una convocatoria para esta misma tarde y luego ya si acaso seguimos...
Pero no les dejo sin comentar la lectura de La gran aventura de los gemelos Klonski, un trabajo de Álex Fito publicado por Dibbuks no hace mucho. Se trata de un tebeo para niños. Así, como lo oyen: para niños. Y está hecho con gusto y con respeto. Rara avis.
Dibbuks es de las poquitas editoriales de Historieta (casi la única, en realidad) que demuestra un cierto interés por el público infantil. Es quizá esa su principal característica. Llevan poco tiempo en el mercado y su trayectoria tiene un punto caótico y de dispersión que se ve redimido precisamente por la atención que dedica a campos poco habituales de lo gráfico: los niños, ya digo; y la ilustración. (Tampoco es desdeñable su apoyo incondicional al autor español.)
(Por otra parte, si hablamos de trayectorias caóticas y dispersas... ¿qué decir de otras editoras tan veteranas como Norma, por un poner, con un abanico cada vez más amplio y desconcertante de títulos? Astiberri. Planeta. Todas ellas parecen dar palos de ciego en una huida hacia delante que inunda los estantes de novedades de las librerías con productos cada vez más heterogéneos e inesperados...)
El trabajo de Fito, ya está dicho, es cuidadoso, profesional y respetuoso. Tiene gancho, diría yo; chispa. Otra cosa, ay, es que llegue a su público prioritario: los chavalines. Porque la librería de tebeos no es el lugar más propicio para que ellos puedan encontrarlo, comprarlo, pedirlo a los padres... Habría que saber si en distribución se ha tenido en cuenta, si sigue cauces específicos para llegar a las secciones infantiles de las librerías generalistas...
Les dejo ahora, en fin. Voy a buscar unas botas medio sólidas, que no es cosa de tener los pies fríos desde por la mañana...
Tengan cuidado ahí fuera...
lunes, 14 de noviembre de 2005
más accidentes...
De mañana, pasarse por la óptica y tal. Gafas nuevas.
De mañana, un rato antes, a una vecina le arrancan el bolso en el portal y echan a correr...
Paraguas húmedo durante todo el día. Y el bajo del pantalón.
Compras: con retraso, el Rip Kirby de Prentice y algún Terry y los piratas.
En casa, luego (hace un rato), cena frugal y Horatio Kane.
Y sueño. Mucho sueño. Cosa del tiempo, supongo...
Y es ya casi hora de irse a la cama... y no deja de llover.
domingo, 13 de noviembre de 2005
accidentes
Luego, lo peor: se me han roto las gafas. Nada, estas monturas tan ligeritas y tal, que en cuanto que se descuida uno, se parten por la mitad... (Exagero, claro: llevo dos años con ellas, puede que más.) Tendré que pasarme por la óptica mañana...
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Ando muy despistado con Cuatro, la cadena nueva. Hay un puñado de series que, a priori, me interesan... pero sólo he conseguido ver una entrega de Anatomía de Grey. Lo demás, o se me olvida, o lo emiten a horas infernales... o ni me entero.
(En lo que respecta a la Anatomía..., servidor esperaba algo más adulto, en la línea de Urgencias o Chicago Hope. Pero la cosa es, parece, más bien juvenil. Tan juvenil que podría provocar acné, si emitieran los capítulos a pares. Ya saben, personajes inmaduros, banda sonora ultrapop, bonitos escenarios de diseño... Eso sí, tiene un fuerte componente adictivo: cuidado con ella.)
Sé que emiten Muertos como yo por las mañanas, los fines de semana. (Gran serie, por cierto.) Sé que esta noche reponen Twin Peaks. Y poco más...
Pero vamos... que tampoco me preocupa, la verdad. Bastante tengo con lo que tengo...
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Aquí al lado les dejo la portada de Alma Nake, una especie de agenda fantasmagórica editada por Dobledosis (según créditos, en diciembre pasado...) y elaborada con cariño y dulce veneno por Jali.
Yo, que soy admirador irrecuperable ya, la he encontrado y no tengo intención de escribir ni una sílaba dentro... pero les animo a que la compren para sus hijitas en edad de anotar cosas (teléfonos, direcciones de mail, proyectos y citas, pensamientos secretos, conjuros...). Ellas sabrán agradecérselo...
sábado, 12 de noviembre de 2005
p.d.
La tarde, mientras tanto, se arrastra con pereza... como a mí me gusta...
Les dejo. Sigo leyendo...
