Alguien dirá que sentir alegría por la muerte de alguien, independientemente de su nula calidad humana, no es buena cosa, pero yo, qué quieren, sentí ayer alegría cuando me enteré de que el dictador había reventado por fin. En la cama, eso sí, y sin haberse sentado en el banquillo. (Y con su confesor al lado, imagino, que seguramente tiene sus pecados oficialmente perdonados y a lo mejor hasta va al Cielo, también oficialmente... Es lo que tiene la liturgia y esta Iglesia nuestra, tan cercana siempre del poderoso.)
Pero vamos a lo que vamos, que no me puedo distraer mucho. Por un lado, dejen que les cuente que hay enlace hoy a otra entrevista, con Rabagliati esta vez. Los chicos de Entrecómics no se duermen en los laureles, ya ven...
Dejen que les diga, también, que el Cosmonauta se pone hoy oriental y turbio.
Y dejen que les diga, ya que estamos, que me hice por fin con el primer tomo de Príncipe Valiente en su nueva y flamante edición. Aquí lo tengo, a la espera de ser disfrutado despacito.
Aprovecho que brilla el sol para salir, que tengo unas cosas que mirar... Buenos días.
4 comentarios:
Solo falta que palme el coma-andante y ya nos habremos quitado a los mostruos legendarios de encima.
Monstruos con perdón.
Uno menos... pero sin pagar por nada: ¡qué asco!
Y, de nuevo, muchas gracias por el enlace... :-D
Besitos
pues leamos esos comics.... y entre comic y comic.... levantemos nuestras copas !
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