jueves, 30 de junio de 2005
30 de junio
Les iré contando, claro: de mí no se libran así como así.
Por otro lado, tendré también tiempo de ponerme al día en lecturas. No hablo sólo de tebeos, pero sí principalmente; que han salido un buen montón de títulos y algunos merecen la pena. Y aquí hablamos de Historieta.
Poco, pero hablamos.
(Historieta, por ejemplo: Rapsodia Húngara, de Giardino; hoy y mañana, con El País. Fundamental. No lo dejen pasar.)
miércoles, 29 de junio de 2005
como tantas noches
O esconderse.
Sí, ese montón de cosas, se pueden hacer una idea.
Y esa sensación de derrota, no sé si me sé explicar.
En fin, les dejo aquí arriba una imagen algo tétrica, obra del señor Kawase Hasui, un grabadista (¿grabador?) japonés que trabajó durante la primera mitad del pasado siglo, si la memoria no me falla. (Les dejaré un par de enlaces al respecto en unos días, y alguna ilustración más...)
La atmósfera, ¿saben? De eso hablaba (también).
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(Un par de notas, por cierto, antes de irme a la cama: ayer tropecé en la calle con Osami-san, que me diera clases de japonés el año pasado. Un tipo encantador. Fue toda una sorpresa. Esta, sí, agradable. Y esta mañana he comprado alguna cosilla: un par de libros de Glénat, de este Saló, y el nuevo trabajo -en solitario- de Dupuy. Ya les contaré.)
cuenta atrás
Para las vacaciones. Y para Gijón. (Aquí al lado les dejo el cartel de este año, convenientemente abducido.) Y para un puñado de cosas, buenas o malas.
En el trabajo, todo sigue sujeto con alfileres: en dos días se pone en marcha el horario nuevo, con toda la complicación de cuadrantes de turnos para el personal, minorizaciones en colectivos pequeños, etcétera. ¿Quieren creer que no hay todavía nada por escrito? Nadie sabe aún si este domingo tendrá que trabajar o no...
(Eso sí: se va sabiendo ya quién se ha colocado a resguardo de la previsible lluvia, quién ha pillado ascenso vertiginoso, quién saca partido de su naturaleza de chivato... Bueno, saber se sabía; se va comprobando, más bien.)
El metro sigue siendo un aleteo permanente de abanicos, inútil en la atmósfera saturada de los vagones, de los andenes. (La gente lee, eso sí. No muchos, pero algunos leen.)
Y la televisión se me va llenando de series que me apetece seguir, todas ellas en horarios absurdos, lo que me obliga a tirar de vídeo programado y mando a distancia para pasar deprisa los bloques pantagruélicos de anuncios. (¡El + repone, en abierto, Millenium! A partir del viernes, por las tardes, antes de las noticias...)
Los días pasan despacito.
martes, 28 de junio de 2005
uno de esos días...
Verán, esta mañana ha venido a casa el técnico de la caldera para la revisión anual. Y ha llegado prontito, afortunadamente. Pero cuando he encendido la luz de la cocina... ¡oh, sorpresa! Fundida. (Les aseguro que una hora antes, mientras desayunaba y adecentaba y ordenaba los trastos en ella, funcionaba perfectamente.) Ah, pero soy un tipo de recursos: ¡tenía un fluorescente de repuesto! Me subo a la escalera, pero la cosa no va. Me bajo, compruebo que el interruptor está en encender, vuelvo a subirme, trasteo un rato... y nada.
El hombre ha hecho su revisión en penumbra.
Ah, pero no acaba ahí la cosa... Se marcha, recojo las miasmas, salgo para comprar el pan y otro fluorescente. Regreso, subo para quitar el que yo creía defectuoso y, cuando lo manipulo para retirarlo... ¡se enciende, el cabrón!
Una de esas mañanas en las que las cosas parece que se vuelvan contra tí... ya saben a qué me refiero. Confío en que el resto del día no siga el mismo camino...
Les dejo aquí, para compensar un poco la aridez de una jornada que promete ser de órdago (y no hablo sólo de calor...), y que empezó, eso sí, con la sonrisa que me provocó confirmar que Fraga ha perdido la mayoría absoluta en su feudo, una de esas ocurrencias que hacen de Mike Peters unos de los grandes. (Tengo en casa The ultimate Mother Goose and Grimm, el volumen que conmemora los veinte años de su tira: una permanente celebración del humor más absurdo e irreverente y fresco...)
Un saludo; ya luego les cuento, si acaso...
lunes, 27 de junio de 2005
calores
Me entero por ahí de que Trashorras se muda, en lo virtual, y añade, además, otra dirección de visita conveniente. Anotado queda aquí. (Y suerte con los juguetes nuevos, Antonio... Es cierto que tienen más lustre y se cargan con más rapidez...)
Les contaría más, ahora... pero lo cierto es que no he dormido lo que se dice bien esta noche pasada, y no parece que vaya a hacerlo mejor esta noche (cuestión de temperatura, ya les digo)... y voy estando ya un poquito cansado de este verano tan largo que se nos ha echado encima...
Mañana.
peladito
Eso.
Recién llegado de la peluquería, fresquito. (Y con el guapo subido, les advierto.)
Les dejo aquí al lado otro de esos libros que tengo intención de leer este verano. Es de los cortos. Ya les iré poniendo, si acaso, imágenes de los otros. Los gordos. (No sé, reyes monos y tiempos perdidos y Galdós y Baroja y hasta a lo mejor Cansinos...)
Aquí, el bochorno va en aumento. El cielo está sucio de nubes... Yo busco una camiseta, una cualquiera. Preparo la mochila, que me cuenta Lorenzo que me va a pasar unas cosas que tiene, mías, en su casa. Limpio las gafas.
