De una u otra forma, gracias a Berenguer y su equipo pudimos leer tebeos diferentes a los que había entonces en los kioscos. Y no hablamos de cualquier diferencia... Hablamos de Max, de Gallardo y Mediavilla, de Pons y de Nazario, de Ceesepe y de Martí. De Carulla, de Diego, de Gabi, de Seguí. De Torres y de Sento y de Mariscal, mucho cuidado. Y de Roger y de Montesol. Y también de los Hernández, de Clowes, de Bagge, de Crumb, de Burns. Y de Pazienza, de Liberatore y Tamburini, de Mattotti y de Carpinteri. Joder, ¡de Tatsumi!
4 comentarios:
Ostras, descanse en paz.
Algún día habrá que poner en el lugar que le corresponde a El Víbora, El víbora que fue al menos en sus 60-80 primeros números...
Muñoz y Sampayo, también... Y Taniguchi, en la que sigue siendo mi obra favorita suya, El caminante... Y Carratalá, y Calonge, y Mauro Entrialgo...
Uf.
Una gran perdida, sin duda… de este pionero de los cómics Underground en España y de la Edición arriesgada. Una gran persona.
Menos mal que este pasado año en el Salón de Getxo fue galardonado, por toda una vida dedicada a eso de la edición. Se merecía este y otros muchos mas.
Espero que en el próximo Saló lo tengan presente y le otorguen aunque sea a titulo póstumo, un galardón; como reconocimiento a su labor como editor y difusor mundial. ¡¡Que menos!! Nos quedamos huérfanos de su “aire fresco”…Joder¡¡¡
¡¡¡Descansa en paz José María, gracias por tan buenos momentos que nos has hecho pasar¡¡¡(estoy llorado, perdón)
...y estaba Marta.
Y ahora?...
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