miércoles, 30 de marzo de 2005

prisas

Como de costumbre, el tiempo se echa encima. (Culpa mía, claro...)

Pero en un par de días se solucionarán las cosas y podré contarles algo más.



Por lo demás, seguimos con dos entregas semanales de Urgencias (anoche y ahora, en una o dos horas), de madrugada: no hagan como yo, asegúrense de programar bien el vídeo... Umberto Eco consigue hacer de la erudición (de la pedantería, incluso) una virtud que es casi pura comedia. (Ya lo bordó en El Péndulo de Foucault...) Y mi ritmo de sueño va de mal en peor... aunque anoche dormí como un cesto, eso sí.

martes, 29 de marzo de 2005

¡Sorpresa!

Nuevo título de Stanislaw Lem, santo patrón de esta bitácora. Esta vez, en la pequeña Editorial Funambulista. Dos textos en la línea de los que aparecieron en Vacío perfecto o Un valor imaginario: críticas de libros ficticios. Recuperar la prosa afilada del maestro polaco ha sido, sin duda, la sorpresa del día...




Por lo demás, he dormido hoy de verdadero asco y me quedan, a estas horas, poquitas ganas de nada. Ni de escribir, ni de leer... ¿Igual va a ser la primavera? Esa cierta desgana...


(En cualquier caso, tengo las pilas puestas: hay que terminar los deberes. Las cosas están claras ya, viñeta arriba o abajo... Cosa de unas horas poniendo orden entre los garabatos y un par de sesiones delante de la pantalla del ordenador...)

lunes, 28 de marzo de 2005

lunes (de Pascua, dicen)


El clasicismo brumoso de Göting, una lección de buen hacer. Delcourt. Posted by Hello


El largo fin de semana toca a su fin ya, el embozo gris que nublaba esta mañana Madriz se ha marchado y el cielo brilla en azul. Tengo tantos folios garabateados sobre la mesa que casi estoy por tirarlos todos y empezar de cero... (De momento, mientras me decido, distraigo unos minutos escribiendo esto...)


Estos días he leído unas cuantas cosas, ya han ido teniendo noticia. Entre ellas, el volumen de Lo más mejor que la gente de El Jueves dedicó a Ventura y Nieto, una selección necesariamente insuficiente de la ingente obra de ese dúo que siguen siendo, hoy, referencia imprescindible de la Historieta del país. Y, como ya habrán deducido, La malle Sanderson, un trabajo pulcro y armosférico de Göting, editado con un gusto exquisito. Les hablaría de premios, pero prefiero contarles que se trata de una historia sencilla de intriga, ilusionismo y adulterio, de ambientación clasicista, minuciosamente melancólica, que trae a la memoria viejas películas de David Lean o Alfred Hitchcock. Y que el final es modélico, de una amargura ejemplar.

Hay planes en firme para que alguien lo edite por acá, les aviso.


Leí también las dos últimas entregas de 20th Century Boys, de Naoki Urasawa, un thriller adictivo y sorprendente que pide a gritos una edición más cuidada. (Ay, que Urasawa dibuja bonito y no escatima esfuerzo en sus planchas... un esfuerzo que se diluye aquí gracias a una impresión no ya deficiente: insultante.) Los planetoides insisten en su actitud: son tebeos, y los van a comprar igual, ¿qué más da? Pero sí da, claro que da... y antes o después, este desprecio por el lector debería tener consecuencias.


La columna de pendientes, en fin, va disminuyendo poquito a poco, ya ven. (Eso sí, uno de estos días aparecerá en las librerías esto o aquello, llegará algún envío de allende los mares, descubriré algún saldo inesperado... y volveremos a estar igual. O peor.)


Mientras tanto, viajo en metro con mi Eco ( ya les dije: La misteriosa llama de la reina Loana) y aguardo los DVDs inminentes de Angel (segunda temporada), Colombo (primera), Frasier (tercera, si no me equivoco). Y alguna otra cosa...




(¿Les he dicho ya que hace solecito?)

domingo, 27 de marzo de 2005

Resurrecto, pero cansado...

Que el sol sigue brillando ahí arriba, pero no deja de soplar un vientecillo impertinente y más bien frío, y además las nubes, y vaya usted a saber si al final. Un tiempo trivial, más bien... primavera, ya saben.


Estos días me han servido para recuperar el sabor dulzón y adictivo de las torrijas de mi mamá, y también para visionar El declive del Imperio Americano y su supuesta secuela, Las invasiones bárbaras, del sorprendente director canadiense Denys Arcand, uno de esos tipos desvergonzadamente inteligentes cuyas películas solían estrenarse en cines de versión original y sin palomitas. La experiencia ha sido positiva, en general: El declive... demuestra que el paso del tiempo no es bueno para determinadas obras de tesis, pero la salva eso, la inteligencia. La otra, la más reciente, es lúcida, terrible... y mucho mejor. Quizá porque se pega más a los personajes que a sus opiniones. Y el final, demoledor...

Me han servido los días santos para acabar, también, con la lectura de Endymion, de Dan Simmons: aventuras espaciales contemporáneas, eso que llaman New Space Opera, o algo. Escrito con buen pulso, quizá demasiado moroso en algún pasaje. Desengrasa neuronas a puñetazos, y eso es muy de agradecer, de vez en cuando.

Me adentro ahora en las páginas del último Eco, del que ya les contaré cosas, y dejo El ascenso de Endymion para después, que tampoco hay que abusar...


