Volvía deprisa a casa, después de salir del tren. Cuesta abajo. El cielo, de un azul oscuro. Nubes en relieve, de un blanco gris espectacular, gomoso y áspero. La luna, oculta entre ellas, brillaba con luz de fluorescente, de cocina a media noche.
Corría un aire frío, de otoño. No hace ni tres horas... (O quizá sí, quizá algo más... qué importa.)
1 comentario:
Sí, así estaba...
Publicar un comentario