martes, 26 de enero de 2010

2 tebeos, 2

Despacito, voy poniéndome al día. Y he leído este fin de semana dos títulos recientes de los que esperaba mucho... y que se me quedan a medias (uno más que otro, eso sí).


Primero, Parecer es mentir, de Dominique Goblet, que edita (muy bien) Norma. Un libro que venía precedido por un reguero de buenas críticas (fiables, en general), el aprecio general y premio europeo (el Internacional de Cómic de Ginebra, en 2007). Un libro delicado y gráficamente muy bello que, ay, no acaba de conectar conmigo. Es justo el tipo de trabajo que debería engancharme, tiene el tono intimista que por lo general funciona conmigo... pero hay algo que falla. Lo leo, y los personajes me caen mal todos, me parecen unos perfectos cretinos. No entiendo sus motivaciones, ni me emocionan sus peripecias. Un punto de vista, cuidado, del todo personal e intransferible: el de la Goblet es un álbum que entra por los ojos, pero necesita de un lector que empatice con la protagonista... y no es el caso. Culpa mía, seguramente. Una pena.

El segundo título es de Taniguchi: Un zoo en invierno, y pertenece a ese ciclo abierto de historias autobiográficas que lo hicieron conocido y apreciado entre nosotros: Barrio lejano, El almanaque de mi padre. En esta ocasión se centra en sus primeros años como asistente en el estudio de un conocido mangaka, y si bien el retrato que hace del quehacer cotidiano de los miembros del estudio y del funcionamiento de las revistas de la época (y, más en general, de la industria editorial) es interesante, a mí me ha parecido acaso un poquito despegado, demasiado pulcro. Hay menos carne puesta en el asador, por así decir, que en títulos anteriores... pareciera que hay menos implicación emocional por parte de Taniguchi. Por fortuna, la segunda mitad del libro está centrada en el enamoramiento del protagonista y cómo ella le empuja en la realización de una primera historieta en solitario... En esas páginas está el Taniguchi que más me gusta: melancólico y emotivo, ligeramente dulzón.

El libro está editado por Ponent Mon, que continúa con su excelente labor editorial (si bien ha llegado ya a Madriz el saldo de sus fondos... uno se pregunta qué va a pasar con ellos, hasta dónde aguantarán). Eso sí, a mí la traducción me ha sonado un poco rara en algún momento... pero igual son cosas mías...

2 comentarios:

Sr. Ausente dijo...

Yo creo que al de taniguchi, tocando el tema editorial japonés, le va a hacer daño la coincidencia con e de tatsumi, que es buenísimo.

fcnaranjo dijo...

Sí, eso además.