A estas horas, 78 muertos ya.
Queda mucho por hablar. La cobertura informativa de las televisiones, que brilló por su ausencia hasta bien entrada la noche y abundó después en planos innecesarios de cadáveres y heridos. El volcarse de la gente, que colapsó los hospitales para donar sangre, que arrimó el hombro en lo que pudo... y, en especial, ese montón de empleados públicos que siguen al pie del cañón todavía hoy (y lo que queda), médicos, bomberos.
Y queda por delante el carnaval, que lo habrá. Y las acusaciones, las sospechas, los bulos, las fotos oportunistas.
Pero lo que importa es: 78 muertos, a estas horas. Y el montón de heridos.
(actualizando: 80, parece... y no ha terminado el telediario)
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