(Por cierto, un par de apuntes: del tomo de Drácula se salva, desde mi punto de vista, el trabajo de Enric Sió y el Beá dibujante; y la novela de Jeffrey Ford de que les hablaba hace unos días avanza a buen paso y con gusto.)
sábado, curas, frío...
El frío se cuela por todas partes.
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Esta tarde, de nuevo gran manifestación en Madrid. De nuevo convocan (también, o sobre todo) los obispos. De nuevo, empeñados en imponernos a todos sus particulares códigos morales, amparados ahora en una hipotética y muy sesgada libertad de enseñanza; expresión que, en sus bocas, no deja de sonar tan risible como obscena.
Leí una vez en una pared una pintada que viene al caso: La iglesia que más ilumina es la que arde.
Pues eso...
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Vistas Sin City y Hellboy estos días pasados, debo decir que la primera me gustó más de lo que esperaba (pero es que esperaba el horror) y la segunda me dejó más frío de lo previsible.
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Drawn & Quarterly ha iniciado la publicación de buena parte de la obra de Tatsumi Yoshihiro, autor fetiche de los que alguna vez imaginamos una Historieta distinta. Y lo hace en cuidada edición a cargo de Adrian Tomine. Volúmenes anuales, tapa dura, lomo de tela, excelente papel. Lectura occidental, gracias a que el propio autor se ha comprometido a manipular sus páginas para evitar en lo posible el tener que invertirlas.
Cada tomo recogerá un selección de los trabajos publicados por Tatsumi durante un año determinado, a partir de 1969, que es el que cubre el primer libro, The push man and other stories. Muchas de las historietas son ya conocidas aquí gracias a La Cúpula y Ponent Mon, pero sorprende que sean todas de un mismo año (tan pretérito, además). (Es de prever que las próximas entregas incluyan abundante material inédito entre nosotros...)
En el prólogo, así como en la breve entrevista que cierra el libro, se facilita información valiosa en torno al autor. Por ejemplo, que tiene ahora una librería para coleccionistas de manga. Que no ha dejado de trabajar en nuevas historias. Que, en su momento, Catalan Comunications editó en los USA el volumen clásico que publicara La Cúpula aquí (Qué triste es la vida en castellano; Good Bye and other stories en inglés) sin permiso ni conocimiento de Tatsumi.
El libro merece la pena. Yo les aconsejaría, tengan o no el material en castellano, hacerse con él. Aunque sólo sea por la calidad, el respeto, el cariño de la edición.
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No sé si por hacerme quedar mal, desde que empecé a escribir esto el sol está haciendo lo posible por abrirse paso... Hay un rayo que entra por la ventana, a mi izquierda, y me tiñe de oro el teclado...
(No sé... al final va a ser verdad que tienen a un dios u otro de su parte...)
viernes, 11 de noviembre de 2005
Hopey
La hemos visto crecer, madurar. Pegamento y cigarrillos, mucha cerveza y Black Flag.
Nadie tocó el bajo como ella, con esa actitud desgarbada y suficiente, con esa dejadez.
Ella fue, es, un torbellino, un huracán de labios rojos, unas manos ásperas en perpetua danza gesticulante. Y un dulce veneno...
Todos nos enamoramos de ella un poco, aunque (como ella, sí) a quien de verdad queremos es a Maggie, Margarita, esa muchacha que fue mecánico prosolar y fue después la novia y la amiga, y la mujer, todo y nada, todo otra vez, siempre todo, Maggie...
(En algún momento, La Cúpula editará Locas, la compilación ordenada del trabajo de Jaime Hernández en Love & Rockets. En algún momento, el público tendrá la oportunidad de adentrarse en el universo de Hoppers, el barrio, el centro de gravedad que mantiene unidas a estas dos magníficas mujeres, Hopey y Maggie. En algún momento, Jaime Hernández será reconocido de manera unánime como uno de los autores de Historieta más personales, creativos e inventivos que el medio ha dado en las últimas décadas.)
a ratos
Y el olor a jabón.
Y saber que la cocina, la casa entera, olerá a café recién hecho, a bollos tiernos, a ventana abierta.
A sol.
A sol, sobre todo. Y a domingo por la mañana...
jueves, 10 de noviembre de 2005
calefacción
Hoy ha amanecido menos frío el día, pero ya el cielo azul transparente de primera hora se está embozando en gris plomo...
Ayer encendí la calefacción. No muy alta, pero ya hacía falta... Los pies se quedan fríos, pese a todo, delante de la pantalla. (Delante de cualquier pantalla, sí...) Y las manos.