Música, televisión, lectura... y los deberes, como les decía, a medio hacer...


(Y el cambio de hora, que a mí me descoloca el sueño, el cuerpo y hasta el alma...)

viernes, 25 de marzo de 2005

san viernes, claro

A ratos sale el sol, a ratos llueve. Nubes gordas, de panza gris. Cielo recién lavado, azul madriz.

Suena en casa Join the dots, de The Cure. E International, de New Order.


Anoche, bien. Ya saben, unas pintas, una cena ligera y sabrosa, buenos amigos, mucho hablar, mucho reír, acabar la velada en La Vía Láctea, local legendario que conserva su encanto: música buena, ninfas despeinadas.



Cosas por hacer aquí, en casa: unas páginas de guión (otro día les termino de contar), lecturas pendientes, acaso ver alguna de esas grabaciones que he ido haciendo a deshoras estos quince días (películas que no tenía tiempo de ver, un Urgencias...).


Pereza. Blue Monday.


¿Un vasito de vermut? A su salud...

jueves, 24 de marzo de 2005

san jueves

Nada, poca cosa.

Semana Santa. Trabajo dos días de cuatro. (No está mal, ¿verdad?)

El tiempo se agria un poco: nubes, lluvia...

He estado viendo, hace un rato, Million Dollar Baby, del maestro Eastwood: no tengo palabras. Seca, hermosa, irónica... Una joya.


Y, antes de salir (me voy de cena por ahí, con algunos amigos), me van a permitir una frivolidad... Tres sílabas: to-rri-jas.

miércoles, 23 de marzo de 2005

Apuntes: Paul Pope

DC Comics. Solo #3.

Paul Pope. Un tipo peculiar, de ambición volcánica y titánica capacidad de trabajo, esclavo de su propia imagen pero capaz de plasmar como nadie en sus páginas el vértigo de lo contemporáneo.

¿Influencias? Mil. Del manga más comercial a José Muñoz, pasando por todo lo demás. Videoclips. Cine de acción. Publicidad.

¿Algo que lo defina? Dos palabras, quizá: velocidad y atmósfera. Sus imágenes crean adicción, sus historias resultan perturbadoras y, también, fascinantes, hipnóticas.

Cyberpunk. Nouvelle vague. Música tecno. Vivir rápido, muy rápido. Saberse al borde del abismo, permanentemente a un paso del apocalipsis personal. Enamorarse con toda la piel, con las entrañas. Sudor, sexo, alcohol barato. Calles sucias, vidas cansadas. Miradas intensas, abrasadoras...


Más títulos en DC: 100%, Heavy Liquid. (Brutales, los dos.)



Aquí debajo, en el post inmediatamente anterior, un fragmento de ese Solo #3, atmosférico y sensual.



Ambientes densos... Posted by Hello

martes, 22 de marzo de 2005

más pólvora mojada


Caminando hacia un futuro... o quizá no. Posted by Hello


Ediciones B "celebra" (y me van a disculpar las comillas) el aniversario de la creación de La Familia Ulises con una compilación desordenada, sin datos, sin fechas, caótica. Un libro que tiene, en su lomo, un número 1 muy grande, quizá señal de que habrá más. Un álbum que incluye un prólogo muy pobre (casi de compromiso) de Guiral y que reproduce la primera plancha de la serie, del 6 de marzo de 1945.

Y uno se pregunta si es este el respeto con que va a seguir tratándose a nuestros clásicos, ahora que se habla (en susurros todavía, eso sí) de editar a los del otro lado del Atlántico. Uno se pregunta si esta extraña fiebre Bruguera años 50 no va a servir, después de todo, más que para vender un par de libros y una exposición, pero no para favorecer una recuperación de nuestra memoria histórica meditada y con método, respetuosa, ordenada... Porque en este libro que acaba de llegar a nuestras librerías, se repite el tradicional amontonamiento indiscriminado de páginas al buen tuntún, como caigan. (Por no hablar de una reproducción discutible y una maqueta de juzgado de guardia...)


Está en mi casa, sí.

Lo compré, sí. Como harán muchos: a pesar de todo. Porque es, insisto, nuestra memoria histórica. Porque es una obra fundamental para entender una cierta corriente de nuestra Historieta.

Y porque Benejam es grande.

Pero, señor Guiral, señores de B, si este es el futuro de nuestros clásicos... mejor los dejamos donde están...


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Por lo demás, sol y buen tiempo.

lunes, 21 de marzo de 2005

cualquier excusa es buena...


Bellísima imagen del gran Kiraz. (Tengo algunas más... ya las irán viendo...) Posted by Hello


Cualquiera, sí. Para regalarnos los ojos con el arte de este grandísimo ilustrador.


Les dejo aquí, en fin, enlace a otra discusión amistosa y con fundamento en la que se están diciendo algunas cosas interesantes y se están planteando, creo, temas de los que convendría hablar más y más despacio... (Aunque el tema no tenga relación con Kiraz, qué importa... ¿A que es bonita la imagen?)


(Por cierto, gracias, Charles.)

nubes y claros...

Da gusto encontrarse con una discusión amistosa y argumentada en un sitio amigo... (No se lo pierdan, es un consejo.)



Amanece lluvioso. Entre sueños confusos, escucho el agua que gotea detrás de la ventana. Ahora, en cambio, el sol parece que se quiere abrir paso entre las nubes. Es un momento, apenas un gesto: la primavera.