(Y que no se me olvide comentar aquí, por cierto: que esta noche, a eso de las dos, vuelve El ala Oeste de la Casa Blanca. En la 2. No sé si son reposiciones o episodios nuevos... Yo, por si acaso, grabaré y ya les cuento...)
Y, en diez minutos, salgo por la puerta. Lunes. Ya saben...
domingo, 26 de junio de 2005
vísperas
Vísperas, sí.
De cambios.
Por ejemplo, hoy ha sido el último domingo que he trabajado en un único turno. A partir del mes próximo, los domingos (y festivos) que trabaje, lo haré en turno doble; de doce horas.
Por ejemplo, saldré cada día una hora más tarde.
Por ejemplo.
Cosa del P.C. que les comentaba hace unos días, y del que tanta brasa les dí en su momento, cuando estaba en plena negociación y no había manera de que las cosas fueran a mejor y todos nos temíamos que nos la clavaban.
Pues, en efecto, eso. Que nos la clavaron.
Hasta bien dentro.
Pero no teman, que el de hoy no es post lacrimoso... (Y supongo que no van a serlo los posteriores, por mal que se ponga la cosa... Que, como dije en algún momento, ustedes no tienen culpa de nada...) Los cambios no serán sólo para mal. (No aquí, eso seguro. Ni fuera del trabajo... eso sería lo último.)
Hablemos de proyectos, si les parece... Del inminente verano. De cien cosas por leer y mil por escribir. Por ejemplo, hay por ahí un proyecto con algún amigo (y vecino) que pronto podrá definirse. (Despacito... y ya les contaremos los dos, cada uno desde su casa...) Por ejemplo, hay un par de libros que me apetece hacer para Sinpalabras, esa colección suicida y modélica de Sinsentido. (Uno es el de Peanuts, sí...) Por ejemplo, la segunda entrega de esa serie en que me embarqué junto a Lorenzo y Machuca para el mercado francés. (Y esa es otra: quién me lo hubiera dicho hace diez años...) Y más cosas que están aún en una etapa tan tentativa, tan de preámbulo, que ni siquiera sabría ponerlas en palabras.
Proyectos, ay... Que no falten.
Y luego están las cosas por leer, claro... Que se van acumulando sobre la mesa, en los rincones más inesperados... Qué les voy a contar.
Si hablamos de Historieta, aún me quedan algunos tebeos por leer del último envío ultramarino. (Y se supone que en unos días habrá más...) Y en cuanto a las novedades del Saló, ya les dije que padezco de vértigo acumulativo y apenas si he comprado alguna. Esta semana próxima, en previsión de los inminentes días de vacaciones.
Una de las que sí compré (y leí) fue esta nueva entrega de la obra de Taniguchi, elegante y sensible como nos tiene acostumbrados. Un libro que compila varias historias con animales, que van de lo íntimo y hogareño a lo mitológico. Debo admitir que siento debilidad por el trabajo de este hombre, pero en estas páginas hay razones suficientes para sentirse satisfecho de su lectura.
Les hablaría también de literatura, pero casi lo dejamos para otro día... que también tengo una buena torre de libros en lista de espera, y no se van a librar así como así de que les cuente algo de ellos, sea antes de leerlos, después o durante su lectura. (Por no hablar de los que he visto estos días en algún escaparate... ¡agh!)
Les hablaría, digo... Les hablaré, sin duda.
Estos días han sido un poco irregulares. Demasiadas cosas. (Y quedan todavía un par de ellos que van a ser de traca.) Con el nuevo mes la cosa se relajará un poco, supongo... Ya lo verán.
Y les dejo ya hoy, si les parece. Con un pensamiento: yo lo que tengo que hacer es cortarme ya el pelo... A ver si mañana...
viernes, 24 de junio de 2005
azul verano
Así amanece hoy, después de la lluvia de anoche. El sol se prepara para castigar.
Aquí al lado les dejo la cubierta de lo que les contaba el otro día: un librito apaisado, de producción primorosa, que supone un curioso experimento narrativo por parte de Daniel Clowes. (Nada radical, no se asusten: la fragmentación, poco más.)
Digamos, para ser breves, que Ice Haven juega a ser Twin Peaks, con presupuestos menos iconoclastas y una imaginería que no deja de ser la propia del personal universo de Eightball. Y no lo digo por el crimen aparente (secuestro, en este caso) ni por la pueril pareja de investigadores, modelo para elaborar un matrimonio devastado. Lo digo por la multiplicación de sujetos, y por la premeditada sordidez del retrato que se hace de una hipotética ciudad norteamericana. Y por la deriva del relato, que acaba astillado en mil reflejos falsos, como en un espejo roto.
Lo digo, también, por la sensación general de vacío que su lectura deja.
Ice Haven es un ejercicio de estilo de edición cuidadosa, poco más puedo decirles ahora. Quizá este verano, si encuentro un hueco, pueda apuntar algo más... si acaso.
(Ice Haven es, sí, la prolongación natural de lo que Clowes ha venido haciendo durante los últimos años de su Eightball. Para bien y para mal.)
jueves, 23 de junio de 2005
noche tormentosa
Y ahora llueve liviano, lo justo. A pesar de los truenos que han debido despertar al vecindario en pleno. Apetece, sobre todo, asomarse a la ventana y quedarse un rato ahí, oliendo el aire fresco y escuchando la lluvia, como un idiota desocupado.