Hoy miro el calendario. Poco menos de dos meses para terminar el año. (Seis, siete semanas... Dos domingos y alguna fiesta de trabajo. Un puñado de lunes...) Poco menos de dos meses para cambiar, colgar el calendario de Charles Addams y empezar un año nuevo...
Y ayer me planteaba: habría que ir poniéndose las pilas, que está Europa ahí al lado, y en enero saldrá (para Angouléme, supongo) el primer álbum con mi nombre en portada... y no estaría de más que hubiera para entonces algo más, alguna otra propuesta...
Hoy, mientras la luz se va opacando y ya casi tengo que escribir a tientas, me decido. Sí, hay que plantearse el año inminente como un poco más activo, más productivo, que este 2005 de sorpresas y despistes...
(¿Decisiones de año nuevo? ¿Para qué? Uno las olvida al día siguiente de comprometerse...)
miércoles, 9 de noviembre de 2005
en orden
Son dos episodios diarios, de lunes a viernes. Cuarta temporada. (Se la ventilarán antes de que termine el mes, claro...)
Uno va grabando cada mañana y procura ver los episodios cada noche, porque si no van acumulándose de dos en dos y luego verlos (y en orden) es ya un lío...
Pero no creo que esta sea manera de ver una serie.
Como no es manera de leer una tira diaria.
Ahora, sobre mi mesa, hay un tomo magnífico, precioso, que compila casi dos años enteros de Dennis the menace, los dos primeros años del personaje. Y no tardará en llegarme el cuarto libro de Peanuts, con otros dos años de trabajo de Charles Schulz cuidadosamente presentados. Y ahí están las entregas de Krazy Kat, de Mutts. De Rip Kirby y Terry y los piratas.
Y uno se pone con ello y se bebe en unas horas lo que el lector original tardó muchos meses en ir leyendo, descubriendo, paladeando... A otro ritmo. Con un tiempo diferente entre tira y tira. Incluso con ocasionales lagunas, ese periódico que no se pudo comprar, las vacaciones...
La lectura se desvirtúa, como se desvirtúa el visionado de una serie de televisión planteada con una semana de tiempo entre episodios, una semana que sirve para diluir continuidad, para introducir elipsis que de otra forma parecen forzadas, para hacer énfasis en un suspense...
No digo, claro, que debamos leer una única tira de Carlitos y Snoopy al día, ocurra lo que ocurra. No digo que tengamos que leer a Dickens dejando pasar una semana entre capítulo y capítulo. Ni creo que debamos ver los episodios de El ala oeste de siete en siete días, una vez compremos la siguiente temporada en DVD.
Pero se pierde algo, ¿no les parece?
(Sí, sí... Ya sé que se gana otro algo... Pensaba en voz alta...)
en espera
Para empezar, una compilación de la obra breve de John Crowley, escritor muy personal que se hizo con una cierta popularidad (polémica) gracias a su muy particular Pequeño, grande, y del que tenemos aquí noticia gracias a Minotauro, que ha publicado bastantes de sus trabajos.
En Novelties & Souvenirs se incluyen prácticamente todos sus relatos (que no son muchos), entre los que yo destaco con verdadero entusiasmo Great work of time, una novela corta de viajes temporales y realidades paralelas cuajada de imágenes inolvidables y escrita con una elegancia propia de otra época.
Compré también, hace unos meses, el Diario de Hiroshima de Michihiko Hachiya, que promete ser lectura de digestión lenta. Por la fuerza de lo que cuenta y (a tenor de lo hojeado) por el estilo conciso, metódico y como casual con que lo hace.
Lo leeré... pero no puedo adelantar cuándo. (No tengo yo ahora el cuerpo para depende qué, no sé si me explico...)
Lo que, sin embargo, sí estoy a punto de ponerme a leer es The portrait of Mrs. Charbuque, una novela de Jeffrey Ford que tuvo en su momento muy buenas críticas y que, por una de esas intuiciones que a uno lo guían en sus planes de lectura (y que me descubrieron a gente como Murakami o Stephenson, en su momento), estaba deseando tener en mis manos. Es una de esas obras fronterizas que abordan lo fantástico desde una perspectiva inédita... o una de esas novelas que desarrollan una trama más o menos convencional utilizando una sensibilidad propia del fantástico (de la ciencia-ficción, incluso). Les contaré conforme vaya adentrándome en sus páginas.