(La lluvia vendrá bien: ya ni respirar se podía...)




Decisión: tras unos días de mosqueo, creo que voy a dejar de ver las noticias y algún que otro programa de Tele5. La campaña antiPSOE no es algo que debiera asustarme, en principio, pero la torpeza con que se lleva a cabo, lo absurdo de algunos de los ataques (Pecado Original, que antes demostraba signos de inteligencia en su defensa de la frivolidad, lleva días embarcado en una cruzada en defensa de valores nacionales amenazados por el Gobierno: que si la fiesta de los toros y la lengua azul, que si la prohibición inminente de las procesiones de Semana Santa...), la transparencia de los motivos, me revuelven el estómago. (Delicado que es uno, ya ven...)

(La transparencia de los motivos: nuevas televisiones, Canal+ emitiendo en abierto. ¿Y? ¿No será mejor que la oferta aumente, que la competencia sea libre de verdad? Cerrar filas en defensa de los particulares cortijos...)



Mientras tanto, seguimos a la espera. De lo que sea.


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(Hoy es lunes. Toca colada, que casi está ya. Repasar algunas cosas. Tomar un vasito de vermut y salir luego... Comida de amigos, ya saben. Si acaso luego les cuento...)

domingo, 20 de marzo de 2005

a vuelapluma: primavera

Que llega, sí, con un día de ligero bochorno, no sé si preludio de lluvias inminentes o de un verano tropical. Y con un madrugón.

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Mirando EP[S], en la absurda sección de decoración (esa en la que, ya saben, nos enseñan apartamentos, casas o entornos de variado y carísimo diseño) hay un pequeño reportaje sobre la vivienda de Jordi Labanda, que viene a ser como una de sus ilustraciones en dúplex y 3D: lujo lounge y glamour chic. Y dinero a espuertas, si se me permite la expresión, tan vulgar...

Distrayendo los ojos en las fotografías de las diferentes habitaciones (en las que ni por todo el oro del mundo querría ni podría vivir, todo hay que decirlo: que una cosa es ilustrar para Vogue y otra, muy distinta, vivir en una de esas imágenes), se confirma algo que era ya, desengañémonos, una evidencia: soy un envidioso.

Ah, pero no envidio el éxito merecido, ni el dinero ganado a pulso. Sí el estrellato injusto e inexplicable, por no abandonar el caso del señor Labanda, que tanto debe a tantos y tantos referentes plásticos ha sabido amalgamar en su batidora banalizadora.



Hay más ejemplos. (Y habrá tiempo, a lo mejor, de entrar en ellos con detalle...)

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Por lo demás, el fin de semana ha sido largo, como ya me temía. Pero mis viajes en metro me han permitido avanzar casi trescients páginas en Endymion... (Eso sí, los deberes siguen a medio hacer. Todos. Y la columna de tebeos por leer ahí está, sin apenas cambios. Ay... ¿dónde venden días de treinta horas?)

sábado, 19 de marzo de 2005

seis meses...


Ediciones Reguera. Colección Oasis, número 26. 1945. Un regalo... Posted by Hello


Seis meses ya, sí. Enteritos. Con sus días y sus noches. Con sus altibajos y con sus dudas. (Muchas dudas, a decir verdad...)

Seis meses anotando aquí, a la vista de ustedes, lo que me pasa por la cabeza. Seis meses sin tener muy claro quién me lee, sin saber hasta qué punto interesa a alguien lo que pueda contar...

Seis meses tanteando, experimentando, probando cosas, disparando a ciegas...



Seis meses disfrutando de su compañía al otro lado de la pantalla.



La experiencia ha merecido la pena. A estas alturas, se me hace muy difícil plantearme dejar de lado este espacio, dejar de contarles, de reflexionar delante de ustedes... o dejar mi cháchara, que de todo ha habido. (Y de todo habrá.)


Seis meses a mis espaldas... y seis meses por delante. Como mínimo. (O seis años... quién sabe.)


No lo duden: me queda cuerda para rato.

viernes, 18 de marzo de 2005

baño de realidad

Vestuario. Un puñado de compañeros cambiándose, charlando al buen tuntún... sin pensar lo que se dice: conversación entre hombres y eso, ya saben...

Pues eso, que habría mucho que hablar en eso de los malos tratos. Que, bueno, nunca pegarían a nadie, y menos a una mujer, pero a veces se dan casos que, claro, no les extraña que a alguno se le vaya la mano, porque las mujeres, cómo son, ya se sabe... (Incluso de matar, hablaban: normal que a alguien se le crucen los cables, que ellas, en los divorcios, se lo quedan todo, y luego meten a cualquiera en la cama y tienes que mantenerle tú, encima... Y no me invento ni una coma.)

Que son avariciosas. Que tienen todo a favor. Que si una dice que le has tocado el culo... estás vendido, porque todos van a creerla a ella, aunque sea mentira. (Conclusión, expresada entre risas de machito aguardentoso: mejor se lo toco y ya está, porque total...)


Gente de todas las edades: más jóvenes que yo y a punto de jubilarse.

Normal, de la que encuentras cada día en el metro, en el bar. (Joder, que trabajan conmigo...)


Se habla de educar, de asignaturas de valores cívicos y tal y cual. Se habla de histerias feministas, de discriminación positiva (o negativa, o neutra, tanto da). Se habla por hablar, pero la realidad está ahí, justo ahí; al alcance de la mano: sucia, triste, repulsiva.

sol... y buen tiempo

Viernes.

