Baby's in black habla de la prehistoria de The Beatles, de sus primeros conciertos en Hamburgo, cuando no estaba Ringo y todavía eran cinco: Paul, John, George, Pete Best y Stuart Sutcliffe. En concreto, trata de la relación que éste mantuvo durante esos meses (los últimos de su vida) con la fotógrafo Astrid Kirchherr, que por entonces estaba también empezando su carrera. Una historia ya contada (sin ir más lejos, en Backbeat) de jovencitos apasionados que tantean y buscan, resuelta con elegancia por Arne Bellstorf.
El libro está editado por Sinsentido, y es de los que entran por los ojos: pulcro y minimalista de diseño, con un blanco y negro atractivo que recuerda mucho determinado tipo de fotografía y un estilo gráfico amable y limpio que facilita la lectura y sorprende por su expresividad. La verdad es que tenía mis reservas, pero lo he leído del tirón y me ha dejado buen sabor de boca.
También me dejó buen sabor de boca El abrazo de Neptuno, el libro de Calo que recibiera el Premio Internacional de Novela Gráfica Dibujando Entre Culturas de 2010. Se trata de una aventura de tono juvenil en la que se mezcla lo cotidiano contemporáneo con los mitos mediterráneos, y que se beneficia del buen pulso del autor para el diálogo fluido y la caracterización de los personajes femeninos, además de su plástica luminosa. La edición peca de ortodoxa (ya saben: tamaño, encuadernación, tipo de papel...), pero son pocas ya las que no lo hacen. (Hay, eso sí, unos azulones en algunas planchas muy poco propios de Calo... No sé qué habrá pasado.)
3 comentarios:
la verdad es que el argumento me llama poco, pero Baby's in black tiene una portada preciosa, con esas letras, que bonita
Estoy con Álvaro, sobre Baby's in black, la portada es preciosa y el argumento no me interesa demasiado.
El último de Calo me ha dejado un poco así, por una parte está el espléndido dibujo, sus diálogos, sus creíbles mujeres, pero por otro, creo que nos encontramos con un guión que va un poco a trompicones, y esto me da mucha rabia pq a mi Calo me gusta mucho y sé que lo puede hacer mucho mejor. Tal vez el problema sea mío, que le exijo demasiado.
Un saludo
Gracias por vuestras palabras, Francisco, Felipe. Asumo plena responsabilidad sobre azulones y trompicones. El problema no es tuyo, Felipe, tenlo por seguro: el lector siempre ha de exigir lo máximo.
¡Saludos!
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