La otra queda para más adelante. Está resuelta en otro registro. Si la anterior transcurre a finales del siglo XIX y tiene una ambición literaria (de tono, de forma) acorde, The girl in the glass se desarrolla durante la Gran Depresión y está escrita en un estilo más seco, propio de la época.
Les iré contando, insisto.
Ya ven por dónde van los tiros de mis apetencias literarias estos días. No descarto que, en una semana, la cosa vaya por derroteros diferentes... Así soy yo en lo que a lecturas se refiere: inconstante, disperso, impredecible... (O no tanto, vaya usted a saber...)
Por cierto... ¿les he dicho que tenemos por aquí un sol espectacular hoy?
martes, 8 de noviembre de 2005
martes y puentes
Y nos vamos a Venus, de visita. A ver qué tal.
Y un par de libros nuevos en mi montón de pendientes: Jeffrey Ford. A ver si mañana les cuelgo alguna imagen...
Y qué bonito es el primer tomo de la edición de Fantagraphics de Dennis the menace... Da gusto hojearlo, mirarlo y remirarlo, acariciarlo, sostenerlo entre las manos...
Y qué sol hace hoy...
No les canso más, en fin. Ya ven que no tengo la cabeza para mucha fiesta... (Esta noche, mañana...)
lunes, 7 de noviembre de 2005
a oscuras
Y, en la televisión, otra sorpresa: que Tele5 había adelantado la emisión de CSI Miami, quizá como golpe de efecto contraprogramante. (Ya saben: la nueva cadena generalista, el telediario de Gabilondo...)
Mañana, en el metro, no sé si resistiré la tentación de leer el tomito de Ketcham...
otro lunes
En fin.
¿Novedades? Bueno... Estuve leyendo la primera entrega de un anuario de literatura fantástica y de CF, Jabberwock, editado por Bibliópolis. Textos concisos, por lo general bien planteados y hasta entusiasmantes, si me permiten el palabro. Lo dejan a uno con ganas de leer determinadas cosas: Luz, de M John Harrison; y los relatos de Ted Chiang.
Además, incluye un artículo demoledor de Lethem y uno absolutamente modélico de Pilar Pedraza.
Una iniciativa (y una editorial) interesante.
Más novedades: el último Previews incluye algunas cosas carísimas que me niego a pedir. Por carísimas, sí. (Bueno, y está la cosa del espacio en casa y tal... Todo hace...)
Y compré ya el pack de Wong Kar Wai. Y, muy barata, Bitelchús, que no la tenía...
Y está previsto que hoy me vuelva a casa con el tomo de Dennis The Menace, ya saben... Es una maravilla de formato... cúbico, o casi. Una perspectiva que me anima bastante... (Así soy de fácil, ya ven...)
Y esta noche pasa Garci en su programa nada menos que La bella y la bestia, esa maravilla de Cocteau.
Y me han prestado un tomo que encuaderna diferentes entregas de la vieja revista Drácula, con trabajos de Sió y Beá, entre otros menos legibles. Les contaré cómo se me da el salto al pasado...
Y poco más les cuento ahora, que hace solecito y no apetece eternizarse delante del teclado...
sábado, 5 de noviembre de 2005
viernes, 4 de noviembre de 2005
sol
Todavía queda alguna mosca muy, muy despistada, lo crean o no... Casi da ternura encontrárselas al salir a la calle, revoloteando sin saber dónde ir...
Los colores, en la calle, parecen otros. Están dibujadas las fachadas, las aceras, las farolas, con una precisión especial, como de videoclip vertiginoso.
Y el tiempo pasa despacio. Y hay tanto por hacer... Un mes complicado, este noviembre...
más nombres del pasado
Se trata de un cartel para el festival Blues sur Seine, que comparte con ustedes el compañero (y vecino) R.
Desparpajo canalla y afrancesado, ya ven...
jueves, 3 de noviembre de 2005
frío
Y el cielo está gris, además.
Noviembre, ya saben...
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Leo que esta noche, en la 2, se emite Fallen angels, de Wong Kar Wai. De su etapa que a mí más me interesa: la de Chunking Express... Independientemente del doblaje, aconsejo que le echen un ojo... (Yo, ya veré... que está por ahí en un packDVD que tengo intención de comprar uno de estos días...)
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Leo que el Estatut se ha admitido a trámite, o lo que sea. Que pasa al Parlamento para su discusión, reelaboración y predecible aprobación, vamos. (¿O no me he enterado? No sé...)