Qué les puedo contar... R también anuncia que cierra su cosa (o la deja, quizá, en barbecho). Yo, que frecuento sus textos desde no hace mucho, lo lamento, porque es uno de esos sitios donde da gusto leer, y hay lucidez y hay distancia, y hay ganas de explicarse bien.
Y que llevo ahora en el transporte público el McSweeny´s Quarterly Concern, ya saben, ese tomo tan aparente que acoge en sus páginas a lo más granado de la Historieta independiente de los USA bajo la batuta del señor Ware. No he avanzado mucho: los artículos tienen ese cuerpo endiabladamente minúsculo...
(Y que... vale, ayer estaba yo más bien clasicista y me dejé llevar por el entusiasmo steampunk, o qué sé yo... pero el caso es que Cosmos I sí se ha perdido, parece que de manera irremediable.)
Por lo demás, bien, gracias. Me voy a la ventana, si me disculpan...
perdido... y encontrado
Y hoy he leído, en el metro, lo último que ha publicado el señor Clowes, un tomito editado por Pantheon Books y titulado Ice Haven. Les contaré mañana... porque con este hombre tengo sensaciones contradictorias, y me gusta lo que hace, pero me parece tan forzado casi siempre, tan artificioso... Tengo que aclararme las ideas al respecto. Les adelanto, eso sí, que el último Clowes no sería nada sin la obra de Chris Ware. (Pero claro, eso mismo puede afirmarse de tanta gente...)
¿Qué más, qué más...? Que mañana se acaba el curso de inglés... (que ya estaba un poco cansado, la verdad...). Y que, no me querrán creer, pero... necesito unas vacaciones...
miércoles, 22 de junio de 2005
verano
Los días últimos han traído alguna noticia curiosa. Escandalosa. O lamentable. (O todo a la vez...)
Por ejemplo, nos hemos enterado, en el Senado, de que a los gays los carga el diablo. Y si no se curan es porque no quieren. (Experto, como tal lo presentaron... y ahora, después de que dijo lo que dijo y se reprodujera en todas partes, todo el mundo quiere disimular, mirar para otro lado... pero ese señor es catedrático, nada menos... O algo por un estilo. Y experto, insisto...)
Por ejemplo, me entero hoy de que el velero solar (Cosmos I... retrofutirista en el nombre, también...) no ha llegado a entrar en órbita estable. No contactan con él. Se ha perdido, parece... antes de desplegar las velas y tal...
Me entero de que Perdidos va a pasar e emitirse los jueves, para competir con la cuarta temporada de 24 (que empieza, parece ser, mañana mismo...).
Yo, si me lo permiten, me quedo con este humilde adelanto:
El libro se editará... cuando haga ya frío, seguramente. Antes de que se acabe el año. Si todo va bien. Y se editará con todo el cuidado que esta gente pone en lo que hace... que es mucho.
Les dejo, en fin, con este grato pensamiento... (Y es que, después de tantos años... ni yo mismo me atrevo a creerlo.)
lunes, 20 de junio de 2005
avance
Deprisa: que aún me quedan un par de cositas por afinar para mañana... (Luego, unos días de relajo y embarcarme en una cosa nueva: un reto. Si eso, cuando llegue el momento les cuento...)
Aprovecho, eso sí, para comentarles que tengo un par de novedades de ultramar en casa, guardaditas para, cuando tenga un rato, leerlas: Geary y Clowes.
Y eso.
el ventilador
Ahí está ya, sobre la mesa camilla y enfocando su brisa directamente hacia mí.
El verano empieza, en definitiva, cuando uno rescata estos electrodomésticos de su retiro y los pone a funcionar sin detenerse a quitarles el polvo acumulado...
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Ya vieron ayer: demasiados papeles, demasiados deberes. (Aún no están terminados; luego, si eso...)
Se me pasó comentarles que terminé ya de ver la primera temporada de Los Picapiedra. Ahora, claro, espero con ansia que aparezca la segunda en el mercado. (Creo que en uno o dos meses...) Se me pasó, también, que en la sobremesa de ayer estuve viendo Ojos negros, película de 1987, dirigida por Nikita Mikhalkov e interpretada por un extraordinario Mastroianni. La recordaba mejor de lo que ayer me pareció, pero aún así me pareció excelente. Melancólica, traviesa, llena de amor a la vida. A pesar de que la muchacha rusa resulta menos enigmática de lo que pide el personaje... (Ah... y Mastroianni está soberbio... ¡Qué personaje, además!)
Se ma pasó, también, comentarles de mi alegría por el mal ratiño que los de Fraga deben estar pasando ahora mismo...
No importa. Se lo cuento ahora todo.
Y en un ratito saldré a la calle. Tertulia, ya saben. A ver qué se cuenta mi gente del Saló; noticias, chismes, intuiciones, secretos.
(Y, quién sabe... a lo mejor hasta compro tebeos...)
domingo, 19 de junio de 2005
una baja
No era un espacio que visitara a diario, ya dije hace poco, pero sí uno que me gustaba frecuentar de cuando en cuando. Un sitio cálido en el que uno podía curiosear un rato largo y sentirse cómodo...
Se la echará de menos, señorita. (Yo, de todas formas, no la borro de mi listado de enlaces. Por eso mismo que dice usted: por si acaso vuelve en un tiempito corto.)
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No se hacen idea del calor que está haciendo. (Que no es cosa de temperatura, sólo: también de sensación, de piel pegajosa, de agobio, de atmósfera espesa...)
Y yo, esta tarde, tengo sesión de números y unos cuantos deberes por hacer. (Definitivamente, habrá que recuperar el ventilador de su rincón de camufaje, que no tengo yo trastero y sí un par de rincones más o menos camuflados) Si acabo todo a una hora razonable, ya les contaré algo más...
sábado, 18 de junio de 2005
aviso
Tengan cuidado, pues... Háganme caso.
