Bueno, otro año que se nos va. No ha sido el mejor, pero seguramente podría haber ido peor. Me mudé al edificio Baxter, aunque sigo sin terminar de hacer la mudanza. Se reactivó un viejo proyecto que, si todo va bien, verá la luz el próximo año
(para el Salón de Barcelona, a más tardar). Me hice
adicto a twitter y, en las últimas semanas, he activado
otro juguete que, por ahora, me mantiene con las pilas cargadas. Conocí gente, me reencontré con otra gente. Leí cosas deslumbrantes y cosas que en fin. Peleé contra skrulls y contra krees por igual, y acabé sucumbiendo.
(Ahora, con la puntilla de las 37 horas y media, a ver cómo evoluciona la cosa...)
Poco les puedo contar más. Que 2012 está a la vuelta de la esquina, y que ha sido un placer compartir estos doce meses con ustedes: a ver cómo se nos dan los próximos doce.
No se olviden de la ropa interior roja y que tengan una buena noche de transición.
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