viernes, 28 de octubre de 2005

una película


Hace un rato, dos disparos fuera de cuadro cerraban Hana Bi, de Takeshi Kitano. Una hermosa película, seca en su primera mitad (seca y dura, sintética, esculpida a hachazos) y progresivamente poética en su segunda parte, de una ternura sorprendente.

Yo la ví hace un par de años, creo. Me atrapó al cabo de unos minutos, y me deslumbró durante su segunda mitad. Fue un descubrimiento: de Kitano había oído hablar, había leído mucho sobre él, pero no fue hasta que vi Hana Bi que me enganché a su cine. No he visto todas sus cintas, pero es uno de esos tipos a los que procuro seguir la pista...

Hoy, ya digo, he visto el final de la película. Tan amargo y tan conmovedor. Tan inevitable. Tan adecuado.



(Y mañana se estrena el último caramelo envenenado de Tim Burton: The corpse bride, o La novia cadáver, como la han llamado aquí. A ver qué tal... )