Con independencia de lo poco afortunado del eslogan de las collejas y tal, me hace mucha gracia (no pongo las comillas, pero ustedes se las imaginan, ¿eh?) ese curioso razonamiento que se plantea al final del panfleto: eso de que la existencia del salario mínimo impide que se contrate a más trabajadores y coarta la libertad de los jóvenes, por tanto...
Uh... eso.
1 comentario:
Pues está muy bien, se han quedado a un paso de sugerir la esclavitud como elemento competitivo en el mercado laboral: la única opción para alguien joven y con menos experiencia es cobrar menos que el que ahora ocupa ese puesto -son geniales-, sólo hace falta anotar el punto límite, porque seguro que hay jóvenes con poca experiencia capaces de sobrevivir viviendo en un cajero automático y comiendo una vez al día, esos son los mejores, los más competitivos.
No entiendo nada.
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