Las cosas se van aclarando, y después de lo de Educación para la Ciudadanía (no llamemos la atención sobre desigualdades, mejor insistamos en la importancia de la iniciativa privada) y el asunto de la interrupción del embarazo, y mientras asistimos al desarbolamiento minucioso y sistemático de los servicios públicos (sanidad, educación...), un ladrillito más en la construcción de la nueva España del PP: la destitución de Ana Pastor pone la guinda al salto atrás en la televisión pública. Admito que pensé, ingenuo, que nunca lo harían con ella, por demasiado obvio, pero veo que les importa bien poco que se les vea el plumero. (Eso sí, en agosto y a la chita callando... como hacen estas cosas los cobardes.)
Mal día para el periodismo (o lo que queda de él), mal día para los muchos profesionales de TVE que hacen su trabajo con honradez, mal día para los espectadores.
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