jueves, 28 de julio de 2005

teléfonos y rompecabezas

He estado charlando con una amiga esta mañana, hace un ratito. Del trabajo. (La amiga, sí... y la charla.) Es evidente que algo hay que hacer.

La situación viene a ser que se ha aumentado la burocracia, los pasos intermedios, de manera que las altas esferas queden perfectamente aisladas de los que estamos aquí abajo, y cualquier comunicación ascendente tarde lo indecible en llegar a su destino, si llega. Con el agravante de que esos mandos intermedios no están puestos ahí por su inteligencia o sus méritos, más bien al contrario.

Además, el Comité de Empresa está fragmentado, y la mayoría entró ya en el juego hace mucho, y se han limitado a colaborar en el proceso (y se han aprovechado de él, claro: algunos de esos ineptos intermedios son, de hecho, miembros del Comité; miembros en activo, que es más grave).

Y la gente está muy cabreada, porque, entre otras cosas, ni siquiera se está respetando el Puto Convenio, y se están imponiendo condiciones de trabajo que no estaban firmadas, y las Actas que se firmaron para asegurar determinadas circunstancias no aparecen, de manera que los de arriba imponen a su antojo. Con un agravante: estamos en pleno verano, con mucha gente de vacaciones... y ya sabemos que, a mediados de Julio, de los Pirineos para abajo cuelga en todas partes el cartel de Cerrado. ¿Resultado? Caos, de primeras. Y, además, que para cuando las cosas puedan ponerse en marcha, allá para mediados de septiembre, incluso octubre, esté ya todo atado y bien atado y no pueda hacerse gran cosa.

No olvidemos que la gente está muy cabreada, eso sí: ya hay varios colectivos que han llevado sus asuntos a Magistratura de Trabajo. Porque se vulneran mínimos establecidos en el Estatuto de los Trabajadores, o porque se vulnera lo que se firmó en un Puto Convenio que, para colmo, no quería una mayoría (ajustadita, sí, pero mayoría) de la plantilla. Algo se mueve, pues.


¿Soluciones?

Habría que plantear algo, montar algo a la contra. El pataleo considerado como una de las Bellas Artes.

No sé: ¿una plataforma de trabajadores independiente?


Será cosa de estudiarlo. (Porque, además, para después del verano tendrá que verificarse la Promoción de Plazas; ascensos, vamos: es decir, que los que están en esos pasos intermedios podrán consolidar su plaza... Y, una vez conseguido eso, vendrán las Elecciones Sindicales...)


Será cosa, insisto, de estudiarlo...



Pero les dejo ya, que bastante tendrán ustedes con lo suyo, seguro. Es que me lleva dando vueltas a la cabeza esto desde hace tiempo, y el fin de semana ha terminado de colocar las piezas en sus sitio... (Es que me roban un domingo de cada tres, ¿saben? Y una fiesta de cada tres. Entro a trabajar de mañanita y salgo cuando ya el cielo se oscurece. O, directamente, entro y salgo de noche, depende de la época... Son días que no vivo, días que paso allá, encerrado, por culpa de unos pocos. Son días que me roban de mi vida privada, de mi cotidianidad. Y así, hasta que me jubile... Comprenderán que no sea plato de gusto y que, de cuando en cuando, me cabree también aquí, en la pantalla...)


Por lo demás, y mientras cuento hasta cien, decirles que parece que se va nublando... aunque en casa, qué les voy a decir: hace calor.