Acabó el lunes (largo, muy largo) después de una visita al tanatorio. Madriz tenía un cielo, esta tarde, que era un puro festival de azules y grises. Y se han pasado las horas entre el aturdimiento de la noticia y alguna alegría pequeñita (el retorno de A, sin ir más lejos).
En la memoria, un montón de risas juntos. El mejor recuerdo, después de tantos años. Casi treinta. Casi nada...
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