Vuelvo a casa con incienso, menta y una pequeña selva portátil para añadir a la población vegetal del edificio Baxter. Después de un día largo y, a ratos, un poco raro.
Mañana no trabajo. Hay que limpiar un poco, escribir un par de cositas para ya les contaré qué, trastear, leer, ordenar: relajarme un algo, en fin, que la semana fue tortuosa. Y coger fuerzas para la próxima, que igual no le va a la zaga.
(Ah, y tengo que acordarme de votar, qué menos, en la segunda ronda para lo de los premios del Saló. Ahora mismo voy a buscar la carta de Ficómic para tenerla mañana a mano, no sea que vuelva a cagarla...)
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