(Utilizar al gran Larson para estas cosas quizá no es lo más apropiado... pero la imagen me pareció irresistible: tanta indignación cloqueante...)
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Pero hablemos de cosas que de verdad importan: ¿han comprado ya Centauros del desierto? Hoy, con El País. (Además, una crítica del último Murakami: Tokyo Blues, un libro excelente y adictivo del que no tardaremos en hablar por acá...)
viernes, 17 de junio de 2005
cada noche
Y quedo quieto delante de la pantalla, a la espera de que algo se me pase por la cabeza.
En ocasiones no es del todo así. En ocasiones, incluso tengo ya una idea clara de lo que voy a escribir cuando enciendo el ordenador. Pero otras veces me dejo llevar, sin más. Una frase lleva a la otra, una idea empieza a insinuarse. Y me quedan, a veces, unos textos raros, de extraño pelaje, que me sorprenden incluso a mí mismo cuando, al día siguiente, los releo antes de comprobar si alguien ha dejado recado de algo...
Y pensando un poco en todo esto, me doy cuenta de que lo que nació con camuflaje de bitácora más o menos centrada en los tebeos va transformándose despacito en otra cosa, en algo más personal, un espacio, un rincón, en el que hablar de tebeos (claro), de libros, de películas... pero de mí, sobre todo; y de cosas pequeñas, cotidianas; y de cómo me afectan.
De lo que me va pasando por la cabeza, en fin.
De la misma forma, visito con cada vez mayor frecuencia los blogs más personales que voy añadiendo en la columna de enlaces. Despiertan más mi curiosidad, supongo.
Yo no sé cómo lo ven ustedes... pero lo cierto es que lo prefiero así.
músicas
Después, en el metro, apoyado cerca de un ventanuco abierto para combatir el sofoco, me vino a la cabeza la obviedad: me gustaría tanto tener una banda sonora permanente, poder pasear por la acera del Jardín Botánico mientras suena un algo de DJShadow, fundir a The Cure cuando entro a trabajar y bajo las escaleras de piedra y me adentro en largos pasillos; dejar que suenen Los Secretos cada mañana, tomar cervezas con Vainica Doble y con Aztec Camera apagados por la conversación, por las risas... Que cada amiga, cada localización, cada momento de transición tengan su canción, su pedacito de Nyman o de Jobim.
Cosas obvias, en fin. Los viernes son así: propicios a lo banal. Cansancio acumulado y aceras abrasadas de sol.
(Menos mal que aún nos quedan Linus y Pig Pen...)
deprisa
Me he acercado un momento a la presentación de Modotti II. Quería saludar a Ángel, el flamante autor. (Ya saben que a mí, estas cosas sociales no me van demasiado... pero un día es un día...) Y había gente. He visto a Jesús Palacios, he visto al amigo Oliver, he visto a Jesús Cuadrado y a Jesús Moreno, claro. A Lorenzo Gómez. A Ricardo Dibbuks, que me ha adelantado algún proyecto ya firme. La mujer que ha presentado el libro (Ángela Vallvey, si no me equivoco) es muy guapa, y ha hablado con sensatez y una pizca de entusiasmo que me ha parecido muy saludable: estoy tentado de buscar alguno de sus libros... Luego ha tomado la palabra el propio Ángel de la Calle, que ha estado seductor y hechicero, como acostumbra: vendería polvorones en el desierto, si se lo propusiera. Ha dicho cosas muy bonitas, ha dejado claro cuánto ama la Historieta y hasta qué punto este proyecto en torno a la Modotti ha cambiado su percepción del medio y su propia identidad como creador.
Después, la algarabía, ya se imaginan. Y yo he hecho mutis.
(Por cierto, la exposición de Rodrigo es magnífica, pero a mí el trabajo de Rodrigo... qué quieren, no me interesa nada...)
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Enlaza Sergio en su sitio un par de entrevistas interesantes, a Durán y a Bleda. No está de más leerlas.
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Por lo demás, las cosas están en plena efervescencia en el frente laboral, y seguirán así, me temo, durante lo que queda de mes. Ya les iré contando. (O no, que tampoco ustedes tienen la culpa de nada...)
(¿Les he dicho ya que el calor ha vuelto?)
jueves, 16 de junio de 2005
esas noches
Tengo un amigo que, en su boda, abrió el baile con el Golden Brown de The Stranglers (un vals, al fin y al cabo). O quizá lo recuerdo yo así, después de que me contara que pensaba hacerlo. La memoria suele acomodarse y autoregularse siguiendo pautas alejadas de la realidad. (Ayuda la considerable ingesta de alcohol, y la sensación de irrealidad que acompaña siempre a esa extraña ceremonia: una boda.)
Tengo una amiga que se hizo bombera, como los más viejos del lugar recordarán, sin duda. Hace tiempo que perdimos contacto, y probablemente su hija, rubia como ella, una niña que apenas levantaba entonces tres palmos del suelo, sea ahora uno de esos juncos tatuados que embellecen nuestras calles.
Tengo unos cuantos amigos huidos a Galicia, alguno exiliado en los USA. Quizá naufragios prematuros, quién sabe. (O quizá, cabe también esa posibilidad, los únicos que mantienen la cabeza, todavía, fuera del agua.)
Tengo sensaciones contradictorias, no sé si hasta magnéticas; y la convicción inexplicable de que los días me los están haciendo más largos, que vienen ahora, de serie, con más horas: horas todas inútiles y larguísimas, pegajosas.