Lo cual, en mi caso, significa bien poco, dado que trabajo el fin de semana entero.


Uno decide qué camiseta ponerse, se asegura de llevar las gafas de sol a mano y cierra todas las ventanas de la casa. Hay que coger el libro para el metro. Mirar si hay emilios por contestar. (No todo en este orden, claro... más bien mezclado, batiburrillo antes de salir de casa...)


En el Tentaciones veo que Yo La Tengo editan algo llamado Prisoner of love, doble recopilatorio (o así) que resume su estimulante carrera. (Cosa de pasarse por alguna tienda, a ver si. Poquitas bandas son capaces de ofrecer tantos matices entre la tormenta eléctrica y la bossa aterciopelada sin perder un ápice de coherencia.)



Día de sol, en fin... Que lo disfruten.

Little Star.

Este es el título de la nueva obra de Andi Watson. (La portada del primer capítulo la tienen aquí debajo. Ya saben... problemillas de intendencia digital, o algo...) Edita Oni Press. Una única entrega está, por ahora, disponible.

Como de costumbre, los temas que trata este hombre son muchos y complejos, pero se pueden resumir en un término: cotidianidad. Término peligroso, eso sí. Abarca desde las bobadas de muchos que piensan que mirar por la ventana un rato es ya materia suficiente de creación, hasta los mejores libros de Taniguchi. ¿De qué habla, pues, Andi Watson en Little Star? Fundamentalmente, de la paternidad. De esa mezcla de sentimientos peculiar, explosiva (y hasta corrosiva): miedo, sorpresa, devoción, inseguridad, amor... otra vez miedo. Una pareja joven y una niña pequeña. Relaciones personales. Relaciones laborales. Sueños truncados, proyectos en común.

Todo, con esa aparente facilidad, con esa fluidez narrativa marca de la casa. Y con ese grafismo sintético, elegante, heredero de muchos, sí... pero inconfundible cuando es Watson quien lo firma.


Quizá pueda parecer que exagero. Al fin y al cabo, no he leído más que la primera entrega, y apenas si se han planteado los fundamentos de la peripecia. (Ni siquiera están definidos aún todos los personajes.) Pero veinticuatro páginas son suficientes para confirmar lo que ya sabía por sus trabajos anteriores...


(Aquí es cuando debería, a lo mejor, marcar distancias, señalar por qué Andi Watson sí hace Historieta con cuerpo, con peso, con volumen, y otros muchos se limitan a ilustrar bonito una colección de anécdotas banales. Pero no son horas...)

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El día, por lo demás, ha sido largo. Y caluroso. (No, en serio... ¿dónde está la primavera?)


Extraña cubierta, ¿verdad? Posted by Hello

miércoles, 16 de marzo de 2005

Un día, un hallazgo...


La cubierta la firma Gracia. No me pregunten: cuando era pequeñito, me impactó... Posted by Hello


No sé, igual es cosa del cambio de tiempo, como dicen los mayores. El caso es que he dormido como un titán, pero me he despertado esta mañana como si no hubiera pegado ojo... Un asco...


Una mañana productiva, en buena medida: compra, algo de lectura, un post (el de aquí debajo) medio frustrado. Y, después, de camino al trabajo, el hallazgo: bajo el sol (que va siendo ya de justicia), entre otros cien libros igual de viejitos y carcomidos, he encontrado nada menos que Magic, novela de William Goldman que leí hace muchos años (a finales de los setenta; de hecho, la edición es de 1978), cuando no sabía aún quién era, o quién es, el señor Goldman; pero después, eso sí, de leer (y disfrutar) Marathon Man.

La novela, ya lo he dicho, la leí hace un cuarto de siglo, poco más o menos. (Lo cual no deja de provocarme, si me permiten el comentario, un cierto vértigo en absoluto agradable...) Me impactó tanto que estuve unos meses jugando con una baraja, ejercitando mis dedos para ser el ilusionista perfecto. ¡Yo, que he tenido siempre dos manos izquierdas!

Bendita inocencia...


Con el libro a buen recaudo, me han venido a la memoria unos cuantos nombres de esos años, escritores que, de una u otra forma, han tenido que ver conmigo (muy poco, imagino; no han dejado más huella que esa: sus nombres amontonados en una mañana de sol). Frank G. Slaughter, Frank Yerby. ¿Harold Robbins? Incluso Vicky Baum, por qué no... Son gente a la que quizá no leí, pero cuyos libros andaban por casa, o pululaban en los escaparates de las librerías. Y la Colección Reno, en la que podía uno encontrar a toda esta gente junto con Borges, Chesterton, Hamsun, Tomás Salvador (¿alguien ha leído una cosa titulada La nave? Ciencia-Ficción del terruño... sospecho que con cohartada social, o algo... no me da la memoria para tanto...).


Y, con el libro a buen recaudo, me ha venido también a la cabeza mi abuelo, que solía leer de manera indiscriminada, con apetito voraz y una paciencia ejemplar. Gracias a él descubrí unas cuantas cosas. Y, gracias a él, leí a Clark Carrados y a Keith Luger, a Lou Carrigan, a Silver Kane.


El libro, en fin, está ya en casa. Junto con Marathon Man, que también recuperé no hace mucho. (Les mostraré la cubierta en cuanto que lo localice: es perfectamente espantosa; pero no sé si tanto como la de Magic...)


