martes, 20 de julio de 2010

esas bocas...

Mientras recupero despacito el ritmo (despacito, que si uno se mueve más de lo estrictamente necesario, suda a chorros), me ha llamado la atención alguna cosa vista en la prensa.

Por ejemplo, ayer. El ministro Blanco, a propósito de las bajas más o menos sospechosas de algunos controladores, decía que era... pues eso, muy sospechoso. Que le extrañaba mucho que la gente se pusiera enferma así, de la noche a la mañana. Son palabras textuales: de la noche a la mañana (o de un día para otro, ahora no estoy seguro). Y se pregunta uno si es que los ministros se ponen enfermos con días de antelación, por lo de ajustar las agendas...

Por ejemplo, un arzobispo que, según hoy leo, anima a la insumisión contra la reciente ley de interrupción del embarazo y tiene el gracejo subido cuando dice que es una falacia que el Parlamento represente a la mayoría de los ciudadanos...

No me dirán que la cosa no tiene su gracia. Chunga, pero gracia.

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