Abriría la ventana... pero la noche está, también, pegajosa.
miércoles, 15 de junio de 2005
algo se mueve...
El próximo jueves, ya saben. Ángel de la Calle me lo deja dicho en su correo: invita de mi parte a todo el que ande por la capital, que será bien recibido.
Pero, y además, hay otra presentación esa misma tarde, a esa misma hora... El amigo KB me pasa recado de que, en el Centro Riojano de Madrid (Serrano 25, 1º), a las 20´00, se presenta la novela Ruavieja, 32, de Francisco Javier Bañares Caro.
Dicho queda.
martes, 14 de junio de 2005
de retirada
Retirada moral, digo. Metafórica, si quieren.
La noticia del día. (De mi día, quiero decir.) Nada más llegar al trabajo, después de curiosear por alguna tienda para ver qué hay editado en digital del señor Mertens... Que el Puto Convenio (al que a partir de ahora, y si se tercia, nos referiremos como P.C.) se ha publicado ya, luego entra en vigor, a todos los efectos, ya.
En la gente, una sensación de derrota... como muy de viejo western, no sé si me sé explicar... (Además, soplaba un viento completamente Leone hoy, a la hora de comer.)
Y los que ayer me reprochaban, y hasta atacaban con acusaciones de manipulador (y manipulado), hoy empiezan a verle las faltas, y las trampas, y hasta las minas antipersona, al P.C.
Así que, para evitar naufragios innecesarios, decido mantener bajo el perfil y volver a mi posición natural de observador. Emboscarme.
Y aquí abajo les dejo mi lectura inmediata: el tercer volumen de Peanuts, calentito aún de su viaje de ultramar. Para distraer la rabia y amueblar con elegancia las próximas horas, no sea que la tentación de lo melancólico (o de la bilis mal digerida) tire de mí más de la cuenta.
(Hablábamos ayer de la belleza de la música de Mertens. También la hay en Peanuts, ¿saben? De otra manera. Con otro compás, y me van a disculpar que use términos que no acabo, en lo musical, de dominar. Pero ahí está... al alcance de la mano, rozando los dedos, a poco que uno se deje atrapar.)
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El día no hubiera sido tan malo. Empezó razonablemente bien. Incluso me ha proporcionado un encuentro casual, en plena calle, con mi amiga B, que me cuenta que se ha descubierto un mechoncito canoso... (¡El horror!)
Y, hablando de encuentros casuales... Anda por Madrid David Caruso, el actor pelirrojo que sabe, como nadie, vestir unas gafas de sol... Un tipo amable, con un punto de timidez y sin sombra de petulancia.
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Tengan cuidado... (Y no lo digo por Caruso, claro...)
martes, sí... (postdata)
Yo anoche les quería comentar que en Miradas 2 se había hablado del Saló de Barcelona, superficialmente, sin implicación. Y que también se había hablado de Wim Mertens, un señor que edita disco nuevo y del que aún conservo varios vinilos entre mis tesoros inútiles (porque plato ya no tengo, claro...). Se emitieron fragmentos breves de algunas de sus piezas más conocidas... y volvió a erizarme la piel. Su música tiene, en general, una belleza pueril, pero a veces se cuela en el torrente sanguíneo y ya no sale de ahí nunca...
Me gustó mucho, en su momento, y descubrí ayer que aún me gusta mucho.
Por lo demás, he dormido de pena.
¿martes?
Ah, pero la curiosidad... ya saben.
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Y a lo largo del día se ha venido hablando de ese nuevo plan del Gobierno para prejubilar a un montón de funcionarios (y empleados públicos, supongo; que no es lo mismo...) y conseguir así "sangre nueva" que pueda negociar en Europa, hablar idiomas... (palabras textuales, que se lo he oído a un señor en la televisión).
Ja.
Traducción: prejubilemos por abajo para facilitar la subcontratación de determinados servicios con empresas que nos salen muy baratas. Y ya luego, si acaso. (¿Por arriba? Perohombrepordios... ¿estamos locos?)
¿Idiomas? Ay...
Veremos, que imagino que la cosa traerá cola.
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He visto en las tiendas el tebeo de Purita Campos, y es bonito bonito...
Mañana les sigo contando, en fin. (Hoy, para ustedes... ya me entienden...)
lunes, 13 de junio de 2005
nubes
A mí es que la conexión fútbol-infancia no me ha funcionado nunca, ¿saben?, y la melancolía con balón no ha sido lo mío jamás. Pero no es difícil obviar la cosa balompédica y centrarse en eso, en la melancolía de una historia sencilla y bien resuelta.
Ahí fuera está el cielo indeciso, y sopla una brisita fresca un tanto incongruente, porque aquí dentro se me ha atrincherado todo el calor de estos días y no hay quien pare en casa...
Y Fatboy Slim pone de su parte para levantarme un poco el ánimo...
domingo, 12 de junio de 2005
papel y tinta
Yo, en mi casa, sigo con mis breves raciones de Flintstones, que me parecen, capítulo tras capítulo, auténticas joyas. (¡Y qué guiones! ¡Y qué diseño!) Se me acumulan las lecturas, a la espera, además, de ponerme en serio con las compras del Saló, si acaso. Y reciclo música un poco al azar, procurando siempre elegir lo que tengo razonablemente a mano: nada de rebuscar, eso exige una implicación de la que no me siento ahora capaz.
Y, despacio, se va pasando el mes... Y, oigan, que en julio tengo unos días libres, y buena falta me hacen. (Necesito desconectar del trabajo. No es una manera de hablar: de verdad me hace falta desenchufarme de todo lo que tenga que ver con. Aunque sea un par de semanas, con la certeza de que la vuelta puede ser Vietnam...)