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Esta noche (en un ratito) emitirán, quizá, el ya comentado capítulo perdido de Urgencias.


O eso dicen. (Otra vez...)

otra vez...



Me van a permitir que insista con Andi Watson. De su último trabajo, Little Star, hablaré en unos días... Posted by Hello

martes, 15 de marzo de 2005

good night

Un día largo. Tras levantarme de puro milagro y con muchas ganas de morirme en un rincón, tras ir a clase y pasarme por casa de Lorenzo, tras una comida no del todo frugal y una lenta tarde de trabajo rodeado de auténticos rebaños de adolescentes (como esas estampidas de ñus del National Geographic), volver a casa y tomarme una cerveza fría después de cambiarme es casi como una antesala del cielo...



En el metro, Endymion. Lectura rápida. Una ensalada de ideas impactantes, un par de imágenes de tremenda fuerza visual, casi cien páginas en estos dos días. Simmons lo hace bien cuando se lo propone, desde luego...


Y sueño, mucho sueño... La cabeza cargada y muchas ganas de meterme en la cama...



Ya mañana...

lunes, 14 de marzo de 2005

lunes morning

Las nubes se han ido, parece. (Están en ello.) Hace sol. La primavera está ahí mismo, a un tiro de piedra...


Encerrado en casa, esperando a que llegue un mensajero que... bueno, que no llega, parece. Que no llega. Y no he salido ni a comprar el pan, ni a comprar el periódico, ni a comprar las cuatro cositas que debería traer del mercado de al lado... por esperar a que llegue este señor que no llega, que es que no acaba de llegar. Y ni me concentro en lo que tengo que concentrarme, ni termino de decidirme a pasar de él y que hubiera estado a su hora, qué demonio...



Y la semana se presenta más o menos así. (Incluso el mes, pero no nos pongamos apocalípticos.) Más o menos de espera a ver si acaso, o a ver qué pasa. Espera lenta. Espera, sospecho, inútil. Y algo le pasa al tiempo, que parece que no pasa y ya es otro día, otra semana, otro mes, pero los días, las horas y el pantano pegajoso de los minutos, se hacen eternos. (Aunque haya días que sí, no se vayan a creer... días que da gusto. Pero no tantos...)



Y este señor que no viene, que no llega. Minutos, folios emborronados que acaban por no ir a ninguna parte y a ver si esa voz en el portal, pero no, claro... y vaya manera de pasar una mañana de lunes, joder... Cosa de llamar, ver qué pasa, anular... (pero a ver entonces cuándo, que las mañanas no abundan, ya saben; las mañanas libres).

domingo, 13 de marzo de 2005

pantalleando...

Domingo tarde. Se va nublando... pero no parece que vaya a pasar a mayores la cosa.

Suena música suavita. Sobre la mesa, un puñado de folios...



Sobremesa: Zatoichi. Kitano. Lírica, ironía, reflexión y el placer de contar una vieja historia, retomar una vieja mitología, hacer con ella lo que le venga en gana (desde el respeto de quien está de vuelta ya). Una belleza.



Curioseando entre las bitácoras amigas, encuentro esto en la de Rafa Marín. No se lo pierdan: resume, en un puñado de frases, todo lo que llevo intentando ordenar yo en mi cabeza desde hace unos meses.




Vuelvo a la mesa camilla, a los folios, a El Cairo...

trece, sol, otras cosas...

Entra solecito por la ventana. Nada espectacular... pero, después de amanecer en gris, es de agradecer.


He terminado de leer la novela en la que andaba enredado (miren por ahí abajo, la de Murakami, ya les dije). ¿Qué puedo decirles? Me ha gustado mucho. Es extraña, mágica, muy divertida a veces, absolutamente imposible a ratos, romántica y erótica, fantástica y perfectamente cotidiana. Ojalá alguien (¿señores de Tusquets?) se decida a editarla en nuestro país. (Y traducen, de paso, las novelas que están, aún, inéditas.)

¿Lo próximo? No sé, tengo una pila modesta de tebeos en lista de espera (modesta, pero jugosa), tres o cuatro revistas de esas que tarda uno meses en leer (Comic Art, Comics Journal, Locus)... y algunas dudas respecto a lo que ahora me apetece devorar en el metro.


(Por cierto, el artículo que publica hoy Marías en EPS, y ya que hablamos de traducir, es de los que levantan ampollas. Sobre traductores ineptos y editores más ineptos aún. Qué suerte tiene este hombre de no leer tebeos... sus cabreos acabarían en la UCI, probablemente...)


Hora de ir pensando en hacer la comida, por cierto. Nada elaborado hoy. (Bueno... casi nunca, para qué voy a engañarles...) Un poco de pasta, vino rojo, fresas de postre.

Vermut muy frío de aperitivo.

sábado, 12 de marzo de 2005

Hiroshige: un capricho.




Pocas cosas transmiten tanta serenidad como los trabajos de los artistas del grabado clásico japonés. Este librito (a la venta, por cierto, en Madrid Cómics) recoge un puñado de acuarelas milagrosas: equilibrio, sencillez, elegancia, poesía...
Hay cien palabras, pero ninguna hace justicia a la belleza de estas páginas.

Para leer y mirar despacio... Posted by Hello

viernes, 11 de marzo de 2005

De miranda...