Ayer, al ladito del trabajo, un puñado de borricos se manifestaban con mucho silbato, mucha bandera española y un par de helicópteros en permanente revoloteo sobre la zona...
Y digo borricos porque me provocaban, en general, bastante vergüenza. (Cantaban Viva España... La de Manolo Escobar, sí... En serio...)
A mí, qué quieren... Es que me parece tan ridículo hablar de nación catalana como me lo parece hablar de nación española... Pero vamos, que no entro en esos jaleos. Ni me van ni me vienen. Lo que me joden son las cruzadas, vengan de donde vengan y las vocee quien las vocee...
Pues eso.
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Y se me pasó hablarles un poco más de los diarios de viaje de Trondheim, que he estado disfrutando en días pasados.
Es interesante comprobar cómo va refinando el estilo. Si al principio había mucho de boceto descuidado, veloz, conforme pasa el tiempo se comprueba que la muñeca deja de temblar y la ilustración de ambientes, la postalita, se plasman con línea firme, impecable. Como que va creciendo la seguridad en sí mismo de un Trondheim que, por otro lado, se muestra a sí mismo como una colección de inseguridades, precisamente... El Trondheim personaje no tiene nada que envidiarle al Woody Allen personaje...
En resumen: un trabajo fresco y quizá menos sorprendente, menos libre, que los diarios de Sfar, pero también más ordenado, más legible... y más predecible.
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Que tengan un buen día...
miércoles, 2 de noviembre de 2005
antes de dormir
En el metro, leo el Kwaidan que compré hace ya algunos meses... (Lafcadio Hearn, Siruela... ya saben...) Agradable, ligero. Muy hermoso.
(Lo que me recuerda: Siruela recupera, de su ya mítica colección El ojo sin párpado, Un fragmento de vida, de Arthur Machen. No se la pierdan: es una joya.)
Y yo recuperé el lunes El amor duele, de Keko y Ramón de España, que en su momento no compré por prudencia (y por respeto a Keko). En el saldo de Glénat (o la oferta, en fin... ustedes me entienden) se puede comprar por cuatro €uros, cuatro. Y, claro, teniéndolo a mano, uno se deja llevar.
No lo hagan. Servidor, lo ha dejado hacia la mitad.
Imposible.
No lo lean. Por prudencia... y por respeto a Keko.
¿Qué más? Poco... o casi nada. Mañana, si acaso...
(Bueno, sí: que esta mañana empezaba a emitirse la cuarta temporada de Las chicas Gilmore, y Jane Espenson aparece en créditos...)
día de difuntos
Que amanece con solecito y eso... Quién lo diría.
Dos cositas: que deberían echar un ojo a estas cosas de aquí, a los lados. Hay ya dos entregas en DVD. Son un puro festival, oigan... (Nick Park, ya saben, y su estudio. Son animales... pero es todo tan british que uno llora de la risa...)
Ah, sí, el título. Creature comforts. Van dos entregas... y no sé si habrá más, la verdad.
No se lo pierdan, fíense de mí.
Ya en otro orden de cosas, qué les voy a contar... *cof* *cof*
martes, 1 de noviembre de 2005
noviembre (y clásicos)
Ayer me volví a casa con unas cuantas joyitas en la mochila. Entre las que no desmerece el pack de la segunda temporada de El ala oeste... pero de eso ya les iré hablando en próximos días. (Semanas, más bien... que, a mi ritmo...)
No, hoy les cuento que el Krazy Kat de Fantagraphics ha llegado al año 1935 (y 1936). Las planchas son, ya, en color. Y si los volúmenes anteriores eran un puro goce visual que uno no se cansaba de tener ahí, bien a mano, para hojear cuando el cuerpo lo pidiera (que venía a ser una vez por semana, como poco), a partir del que tengo aquí al lado, encima de la mesa, es para no creérselo. De verdad...
Y les cuento que ya está en tiendas el Totentanz de Battaglia, editado primorosamente y con un respeto exquisito por Astiberri. Y que es otra cosa de mucho disfrute plástico, que además trae recuerdos lejanos, de cuando uno leía Totem y Bumerang y así, y descubría los mundos de Toppi, de Crepax, de Moebius, de este mismo Battaglia... y se convencía de que los tebeos eran otra cosa, y no lo que se había ido leyendo hasta entonces. (O no únicamente, en cualquier caso.)
Y les cuento que, oh, está como saliendo el sol ahora mismo... Se me asoma por la ventana...
(Hay más cosas en la mochila, y hay más cosas que contarles... Pero ya luego, si acaso. O mañana...)