(Ya lo ven, ni papel ni tinta...)
sábado, 11 de junio de 2005
urgencia
Tormenta breve, pero tormenta.
Y les dejo aquí el enlace a la lista de premios de Barcelona. El Saló, ya saben.
Una lista... tormentosa, me parece. Tiempo habrá de hablar de ella...
Les dejo. El viernes terminó hace ya más de una hora, y mañana aún queda mucho por hacer...
viernes, 10 de junio de 2005
pulpa
Y a veces, la liebre salta donde uno menos la espera. Ayer, a punto de salir corriendo de la tienda, me detuve a hojear Vencedores con vencidos, la última entrega que de la serie El Pulpo ha editado bang, porque la cubierta me llamó la atención y porque recordé haber visto en alguna parte un dibujito que me había gustado.
No lo dudé: aquí está, en casa, a medio leer. Se trata de un pulp de tono descreído y mitómano, atento a los clichés y resuelto con desparpajo. Y la sorpresa (o la liebre) se debe al ilustrador y adaptador (porque Andreu Martín es autor de la novelita en la que se basa el guión): un tal Ed, del que nunca oí hablar y que echa mano de un buen puñado de recursos impagablemente pop que lo ponen a la altura del Hempel de Tug & Buster, por citar algo.
Además (pero esto es anecdótico) se incluye un CD con la banda sonora del libro, un trabajo de atmósferas turbias y músculo callejero en el que también ha estado involucrado el dibujante, al parecer... Todo, por 13 €uros.
Pero estábamos en el asunto de las novedades. Ayer vi muchas, mucho papel. Cosas notables, como el Pasolargo de Jan y Efepé (con color de Carlos Puerta). Cosas de las que se hablará largo y tendido, como las dos entregas primeras de Terry y los piratas de Planeta, o su edición del Peanuts integral de Fantagraphics, sin sobrecubierta pero bastante respetuosa, aunque se han cargado, me parece, el bitono amable de Seth en algunas de las páginas.
Cosas tan bonitas como la recuperación del mejor Toppi.
Un montón de cosas. Habrá tiempo, insisto, de hablar de todas ellas. (O, más bien, de las que tengan más interés... que no son tantas.)
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Se abrió hace unos días un nuevo espacio electrónico dedicado en exclusiva a la Historieta española. De pretensiones informativas, se llama Cómic made in Spain y en él puede leerse una entrevista a Jali.
Como ya he dicho, se trata de un espacio sin pretensiones críticas o de opinión, sino meramente informativo. De realización colectiva, no es un mal lugar donde curiosear de cuando en cuando, creo...
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En cuanto al Peanuts paisano de ayer... no me gustó, la verdad. Es una selección al buen tuntún de una parte del material que publicó hace unos meses la editorial El Aleph. Dominicales remontadas.
Y, además, no sé si para hacerme quedar mal... ¡Peppermint Patty no aparece en ninguna de las páginas!
En fin...
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(Antes de dejarles, que se me echa el tiempo encima: no olviden, los que estén hoy en Barcelona, que se presentará la Semana Negra en la librería Negra y Criminal, en la calle Sal, 8, a eso de las ocho de la tarde.)
jueves, 9 de junio de 2005
paisanos
(Mañana, La Marca Amarilla, del gran E.P.Jacobs. Otro registro, otras maneras, otro género. Imprescindible, también.)
Les dejo, ahora: voy con la hora pegada. Ya luego...
miércoles, 8 de junio de 2005
se termina el miércoles...
Anoche se me olvidó comentar algo que me hizo ilusión de las noticias del día. (Una ilusión un poco boba, casi ingenua; no tengo edad ya, pero qué quieren...) Que no sé qué juez de la Audiencia Nacional (cito de memoria) pretende que los soldados americanos que mataron al periodista Couso vengan a declarar.
David, Goliat... ya sé. Y un tipo de por allá ha declarado ya que se congelará el infierno antes de que sus chicos vengan acá, imputados o no.
Pero, por un momento, me vino como un arrebato de optimismo al leerlo...
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Hoy me he enterado de que la amiga Magda también compite en el concurso, ya saben... Y he votado por ella, claro. No la leo a diario, pero visitarla es siempre agradable, y su espacio es de los más acogedores que frecuento...
Y mañana, madrugón.
Y esta noche, calor... A ver si hay suerte y puedo dormir algo más que estos últimos días...
una de esas mañanas...
No queda café, hay que hacer. Una pila de cacharros por fregar.
Y ha desaparecido la acera de sombra.
Y uno abre el periódico y se entera de que ha muerto Anne Bancroft. (Aunque no, a mí El graduado no llegó nunca a enamorarme, ya ven... Pero ella sí: esa fuerza, esa belleza amarga.)
(En el campo de lo retro, conviene mencionar aquí, porque me viene ahora a la memoria, que Clarke, el de 2001, escribió hace muchos años un relato titulado El viento del sol. A propósito, claro, de Cosmos I, el velero solar que va a lanzar Rusia uno de estos días.)
El día promete ser eterno.
martes, 7 de junio de 2005
alineación
Más bien mitológica, si acaso. Verán, había ya oído hablar de este librito. (Había leído sobre él, más bien.) Una curiosa conjunción: el universo de Holmes, tan victoriano y racionalista, y las pesadillas de Lovecraft, tan oscuras, que postulan una realidad porosa y frágil, incapaz de retener los horrores que acechan del otro lado.
