miércoles, 17 de enero de 2007

testigo mudo


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustan estas ventanas que nos pone usted...

Anónimo dijo...

Locuaz camarada el suyo Don F,

¡a fé mía!

fcnaranjo dijo...

Locuaz, en efecto...

(Hará más ventanas, Mariajo. Despacito.)

Jorge Iván Argiz dijo...

Mi osito Miguel mola más ;)

fcnaranjo dijo...

¡Eso no me lo dice usted en la calle!

Ejem...

Anónimo dijo...

hablando de peluches, aprovecho para transcribirle un intenso e inquietante microrrelato que ha enviado el gran Norberto Luis Romero a los amigos de Estudio en Escarlata:

La anciana

La anciana vivía sola, rodeada de muñecos de peluche porque no había podido tener hijos.

Una mañana, rompió aguas.


Norberto Luis Romero, 2007