Paseíto mañanero entre libros. Un par de descubrimientos. Por un lado, DeBolsillo compila, en un único tomo de tapa blanda, todas las entregas de Mujeres Alteradas, de Maitena. (Me consta que es autora con pocos amigos en el campo de la Historieta de por acá, no sé si por publicar en la prensa más poderosa, por feminista, por ese extraño afán de muchos por ser políticamente incorrectos, haga falta o no... Pero a mí me gusta, me parece una mujer con talento, con sentido del humor, con una mirada inteligente.) Por otro lado, Alianza recupera a Stanislaw Lem, escritor polaco de ficción científica y santo patrón de esta bitácora, y lo hace en bolsillo, en sus bibliotecas de autor: Relatos del piloto Pirx, Retorno de las estrellas; pero, además, Fiasco, que editó en su momento en una de sus colecciones caras. Todos ellos, títulos fundamentales. (Pocas veces como en los relatos del piloto Pirx se ha expresado el abismo de la inteligencia artificial, el robot como enigma, como alguien ajeno, como presencia alienígena, extraña. Pocas reflexiones tan devastadoras como la que en Fiasco se hace en torno a la imposibilidad de comunicación entre inteligencias... la soledad última, en fin.)


Anoche, por cierto, desapareció de la programación el capítulo de Urgencias. ¿O me equivoco, programé mal el vídeo, empezó más tarde aún?


Mañana (en unas horas), inexplicable evento nacional. En recuerdo, dicen, de las víctimas. Como si los que estaban cerca no los recordaran ya bastante. Como si los familiares y amigos no tuvieran ya suficientes pesadillas.

Lo importante, parece, son las fotografías del aniversario.

Yo recuerdo, de ese día, que me llamó mi chica desde el trabajo muy temprano para decirme que había estallado una bomba en Atocha. Me levanté, puse la televisión... y, a los pocos minutos, una amiga me envió un mensaje al móvil para decírmelo, también. (Recuerdo sus ojos húmedos cuando nos vimos luego, en el trabajo. Ella usa la misma línea de tren. Los dos conocemos a compañeros que también la usan, pero a la hora crítica de la mañana...)

Las fotografías conmemorativas no arreglan nada.

Tirarse los muertos a la cabeza, tampoco.

jueves, 10 de marzo de 2005

Andreas...


Imagen de la tercera entrega de Cromwell Stone, del gran Andreas. En ella está todo lo que caracteriza a su autor: excentricidad, iconicidad, densidad, composición, aliento gótico. Poesía y enigma.

Planeta tiene intención, al parecer, de publicar los tres libros. Veremos en qué queda todo. Y veremos, también, cómo queda... si es que queda.
Posted by Hello

souvenir



La semana próxima saldrá a la venta el nuevo álbum de Souvenir.
Lo que he oído hasta ahora es de lo mejorcito de su carrera: suave, terso, luminoso...
Editan los chicos de Jabalina.


(No sólo de tebeos vive el hombre, ya ven...) Posted by Hello

miércoles, 9 de marzo de 2005

con prisas...

Sí, llevo un rato trasteando, pero el chismito de subir imágenes de Hello me está dando problemitas, y al final no he podido...

Que tampoco pasa nada, pero estoy empezando a plantearme pasar de ellos y probar otra cosa. (¿Alguna idea? Apta para analfabetos digitales, ojito...)



En fin, a otra cosa. Y deprisita.

Que esta noche pasan el episodio de Urgencias que se saltaron la semana anterior. Eso sí, para celebrarlo... la serie vuelve a cambiar su hora de emisión: madrugada. (Después de la peli.)


Que hay gran revuelo electrónico por el cambio en la titularidad de los derechos de DC en España. Si se dan una vuelta por foros y weblogs del ramo, comprobarán la efervescencia... La noticia del mes, pareciera... (¿Del año, tal vez? Demasiado pronto...)


Que ha vuelto el sol, que el cielo está azul, que va haciendo menos frío...

Que me voy a trabajar, en fin.

ombligos...



El último trabajo publicado por Fermín Solís (Las pelusas de mi ombligo, en Cabezabajo Ediciones)
tiene una viñeta bonita. Aquí se la dejo.


(Tiene, también, un comentario gracioso... entre él y yo. Por supuesto, señor Solís: no hay nada más ombliguista que esto que yo hago. ¿Y...?) Posted by Hello

reportero sin fronteras... pero con prisa

Esta mañana he podido encontrar un hueco para acercarme al Espacio Sinsentido a tiempo de asistir al encuentro con Sfar. (A parte de él, al menos..)

No había mucha gente. Algunos medios, sí. (Incluso un micrófono de Radio Nacional.) Recogido: más una charla que una presentación formal.

Mejor.


El maestro de ceremonias, Juanjo de la Iglesia (por CQC conocido, pero también por posteriores incursiones televisivas, o incluso por pinchar a Frank Zappa en La Boca del Lobo), ha hablado con su desparpajo habitual, de tú a tú, demostrando, de paso, que los tebeos le gustan. El autor, Joann Sfar, responsable de una lista ingente de producciones al otro lado de los Pirineos, ha hablado, por su parte, en un sorprendente castellano cuajado de coloquialismos. Es un tipo con aire de rapero parisino, afable, rápido. Estaba relajado, cómodo.


¿De qué han hablado? Sobre todo de las obras presentadas, claro: Vampir (Alfaguara) y Gran Vampir (Sinsentido), pero también de Historieta en general, de las diferencias (abisales) entre los mercados español y francés, de ese público infantil que parece empeñado en recuperar para un medio que morirá, sin él, de inanición.