En mi caso, dos mitologías muy cercanas. La primera, porque forma parte de mi educación estética desde muy pequeño. (Sherlock Holmes, señores... que tire la primera piedra aquel que no.) La segunda, porque la descubrí de golpe a la edad adecuada (andaba yo haciendo BUP; la pura edad del pavo, que se decía entonces) y en las maravillosas ediciones de Bruguera y Alianza, con Llopis y Frabeti al timón.
Del libro he leído, hasta ahora, la aportación de Gaiman, ingeniosa y muy bien escrita: A study in emerald. Ya les contaré.
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Perdidos.
Vale, me mojo: a mí me ha gustado.
Hay que decir que, después de tanto alboroto, quizá sabe a poco. De no conocer nada de antemano, probablemente me hubiera sorprendido más.
Pero desde aquí lo digo: estoy enganchado.
(Es cierto que, en realidad, es muy fácil engancharme... pero, qué quieren, ya casi nada lo hace; reconozcamos los méritos de quien lo consigue.)
Hablaremos, no obstante, más despacio de esto.
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Y ayer se me olvidaron algunas cosas. Esta cabeza...
Por ejemplo, que Opportunity se ha liberado ya de la trampa de arena en la que se había atascado. Ya está rodando otra vez por Marte...
Y algunas más. Recuperarlas no tendría mucho sentido. Puf...
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El día ha sido un poco menos agobiante, pero he ido a todas horas en piloto automático: falta de sueño.
Y me he comprado un Taniguchi nuevo.
Y la vida sigue, que no es poco...
después del lunes
Para abrir boca, les dejo aquí arriba un adelanto del trabajo de Pellejero y Gálvez para Salgariana, el homenaje que la Semana Negra hará, en forma de libro, al creador italiano.
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Por otra parte, me he enterado hace un ratito de que son muchos los vecinos que también están en la cosa de 20minutos: Sergio, Micko, la gente de Vía News, el señor Pons... y unos cuantos más.
Qué voy a decirles... estoy en buena compañía.
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Calor, ya se habrán dado cuenta hoy: un calor como de otra época. Yo este verano... no sé, no sé qué va a ser de mí...
Y, en cuanto a novedades y eso... pues que cuando se acumulan tantas en tan pocos días, me pierdo y ya no veo... He comprado, sí, una cosita de Ulf K en castellano, que editan al alimón Cabezabajo y Aleta. Lo leeré mañana, en un momentito, y ya les cuento... (Les adelanto que, a mí, Ulf K me gusta mucho.)
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Un traguito de agua fresca y a la cama, que mañana hay que madrugar...
lunes, 6 de junio de 2005
hoy es lunes
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Verán aquí al lado, en la columna de enlaces, un señor vocero de tamaño considerable. Es para que voten ustedes, si tienen a bien, en ese concurso de blogs al que me apunté hace unas semanas. La cosa es que podrá votarme todo el que quiera... una vez al día.
Nunca me ha gustado participar en estas cosas. (Ni en casi ninguna otra.) Pero, visto lo heterogéneo de la competencia (ahí están el señor Absence y R, que también merecen sus votos, y el mío), puede ser divertido.
En fin... ya les iré contando cómo va la cosa.
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Ayer estrenaron, de manera clandestina y muy accidental, Perdidos, serial televisivo de prestigio que, dice quien lo ve, está llamado a convertirse en título de culto, o casi. Fue en TVE, en la Primera. Después del tenis.
Yo, que lo grabé de puro milagro y porque tuve una tarde más bien deslavazada y de sobremesa lacia, no lo he visto aún. Debieron emitir un par de capítulos, al menos.
Ya les contaré mis impresiones esta semana, cuando lo haya visto.
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Como ya les contaré algo de las novedades que pueda hoy comprar...
Como ven, todo hoy parece una sala de espera... un ya veremos.
A ver si luego, a ver si acaso...
domingo, 5 de junio de 2005
notas
Habrá que desembalar el ventilador, está visto...
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Ayer, por la noche, cena agradable con amigos. En un restaurante muy razonable, con unas verduritas al grill y una ensalada sabrosa y un vino rico y unas cosas de paté y quesos y unos postres espectaculares; y una camarera tan encantadora que hubiera sido cosa de adoptarla.
Buena conversación, bastantes risas. (Lo mejor para el ánimo, sin duda.)
Luego, después de un paseo laberíntico por la zona de Malasaña, una copa en el Penta, ya ven: como en las canciones.
La noche de Madrid, por cierto, y me van a perdonar por reiterar lo evidente, son tan bonitas que deberían estar dibujadas por Jaime Hernández. (Y de hecho, hay portales y bordillos, hay rodillas y gestos... que él ha dibujado ya, estoy seguro.)
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Hace un par de días, por otro lado, en mi ronda rápida de librerías y novedades, pude hojear unas cuantas.
No sé cómo decirles, pero la gente de Dibbuks ha editado un Calatayud obligatorio: La diosa sumergida. Astiberri se lanza con varios tomos, algunos en tapa dura; atención al de Espinosa: una edición muy bonita.
Pero habrá tiempo de hablar de novedades. La semana próxima habrá muchas más, seguro.
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Por si viajan, precisamente la semana próxima, a Barcelona, echen un ojo aquí.
Si viajan el mes que viene a Gijón, aquí tienen una pequeña sorpresa. (Las hay siempre, por allá.)
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Les dejo. Hay por aquí un par de hormigas que se están poniendo un poco vehementes sin ninguna necesidad...
otra joya
Lo busqué, intrigado por un texto de Luis Alberto de Cuenca (responsable de la traducción, prólogo, notas y apéndice del librito). Ahora, aguarda en la pila de las cosas por leer, que va creciendo sin freno... ay...
