No ha sido uno de mis mejores días, la verdad. Y la lluvia no ha hecho más que rematar la jugada, por así decir...
La lluvia. Y, sin embargo... qué agradable escucharla caer así, suave y al otro lado de la ventana... Qué agradable su olor, caminando antes desde el metro hacia casa.
Ando un poco raro de sueño, con la cabeza cargada y un poquito acelerado. Y debería ponerme a leer unas cosas ahora mismo, que ya corre prisa.
Mañana será, en cualquier caso, otro día. Largo día.
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