domingo, 5 de febrero de 2006

más acontecimientos...

Llego del trabajo y, en las noticias, la erupción islamista, embajadas incendiadas... Y mujeres asesinadas, también. Aquí, en la España europea. Asesinadas, masacradas; por sus parejas, o por quienes lo fueron.

Y del asunto mahometano... qué quieren, me parece tan absolutamente ridículo todo... Y me indigna una cierta actitud de por aquí, ese rollito de propugnar la libertad de expresión pero cuidado, con respeto, que tampoco hay que provocar porque luego claro... Diversidad cultural, sensibilidades otras... Pero no entiendo que tengamos que respetar el burka y que no voten las mujeres y la poligamia, por ser identidades culturales o poco menos (por no hablar de prejuicios religiosos), y al mismo tiempo debo pensar y sopesar y dudar antes de ejercer mi libertad de opinión y expresión, mi libertad de pensamiento, mi libertad mía de ser yo. Incluso mi libertad de ser ateo, de no creer. (Como decía maese Espada... ¿quién respeta mi sensibilidad de ateo asediado por tanto credo queriendo legislar mi manera de vivir, de pensar, de expresarme?)

Ridículo y vergonzoso.

Y da miedo ver a tanto fanático en la calle, aullando, amenazando, pidiendo sangre.

Y da risa, también. La risa triste de quien comprueba que la caverna está ahí, un paso por detrás nuestro... no sé si cada vez más cerca.

Y da rabia.

10 comentarios:

Miguel Ángel dijo...

Tienes razón, es un tema ridículo. En la cércel de papel o Escolar.net ya se ha dicho todo. Fuera la obligación del burka, adelante con el voto femenino. Pero lo de la poligamia, poliginia, etc. no veo por qué no debería de ser permitido. No debería ser forzado nadie a ese tipo de vida, pero como no debería ser forzado a casarse,ir a misa, comer jamón ibérico... ya, cada uno... ¿no? Mira al tipo este japonés de las diez esposas alternativas :).

Anónimo dijo...

`una cierta actitud de por aquí, ese rollito de propugnar la libertad de expresión pero cuidado, con respeto, que tampoco hay que provocar porque luego claro...´

A mí es también eso lo que me indigna. Revela algo muy desagradable, como cobardía y respeto no a las creencias sino a la intransigencia. Hay algo de masoquismo en esto...

Lo otro, son algaradas que se agotan en su propio fuego. Como parte que es de un proceso de irse la Razón a la mierda en ese mundo, sólo me provoca tristeza y cansancio. Pobres; son carne de cañón pero no tienen manera de saberlo...

Un saludo.

Anónimo dijo...

De acuerdo en todo. Sin que sirva de precedente, eso sí, que luego te acostumbras.

(Sr. pesi: ¿de verdad lo ve como una algarada destinada a agotarse por sí misma? Me cuesta un poco ser tan optimista)

Anónimo dijo...

Ayer, después de varios días de polémica, contemplando en la televisión la escalada de agitación y violencia suscitada por el asunto, nos enteramos de que las dichosas caricaturas fueron publicadas hace más de cuatro meses. La conclusión es que "ahora" es cuando los gobernantes y pensadores de "ese" lado han considerado oportuno utilizarlas estratégicamente.

Desde Occidente se clama en nombre de la libertad de expresión, nadie tiene derecho a impedir que expresemos nuestra opinión, a recortar nuestra libertad de pensamiento... ¡Qué fácil es asustarnos y manipularnos a todos!
¡Cuánta hipocresía! Cuando uno se la anda cogiendo con papel de fumar en todas sus manifestaciones ideológicas, tan políticamente correctas, no es defendible ese tipo de ejercicio de libertad de expresión. ¿Ciscarse en las creencias de la gente es libertad de expresión? Me parece a mí que el que reclama éso está a un paso de exigir su derecho a agredir como manifestación libre y genuina de su individualidad y conciencia.
No se puede estar todo el tiempo defendiendo las reclamaciones y demandas de esta gente en cuestiones que nos obligan a hacer concesiones en nuestros valores, creencias y leyes -(se les permiten, porque no se persiguen legalmente, costumbres bárbaras que atentan contra los derechos fundamentales de la persona, reconocidos tanto por nuestra Constitución como por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se les ceden terrenos y locales para que puedan construir sus templos y celebrar sus cultos, dentro de los cuales seremos considerados "perros infieles",...)- y, por otro lado, defender el derecho a incurrir en una provocación como la que nos ocupa.

