Por ejemplo, esas circulares oficiales, internas, que advierten a los empleados públicos de que se abstengan de criticar las medidas del gobierno en horas de trabajo. Torpes, grotescas.
O, rizando el rizo, esa carta de amenaza a una asociación de consumidores para que dejen de criticar los recortes en la enseñanza y la sanidad...
Despacio, pero seguro, todo va virando al gris...
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