viernes, 28 de enero de 2011

¿futuro? ¿qué futuro?

Lo plantea bien Escolar, y lo resume con el habitual tino Manel... pero no son los más jóvenes los únicos perjudicados por una reforma que, la verdad, no estoy seguro de que fuera tan urgente: hay mucha gente que ya no tendrá tiempo de cotizar lo suficiente, y hay mucha a la que el nuevo cómputo de años cotizados le va a suponer una disminución en su futura pensión... por no hablar de quien está ahora en el paro y va a tener muy, pero muy difícil que lo vuelvan a contratar en ninguna parte. Soy más de dialogar que de imponer, así que estoy con Escolar en que es mejor un pacto que un decretazo... pero soy también de buscar soluciones alternativas, y me consta que hay ahí, en Europa, países donde el sistema de pensiones se sufraga con impuestos, por ejemplo... que tampoco sería una opción tan descabellada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Además el problema no está en que vaya a haber muchos jubilados, cifra inamovible, sino en que hay muchos no cotizando, por paro, trabajo negro, becarios, etc. El esfuerzo hay que ponerlo ahí: en que trabaje más gente, legalmente y con sueldos decentes y trabajos no eventuales que aumenten la recaudación de cotizaciones. Cifra que sí puede aumentar.

Anónimo dijo...

NO FUTURE...¿porqué no?, un poco más optimismo, que es lo que necesitamos ahora.

Anónimo dijo...

joder ke futuro mas incierto nos espera no?????estoy hasta el co........... de todos los politicos de este pais.

Anónimo dijo...

Esta democracia es un teatro, un guignol. Puede que sea lo menos malo conocido en la Historia, pero llamarlo democracia es un insulto. Estos gobernantes son alcaldes de pueblo al servicio del capitalismo financiero global. Y contra la globalización de los capitales sólo cabe recuperar el internacionalismo, la resistencia local aislada es estéril.

Anónimo dijo...

Esta democracia es un teatro, un guignol. Puede que sea lo menos malo conocido en la Historia, pero llamarlo democracia es un insulto. Estos gobernantes son alcaldes de pueblo al servicio del capitalismo financiero global. Y contra la globalización de los capitales sólo cabe recuperar el internacionalismo, la resistencia local aislada es estéril.