En fin. Que ya hoy empiezan las reuniones a horas intempestivas y a saber. Salgo de casa con el tiempo justito, un ligero calambre en los riñones y buena lectura en la bolsa: el Libertad de Jonathan Franzen, que me durará cien años pero al que tengo muchas ganas...
(A ver si a lo largo de la semana encuentro huecos relajados para contarles de más lecturas, que estos últimos días sí los he podido aprovechar bien...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario