martes, 13 de diciembre de 2005

pues eso: trece

Tarde de las de órdago. Se vuelve uno a casa con sabor amargo y muchas ganas de romper cosas...

Y mañana será largo, el día. De elecciones sindicales, en el trabajo. Con la confirmación, hoy mismo, de que los peores (los babosos, los trepas, los gusanos más gusanos) coronan sus esfuerzos con abundancia de premios. Los mismos peores que, oh sorpresa, no sólo han sido hasta hoy (o hasta mañana, vamos) representantes de los trabajadores (¡JA!), sino que, en algunos casos, vuelven a presentarse para seguir siéndolo... Ni perros ni collares: una casa de putas.

En fin... Pues eso, que viene uno contento. Y se encuentra con Roma, que... no sé, ¿a nadie le ha parecido premeditada, como minuciosamente a propósito? Sexo, sangre, montaje nervioso y una cierta sensación de atrezzo de baratillo... (No sé, que igual no tenía yo el cuerpo para apreciar las cosas...)

9 comentarios:

tirafrutas dijo...

Nada, tiene usted toda la razón. Roma me ha parecido torpe en su planteamiento, con giros forzados y sobreabundancia de sexo. Por suerte, Las Vegas parece que me lo han pasado a los miércoles a las 23:00, una hora mucho más decente para estar ante el televisor que los sábados a la 1:00.

Que sea leve lo del trabajo, que aquí no andamos tampoco para tirar cohetes.

Anónimo dijo...

Hola señor Naranjo,
como verá soy Norman de Asturias. Por las entradas de las últimas semanas se le ve bastante bajo de moral, en una especie de contínuo encogimiento de hombros.

Por curiosidad, ¿en donde trabaja usted que consigue ese efecto sobre las personas humanas?

Un abrazo.

Jorge Iván Argiz dijo...

Vaya, hombre:

Yo que me decido a grabar ROMA (a ver si soy capaz de seguir más o menos una serie de una vez por todas) para verla en algún momento perdido y parece que no he elegido bien. En fin, ya veremos que me parece cuando la vea, que obviamente juzgaré por mi mismo, jeje

absence dijo...

pos a mi m'a gustao. O mejor dicho, me ha entretenido. Eso sí, me puse ante ella con la idea de que Yo Claudio es irrepetible.

Anónimo dijo...

No debiéramos comparar.

Lo de Graves era respeto por la obra ajena.

"Roma" sólo es espectáculo. Y ni llega a "Gladiator", o sea.

O me parece.

(JCuadrado)
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Von Krolock dijo...

Sí, es verdad, pero esos "peores" son los mismos que se mueren a los 49 o a los 52 de un infarto, por las arterias llenas de mierda y de colesterol, y también de mucha hipocresía, y en su entierro apenas llora nadie, que todos -los pocos- que están van como con el piloto puesto, con los sentir desconectado, que ni eso se mereció el finado.

Que les den mucho por ahí...

Un saludo carótido.

fcnaranjo dijo...

Norman: museo público, buque insignia, con obras fraónicas en marcha y reciente cambio de régimen jurídico que ha propiciado una estampida general en pos de la particular parcelita de poder. (Ah, por cierto... un placer, saludarle por aquí.)

Los demás: pues igual me pasé con mis apreciaciones. Es cierto que es espectáculo sin más, pero sigo pensando, en cualquier caso, que hay un gusto por el exceso (y no hablo de sexo o de sangre: en general, en la planificación, en cómo se plantean los movimientos de cámara o de extras...en todo) que me resulta pelín estomagante.

(Y no, por mucho que se haya dicho por ahí, nada que ver con Yo, Claudio, claro. Pero es que yo nunca me lo creí.)

fcnaranjo dijo...

Schreck, por cierto (ah, estos modales...): bienvenido a mi morada. Entre por su propia voluntad y etcétera... :)

Anónimo dijo...

Pues a mí sí me ha gustado lo de "Roma", oigan.

Me gusta que muestre, pese a tratarse de un producto televisivo, un considerable despliegue de medios y una factura mejor que muchas películas que pasan por las salas de cine.

Me gusta que retrate la vida en la antigua Roma con cierto (aparente) rigor, tal y como debió ser, o sea, tan cruda y salvaje para unas cosas como ridículamente civilizada y pomposa para otras, alejándose de tanta visión idealizada como nos han vendido desde el cine.

Me gusta, como consecuencia, que resulte tan bruta, en todos los sentidos, acostumbrados como estamos a un panorama de lo más almibarado y políticamente correcto en lo televisivo.

Y me gusta porque la mayoría de los personajes son unos auténticos bastardos intrigantes y manipuladores, como corresponde al rango y al papel que desempeñaron en la Historia.

Por no mencionar que el trabajo de los actores y tal me pareció bastante meritorio.

Claro que yo no he visto "Yo, Claudio" (me pilló muy joven aquello...ni nacido casi, diría yo), así que puedo evitar las odiosas comparaciones para limitarme a disfrutarla, sin más.

Un saludo.