He estado leyendo en el tren estos días el Oficio: dibujante, que ha editado la gente de Astiberri. Es una recopilación de diferentes textos que sobre su oficio y su experiencia personal en la industria ha ido elaborando y haciendo públicos José Luis Munuera.
El librito se lee bien y rápido, está escrito con soltura y mantiene en todo momento un tono ligero muy de agradecer. En él se asiste al relato en primera persona justo de lo que el título adelanta, el oficio de dibujante de Historieta. La génesis, cómo se llega a la convicción de que es eso y no otra cosa lo que se quiere hacer en la vida. Las primeras aventuras, los inevitables tropiezos. Los entresijos de la creación y (mucho más enrevesados) los de la industria. La rutina diaria, los trucos, las ambiciones, los miedos, las dudas.
En general, ya digo, una lectura satisfactoria y enriquecedora que seguramente muestra más del corazón de la profesión que muchos textos más intensos, más intelectuales o más académicos. (Además, la edición, pulcra y de bolsillo, me parece un doble acierto.)
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