Del Expocómic me vuelvo con el segundo tomo de El Héroe debajo del brazo, después de un rato agradable de charla con el amigo Víctor Rivas, con Esther y con FHNavarro. Además, he saludado al también amigo Alberto López Aroca, que tiene su nueva novela en máquinas. Y he vuelto a ver, después de alguna década, al señor Rafa Negrete. (Esa sensación, en fin: el tiempo pasa, sí... pero no pasa.)
Por lo demás, el nuevo espacio está bien (aunque hace un frío polar). Y me pilla cerquita de casa: ni media hora de metro. Pero sigo sin verle la gracia, la verdad...
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