El fin de semana fue largo y también ancho, pero la temperatura bajó, no hubo demasiada gente (en general) y la tripulación estuvo a la altura. Con independencia de que a mí esa sensación de histeria colectiva de camiseta roja y bandera me da un poco de vergüenza y, además, no la entiendo, hemos llegado al lunes (y al verano oficial, el de verdad: que ya estamos en julio) enteros y con ánimo.
Para celebrarlo, una Lupita muy particular (con apoyo gráfico del sin par señor Aísa).
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