Genial. No se queden ustedes prendados de los dibujos y demás, magistral todo ello, de casta le viene al galgo, y se dejen en el olvido la musiquita... ¡Deliciosa! Puesta con regla de cálculo. Si pasan el corto sin sonido, notarán la diferencia. Es lo mismo, sí, pero... Diferente, ya lo creo.
Mucho tiempo, sí, señor Naranjo. La vida, que tiene unas cosas... Ya le contaré. Cuando decía lo de la musiquita, quería decir, pero omití por emoción, lo relacionado con el sonido, que es de matrícula de honor. Y la musiquita, claro, que es yo me he enamorado de esa musiquita... Esa musiquita, que empuja, que impulsa, que se mueve de la mano con la animación, tan magistral todo ello... ¡Qué trabajo tan admirable de equipo! Sr. Alfred, a ver si se me está usted empezando a hacer mayor... La historia, desde el segundo veintiocho, ya se sabe de qué va a ir; intencionadamente, yo opino.
Jajaja. Pues será eso, amigo Ángel, pero para mí a partir de que entra en escena el elemento "sobrenatural", digamos, o "fantasioso" (esos avioncitos de papel cobrando vida propia para hacer de celestinos, al más puro estilo de la Disney más ñoña), el corto pierde buena parte de su interés.
6 comentarios:
Genial. No se queden ustedes prendados de los dibujos y demás, magistral todo ello, de casta le viene al galgo, y se dejen en el olvido la musiquita... ¡Deliciosa! Puesta con regla de cálculo. Si pasan el corto sin sonido, notarán la diferencia. Es lo mismo, sí, pero... Diferente, ya lo creo.
hey, cuánto tiempo sin saludarle...
Muy bonito!! Sí señor!!
Un saludo
Yo disfruté sobre todo con la primera parte. En la segunda se les va la mano con el azúcar, me temo.
Eso sí, visualmente resulta deslumbrante, el corto.
Mucho tiempo, sí, señor Naranjo. La vida, que tiene unas cosas... Ya le contaré.
Cuando decía lo de la musiquita, quería decir, pero omití por emoción, lo relacionado con el sonido, que es de matrícula de honor. Y la musiquita, claro, que es yo me he enamorado de esa musiquita... Esa musiquita, que empuja, que impulsa, que se mueve de la mano con la animación, tan magistral todo ello... ¡Qué trabajo tan admirable de equipo!
Sr. Alfred, a ver si se me está usted empezando a hacer mayor... La historia, desde el segundo veintiocho, ya se sabe de qué va a ir; intencionadamente, yo opino.
Jajaja. Pues será eso, amigo Ángel, pero para mí a partir de que entra en escena el elemento "sobrenatural", digamos, o "fantasioso" (esos avioncitos de papel cobrando vida propia para hacer de celestinos, al más puro estilo de la Disney más ñoña), el corto pierde buena parte de su interés.
¡Un fuerte abrazo, hombre!
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