martes, 27 de diciembre de 2005

sol y papel

Mañanas soleadas y frías, tardes largas y nubosas. Papeles amontonados alrededor, álbumes que llevan semanas a la espera de ser leídos...

Vacaciones.


Planeta ha editado , en un único tomo, las dos entregas, firmadas por Abolin y Pont, de Donde no alcanza la mirada. Se trata de un díptico lleno de potentes imágenes y un delicado tono lírico en el que se mezclan una cierta mitología de la infancia como paraíso perdido (y la lucha, siempre infructuosa, por recuperarlo) con la pura aventura de sabor decimonónico, lastrado todo, en cierta medida, por un componente fantástico (amuletos, vidas pasadas, amores eternos...) que no acaba de cuajar en la orfebrería del relato. Casi dos centenares de páginas resueltas con elegancia y un sentido del ritmo que se deja llevar por los tiempos lentos y la contemplación del paisaje. Un libro excelente, de lectura hipnótica y que deja un agradable sabor de boca... (Sí, aún se saben contar historias así, como debe ser: dejando que se desarrollen a su propio ritmo, sin prisas, sin tensiones, sin gratuidades...)



Sinsentido, por su parte, nos devolvió a Guillem Cifré en Artfobia, una colección exquisita de paradojas gráficas y terrorismo cultural. Y nos devolvió al gran Loustal, que nos ofrece en Hermoso mar de la China un par de relatos en los que lo grotesco recibe un tratamiento lírico tan lleno de melancolía, tan heredero de otros tiempos, de otras miradas, que la sonrisa no se borra de nuestros rostros hasta mucho tiempo después de la lectura.

Y nos presenta, también Sinsentido, el debut en nuestro mercado de Gipi con su Exterior noche, una cuidadosa edición para un puñado de relámpagos nocturnos. Gipi cuenta cosas duras, ásperas. Y lo hace desde las entrañas, con unos recursos plásticos poderosos, riquísimos, herederos de lo mejor de la vanguardia italiana de los últimos años (de Pazienza a Ricci, pasando por los del grupo Valvoline). Su lectura es desasosegante y enriquecedora. La negrura de sus páginas es, si me permiten la paradoja, luminosa.


(Habrá más lecturas en breve. Ahora, mientras el sol se cuela por la ventana y empieza a acariciar el teclado entre mis dedos, les dejo para continuar con ellas.)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me gustó molto "Donde..", pero molto, es un tebeo "de los de antes"; de los que se leen a los 12 años y no se olvidan jamás.No sé si me explico.

Certero su analisis de Gipi, Don F. Coincido

Luisdeluis

fcnaranjo dijo...

Ah, qué razón tiene usted, amigo: un tebeo de los de antes. Eso quería yo decir... pero a veces uno quiere explicarse demasiado.

Pero, eso sí, insisto en mi reproche: creo que el componente fantástico no acaba de cuajar. Quizá por eso la segunda parte del libro me parece menos redonda: es ahí donde se desarrolla con todas las consecuencias.

Ahora, que estoy encantado con él. Una de las adquisiciones más agradecidas de estos meses...

(Por cierto: felices fiestas...)

Octavio B. (señor punch) dijo...

Las imágenes de "Donde..." prometen, pero faltaba una opinión, alguien que hubiera leído (eso que últimamente me pasa tanto con las novedades de Norma, donde la ecuación ignorancia+ninguneo+precio hace que no cate).
Pues...parece interesante, este tebeo de Norma que en realidad es de Planeta ;) (hip hip hurra por nuestros bolsillos)