viernes, 5 de julio de 2013

golpes

Entre el golpe que no es un golpe y el asunto del presidente boliviano que va y viene y en ninguna parte se detiene, el ministro de exteriores ha hecho gala en la televisión esta mañana de un equilibrismo verbal notable... que no ha hecho más que acentuar la sensación de bochorno que a uno le asalta cuando ve las noticias...

(A propósito del golpe que no lo es, Íñigo Sáenz de Ugarte reflexiona. Sin neolengua.)

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