Mire, cuando se trata con fanáticos y radicales, la razón, la lógica, no pasa de ser una entelequia. Tolerancia, equilibrio y proporcionalidad son conceptos huecos. Tratar de esgrimir derechos fundamentales, argumentos de peso, es un esfuerzo estéril.

Ya sabemos lo que hay. Ya sabemos de la intransigencia, de la ceguera irracional. El caricaturista ya sabía antes de hacer sus dibujos... el editor también sabía antes de publicarlos... En fin, decidieron ir adelante. ¿Podemos pensar que se trató de una provocación irresponsable e innecesaria? Ahora podemos escandalizarnos y poner cara de terror ante una reacción tan desproporcionada, pero contábamos con casos similares anteriormente.

¿Es cobarde no provocar? Oiga, yo se de antemano que si me acerco a un leopardo en la jungla, ya tengo serias posibilidades de que me haga un "peeling" radical. Lo que tengo por seguro es que se va a enfadar un poquito más si le doy una toba en el hocico, y que ayá yo conmigo mismo... ¿Soy cobarde por no tocarle las narices a una fiera que puede convertirme en carne picada? ¿Estoy cediendo en mis principios y creencias fundamentales, en mi territorio, por no agredir a la bestia? ¿De qué hablamos, entonces? Menos demagogia, menos decir en cada momento lo que más convenga, menos "gestos"... Creo que hace falta expresar unos principios claros y mantenerse el ellos con firmeza: qué estamos dispuestos a tolerar y qué tonterías y frivolidades no debemos cometer.

Anónimo dijo...

Hombre, el tema concreto de las manifestaciones y piromanías varias no creo que vaya a más...

Pero, desgraciadamente, con las caricaturas me temo que sí habrá una consecuencia importante: a ver quién es el guapo que representa a Mahoma a partir de ahora.

Anónimo dijo...

Pues yo mismo, si hace falta.
Paso de que me prohiban. Nací libre, y si he de morir: sea, pero ¡MORIRÉ PUÑETERAMENTE LIBRE! Por dios y por lo que sea.

Anónimo dijo...

Porque le conozco, Sr. Aguacate, que si no pensaría que sale Vd. de un tercio de la legión, de tanto pecho como saca. Suelte aire y relájese.

Para expresar la propia libertad, ¿cree necesario provocar o hacer mofa de las creencias de otros? ¿para sostener posiciones y defender el territorio cultural es imprescindible demostrar el valor con actos irresponsables? La libertad es un concepto de límites muy borrosos y, en cualquier caso, no tiene mucho que ver con los alardes que Vd. sugiere.

Mire: ni las ideas ni las creencias cobran mayor sustancia por oposición a otras. Es muy simplón definir los propios ideales e identidad enfrentándolos a los de nuestro vecino (es lo que utilizan los agitadores para soliviantar a las turbas de gente instisfecha, es lo que están haciendo con esos fanáticos desesperados que arrasan embajadas). El maniqueismo más burdo y simplón de todos es el que explica el mundo como una dialéctica de los opuetos. Y no me vaya a decir ahora que los budistas y otras filosofías orientales de carácter pacífico también explican así el universo: sí, el YING y el YANG son los opuestos, pero no los opuestos excluyentes, enfrentados hasta que uno elimine al otro, sino los opuestos complementarios, las dos partes necesarias para explicarse la una a la otra y para completar la unidad.

A mí, de todo este asunto de las caricaturas, me parece tan terrible la explosión de violencia desatada como absurdo el proceder de los dibujantes y editores que se han metido en semejante follón. Los unos me dan miedo por su ceguera fanática y por su desesperación. Los otros me dan miedo por su estúpida incosciencia y por su falta de sensibilidad y prudencia.

Anónimo dijo...

Uy uy uy uy uy...

Anónimo dijo...

Pues nada: perdoneme señor Naranjo por repercutir en su blog. Señor y amigo Crocus. Es que lo que digo lo digo de verdad. El valor principal de la juventud actual es el pasotismo (que lo dice el INE, no yo). De tanto admitir al otro hemos llegado a admitirlo todo. Creo que mi libertad termina donde empiezan la de los otros, y la de los otros acaba donde empieza mi embajada. Y creo que el precio maximo que se puede ofrecer por tus ideales es el de la vida. Jamas me he metido con nadie por su religión o he ofendido ni dibujado ni novelado ningun profeta o dios. Por eso tengo derecho a pedir respeto... y si no lo tienen habra que exigirlo.

fcnaranjo dijo...

Nada, hombre. Que para eso estamos: ustedes hablen, hablen...