miércoles, 28 de diciembre de 2005

libros y frío...

Sí, señores: un frío que pela.

Y lo sé de buena tinta, que llevo casi todo el día en danza, y me he fiado del solecito que entraba por la ventana antes de salir, esta mañana... Pero vamos, que ya está, estoy ya en casa, me he relajado, he guardado las compras y he curioseado un poquito por ahí, por los sitios amigos...


Y como hablábamos anoche de libros, me permito añadir aquí algunos títulos más. Por ejemplo, La muerte de Arturo, de Sir Thomas Malory. La ha editado, en dos atractivos tomos (que recogen, además, ilustraciones firmadas por Aubrey Beardsley), Círculo de Lectores. Tiene traducción de Francisco Torres Oliver, prólogo de Carlos García Gual y epílogo de Luis Alberto De Cuenca. Aguardan, los dos tomos, sobre un montón que empieza a derramarse en todas direcciones... Un montón del que forma parte otra edición de Círculo: Los Tres Mosqueteros, Veinte Años Después y El Vizconde de Bragelonne, de Alejandro Dumas. Un total de seis volúmenes de atractiva presencia, llenos de ilustraciones de época, que prometo, un día u otro, leerme de cabo a rabo... aunque no les sé decir cuándo.

Y está por ahí también, a mano, La novela de un literato, de Rafael Cansinos Assens. Y La busca, Mala hierba, Aurora roja, del maestro Baroja.

(Por no hablar, claro, de mi fijación nipona... que en poco tiempo se resolverá con tres o cuatro tomos de consideración, de los que ya hablamos por acá... y de los que volveremos a hablar en detalle.)


Libros, frío... y roscón de Reyes tierno: no son malos mimbres para una buena Navidad, ¿verdad?


(Sé que algunos se darán cuenta de que más de un título de los que hoy menciono estaban ya al empezar el verano en mi montón de prioridades lectoras, pero es que mi relación con los libros es así: irregular, inestable. Me guío por impulsos y apetencias repentinas. Puedo buscar durante meses una novela determinada hasta dar con ella y... dejarla sobre una mesa durante un año entero. Y puedo, de un día para otro, rebuscar en el caos polvoriento de mi biblioteca hasta dar con ese título que me pide el cuerpo de repente leer en ese momento... Así que sí, quizá en un mes les cuente cuánto me han gustado las tres novelas de Baroja, o quizá la próxima Navidad vuelva a decirles que tengo en lista de espera lo de Dumas... pero así soy yo.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Respecto a Círculo de Lectores... Cuidado con esa edición fastuosa de "Las mil y una noches"...


Valentín Vañó

fcnaranjo dijo...

Ay, sí... No crea que no me tienta...