jueves, 15 de octubre de 2009

adaptación al medio


Este año, el Blog Action Day se dedica al cambio climático, que antes se llamó calientamiento global y todavía más atrás en el tiempo se denominó, con más sentido del drama, apocalipsis o fin del mundo... (Mucho más colorista, no me lo van a negar...)



Poco hay que decir. Que el proceso está en marcha es una evidencia que sólo son capaces de negar los involucrados directos (es decir, los responsables de las emisiones de CO2, los capitostes de las multinacionales, los gobernantes del Primer Mundo... el MAL, en fin; el Capital, que diría la Bruja Avería, ese personaje entrañable que cumple estos días un montón de años ya, ay). Que es, probablemente, irreversible... pues casi que lo damos por hecho. Al menos, los que crecimos y nos educamos leyendo ciencia ficción de viejo cuño. (En la de nuevo cuño se ha introducido ya como uno de los temas principales, con notables resultados y una batería de posibles soluciones al problema que recordaremos de aquí a dos o tres décadas, cuando sea ya tarde. Como siempre.)



Seamos consecuentes. Leamos: a Ballard, que escribiera al principio de su carrera obras fundamentales que en el futuro serán consideradas manuales de supervivencia (La sequía, El mundo sumergido, Rascacielos, La isla de cemento...). Leamos, recuperemos todas esas aventuras en mundos postapocalípticos (que eran postnucleares, pero qué importa que el invierno sea o no atómico, qué importa si Bloodstar o Dimento nacen como resultado de una Última Guerra o de una Última Catástrofe Climática). Preparémonos para un futuro que se adivina áspero, pero emocionante. Un futuro un poco caníbal (no más que el de hoy) y un mucho zombie. Recuperemos todos esos bellos fines del mundo que fueron: Cuando los mundos chocan... ¿No es emocionante?

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