Algunos momentos felices: al plantear las diferencias entre las dos cabeceras, nos descubre que, cronológicamente, las aventuras del niño vampiro son posteriores, porque el protagonista de Gran Vampir, melancólico y solitario, triste por vocación estética, aburrido de su noche eterna, decidirá que quiere volver a su infancia, una infancia que no recuerda ya, y ser el niño que, a lo mejor, no pudo ser antes. Un niño, claro, que, por vampiro, no puede ir a la escuela con los demás; un niño social, deseoso de tener amigos, de ser normal.

Más momentos felices: habla de su experiencia en el trasvase de Vampir a la animación televisiva, muy satisfactoria. Acaso, apunta, porque se ha podido involucrar mucho en la producción, hasta el punto de elegir a los colaboradores gráficos, la música, los actores... Produce France 3.


La Historieta, en Francia, puede acabar muriendo, ha dicho, de puro éxito: demasiadas novedades cada día. Es más fácil que nunca publicar tu libro. Por eso, es perfectamente posible que nadie lo llegue a ver... lo que impedirá, claro, que haya una segunda oportunidad...



Algo más de media hora distendida. Luego, he tenido que irme... Con unas ganas enormes, por cierto, de leer más cosas de este hombre... y de apretarme un poquito las tuercas, ponerme las pilas, trabajar un poquito más en todas esas cosas pendientes. Y en esas otras de las que no suelo hablar...


Una mañana, en fin, productiva.

lunes, 7 de marzo de 2005

otra vez...

Que ya ven, no me deja la máquina trastear con la ilustración que les he puesto aquí debajo... (O igual estoy yo, todavía, torpe... como ayer. Sí, seguro que es eso...)

Venía a cuento la cosa porque, después de leer el libro en cuestión, sobre guión de Seagle, me he sentido más que decepcionado: cabreado. Un buen montón de páginas en las que se cuenta, un poco por encima, un amago de crisis existencial sufrida por un guionista al que de repente le cae del cielo la oportunidad de encargarse de escribir Superman. (Ah, pero resulta que, de pequeño, leía tebeos de ese personaje mientras su abuela moría de no sé qué enfermedad hereditaria, oh, cielos...)

Superficial. Fácil. Un poco... psicología para bobos, le comentaba esta mañana a Lorenzo. Una cosa como de Muy Interesante. No, peor... porque, además, está resuelto con el convencimiento, con las maneras, de quien elabora poco menos que la obra de su vida...

¿Kristiansen? Brutal a ratos, en piloto automático en algún momento... deslumbrante, en alguna página.


En fin, sí: decepcionante, en general. (El libro, digo.)



Por lo demás, lunes de mucho hablar. Tengo Zatoichi en casa, y unos cuantos tebeítos apetitosos: el último Promethea, sin ir más lejos. Ya les contaré...


Kristiansen
... uno de esos tipos a los que conviene seguir. (A pesar de que a veces...) Posted by Hello

regalito...


Un regalo: ilustración de Shane Glines, un nombre a perseguir... Posted by Hello

vermut

Un vasito. Su rodaja de limón.

No, nada de hielo: debe estar frío, pero no aguado.

Sabe rico. (A amistad. A charla de bar. A mañanita de sol. A dejar pasar el tiempo, ya saben: dolce far niente...)

Antes de salir, un poquito de vermut a su salud.

Buenos días.

domingo, 6 de marzo de 2005

charlando...

Con ustedes, claro.

Sí, he vuelto.

Y, como estoy un poco torpe (o algún gremlin digital no me deja trastear aquí), abajo les dejo un par de imágenes. La una, de una de esas exposiciones que no deberían perderse. (Se abre al público el martes próximo: aún tienen tiempo.) La otra, de una invitación a la rueda de prensa con que Sinsentido presenta, en el local de la calle Válgame Dios, su apuesta última: el Gran Vampir de Sfar. Será el martes, ya digo. A las 11 de la mañana. (Ejercerá de maestro de ceremonias Juanjo de la Iglesia...)

(El lunes anterior, por cierto... es decir, mañana, el autor firmará, también en el Espacio Sinsentido, a partir de las 8 de la tarde...)



Una vez cerrada la agenda social, qué les puedo contar. Largo fin de semana. Esta mañana he trabajado. Y, por supuesto, he vuelto a dormir malamente... Cosa de una incipiente congestión nasal que empieza a tocarme las narices (perdón por el chiste barato). Cosa de ese miedo instintivo a no oír el despertador, cuando uno debe madrugar. Y cosa de un montón de energúmenos que han estado aullando a eso de las cinco de la mañana en la acera, al ladito mismo de mi portal...

¿Más? He estado viendo en la televisión, tras la comida con vasito de vino y fresas de postre, el Deep Impact de Mimi Leder: impresionante película que mejora con cada nuevo pase.

¿Más aún? Que mi pedido de Previews va a ser legendario, este mes.

O que ya ni sé si hace frío o calor.

Y que la novela está llegando a un punto de máximo interés, con todos los personajes a punto de encontrarse y un evento de probables consecuencias cósmicas (o algo) a punto de tener lugar. (Hablo de Murakami y su Kafka on the shore, no sé si recuerdan...)


Y que igual convendría ir pensando en hacer algo de cena. (Y la colada, ay... que va siendo tiempo.)



Marzo se precipita cuesta abajo, ya... (Y fíjense en la fecha, caray...)


cositas... Posted by Hello


en primicia, un algo... Posted by Hello

sábado, 5 de marzo de 2005

ultramarinos

Pues sí: de ultramar. Es decir, de los EEUU.