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Y sí, claro, cómo no voy a contarles: hace un calor que no es normal.
sábado, 4 de junio de 2005
cerrad las ventanas
El sábado es como mirar al cielo y ver que arde.
Y ya mañana, si acaso...
viernes, 3 de junio de 2005
viernes veneciano
La edición, en dos álbumes, de El País recoge la de Norma: coloreada y remontada con respecto de su publicación original (con beneplácito, parece, del autor). Es cierto que Hugo Pratt no prestó nunca atención a la plancha como unidad lingüística, se centraba en la viñeta y en el avance lineal de la historia. Y es cierto que el coloreado, suave, brumoso, tiene un aire muy similar a sus propias acuarelas, y no es en absoluto intrusivo. (Especialmente a partir de este libro, con un trazo tan fluído y un tratamiento de los blancos y de los negros... tan plástico, tan oriental.) Es cierto, también, que a uno le da no sé qué pudor disfrutar de un libro que no se publica como el autor lo concibió en un principio...
El caso es que Fábula de Venecia es uno de los Corto Maltés que más me han gustado de siempre. Quizá sólo la aventura en Siberia y alguna entrega de Las Célticas lo superan, en mi personal agenda de favoritos. Así que esta edición desdoblada en dos, con su(s) tapa(s) dura(s), me parece un regalo. Si pueden (y si quieren), si no lo conocen, háganse con ella y déjense llevar.
(La semana próxima, un Peanuts y La Marca Amarilla, el clásico imprescindible de Jacobs. No son, tampoco, opciones desdeñables.)
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Con respecto a la nueva oferta juvenil de El País, eso titulado EP3 que incluye contenidos digitales gratuitos, además, debo decir que, hojeado con cierto desinterés, viene a ser una versión deslavazada y confusa del Tentaciones. Los mismos contenidos y una maquetación que no distingue las publicidades de los artículos.
Aburrido.
jueves, 2 de junio de 2005
piloto automático
El secreto, claro, está ahí: mirar para otro lado. No ver. No querer ver.
Que es el paso inmediatamente anterior al de lavarse las manos y desentenderse...
Así que uno llega a casa más derrotado que cansado. (Sutilezas a estas horas: quién me manda a mí...) Pero con ganas de poco.
(Breve consuelo: Eduardo Manostijeras baratita en la FNAC. Y un grandes éxitos de la señorita Rosenvinge, debilidad personal de un servidor.)
miércoles, 1 de junio de 2005
comprimidos
Tenerlo todo aquí sirve, eso sí, para comprobar que ha evolucionado, para confirmar que ha ido a mejor. Sobre todo, como dibujante: lo que publica ahora en EPS es muy superior a lo que aparece en esta compilación.
No hay que sacar las cosas de sus quicios: hace un humor que no llega a herir, una cosa amable que arranca sonrisas a partir de retratos cotidianos y clichés a menudo más reales de lo que todos quisiéramos.
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Por aquí, todo bien. Más o menos.
A las hormigas, hoy, las acompaña una polilla minúscula y más bien nerviosa...
Semana Negra
Como ya saben (y si no, deberían mirar aquí al lado, que les mantendrán al día) el primer fin de semana estará dedicado a los historietistas nuevos, y el segundo a la gente de los sesenta y setenta, con exposición incluída. Habrá libros (gratuitos, sí... pásmense...) en torno a las actividades de ambos fines de semana. Habrá un puñado de gente muy considerable: JCFernándes, Milazzo, Manfredi, Abulí, Félix Vega, EVegas, Raquel Alzate, Valenzuela, Carlös, Brieva, Vázquez, Carlos Puerta, Garcés, Marta Cano, Carlos Giménez, Fernando Fernández, Luis García, Leo Sánchez, Ventura, Calatayud, Azpiri, Font, Usero, Pellejero, Guiral, Quim Pérez, Lorenzo Díaz, Pepe Gálvez, Fernando Tarancón, Jorge García, Migoya, Yexus, Jesús Moreno... (Además, Peter Berling, Anselm Ainsley, Christopher Priest, Negrete, Rafa Marín, Elia Barceló, Aguilera, Domingo Santos, Ángel Torres, Rodolfo Martínez, Sapkowski, John Kessel...)
Demasiados nombres para una mañana gris, ¿verdad? Pues me dejo un buen montón en el tintero... (Y los que quedan y yo aún no sé. Por no hablar de los que viajarán por su cuenta, sólo porque les gusta volver por allá...)
Qué decirles... Solo una cosa: si pueden, vayan. Que, además, Gijón es una ciudad bonita y amable. Y tiene mar.
las dunas de marte
Cuentan en el periódico, también, (en todos, imagino) de Garganta Profunda, que ha resultado ser un señor que quería vengarse por que se le negó un ascenso. Qué poco sentido de lo épico... En la foto, un viejito saluda desde su andador, entrañable, cordial. Mitos en alpargatas, por así decir...
Y resulta que se ha muerto Oscar Brown Jr.
Y que los obispos se van de mani... como cuando éramos más jóvenes: me los imagino quedando para hacer luego un salto, quemar unos contenedores, pintar la fachada de alguna sede del PSOE. Con sus mochilas, sus deportivas, sus pañuelos palestinos...
Y a Rodolfo Martínez le han dado el premio de literatura fantástica que convoca Minotauro. Por la novela Sicarios del cielo. (Que, a tenor de lo que he leído, promete ser, como poco, intrigante. Cosa de mirar...)
Y ya que hablamos de cielos, el de Madrid, mientras tanto, sigue de un gris muy gótico. Y yo, con un artículo por terminar...
Les dejo, en fin. (Ah, el deber...)