Ojear el reciente Previews es sufrir un poco... De repente, una aglomeración de cosas interesantes para pedir. (Y digo de repente: los últimos meses han estado flojitos, por allá...)

Se me ocurre, por ejemplo, el segundo tomo de Gotham Central, el álbum de Top Ten (The Forty-Niners, con imágenes de Gene Ha), un nuevo crimen victoriano de Rick Geary (The murder of Abraham Lincoln), otro volumen de Mutts, un libro conmemorativo del 20 aniversario de Mother Goose & Grimmy... Y, por supuesto, la joya del mes: la imprescindible compilación de los dos primeros años de Gasoline Alley; un libro potente, con diseño de Chris Ware y editado por Drawn & Quarterly: Walt & Skeezix Vol. 1.

Todo esto, así, en una primera ojeada.

Me duele el bolsillo de pensarlo. (Y empiezo a plantearme en serio, ahora sí que sí, lo de soltar lastre: hacer limpieza de papel superfluo. No me cabe nada...)



Ah, pero leer esas joyas... Tener ese libro que por fin hace justicia a la obra de Frank King, disfrutar de otro de esos guiones alambicados y deslumbrantes del maestro Moore, degustar la poesía de McDonnell una vez más...



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El frío no perdona: hoy, al salir de trabajar, mientras esperaba a mi gente para bajar hacia Atocha, mientras la luz de la tarde se iba, un viento muy gótico se empeñaba en mover los árboles con una cadencia decididamente Daphne Du Maurier. Un viento helado, seco...

jueves, 3 de marzo de 2005

películas...

Curiosear entre mil libros antes de ir al trabajo... Inevitable picar, ay. (Mañana les cuento... o uno de estos días.)


Esta noche he estado viendo Solaris, la película de Soderbergh basada (muy de lejos) en la deslumbrante novela de Stanislaw Lem. Seca, poco grata, elíptica. Forzadamente... artística, diría yo. Un trabajo sorprendente. Incluso estimulante. Muy poco hollywood, no sé si me explico...

No llega a traicionar la fuente literaria, aunque se aleja de ella considerablemente.


El frío vuelve, me temo... y el fin de semana va a ser largo. Mucho.



(Por cierto, que he visto que se anuncia, para este mes, la edición de El quinto elemento: DVD con dos discos y eso. Además, por fin, una primera temporada de Colombo. Y algo que no tengo claro qué es, pero que parece un cofrecito con todos los episodios de La Pantera Rosa, esa serie de animación que llenó mi infancia de glamour. Estaré al tanto y les mantendré informados... porque todo eso, yo lo quiero.)



Otra cosa, antes de meterme en la cama (que ando un poco cansado últimamente): ¿soy yo, o hay un episodio de Urgencias que me he saltado?

Umm...

miércoles, 2 de marzo de 2005

sin nada que contar

En efecto.

Claro que, ¿cuándo me ha detenido semejante minucia?


En la cocina cuece, despacito, algo. A ver si no he calculado mal el tiempo y no se me queda a medias, que queda poco para tener que irme.

En la calle, un puñado de nubes parcela el cielo, lo disfraza de película del oeste. Hace menos fresco que ayer. Se puede estar parado esperando el bus sin que tengan luego que llamar al samur para reanimación.

(Por cierto, que Urgencias vuelve, hoy, a emitirse a eso de las 22´00. Un episodio. Mejor...)


Rodeado de papelotes. Haciendo cuentas: que no me sale, por muchas vueltas que le doy a las tablas... Ni idea de cuánto voy a ganar con la nueva cosa: a mí, las cifras que me dan no me aparecen por ningún lado...

(Y yo, señores, llegué a hacer la declaración de la Renta sin calculadora, en algún momento... Así que, algo no va como me han dicho... Arf...)



Murakami bien, gracias. De este mes no pasa que acabe de leer la novela. (Ya voy como por la mitad... Pero sean clementes: son quinientas páginas, está en inglés... y sólo tengo tiempo de leer en el Metro...)


Guardo direcciones para curiosear más adelante, no sé si un fin de semana... La última, sobre cine de género. (Muy de género.)




Y el sol no se decide a asomar. Voy a la cocina, no sea que...

insomnios

A punto he estado, esta mañana, de tirar el despertador por la ventana y quedarme debajo del edredón, tan calentito. No he dormido muy bien. (He dormido de puta pena, si me permiten ser así de gráfico.) Y levantarme temprano, salir a la calle escarchada y empezar la mañana con una clasecita de inglés... me apetecía poco.

Pero, una vez despierto... la inercia ha hecho su trabajo, y antes de tener idea cabal de lo que hacía, estaba debajo de la ducha: demasiado tarde para retroceder.

En fin...


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Caprichos: Larcenet. Me gusta mucho ese dibujante. Narrador excelente, mordaz escritor. Escribiría algo sobre él por aquí... pero no me apetece desgranar datos biográficos. Me apetece enseñarles alguna de sus viñetas. Me apetece hacer una lista de sus títulos. (De los que conozco, de los que tengo a mano.) Me apetece explicarles que es una de esas voces que se empeñan en inventar cositas (nada trascendente: cosas chiquitas, pequeñas ideas felices) del otro lado de los pirineos.




Uno de estos días...


(Ayer, precisamente, compré otro de sus álbumes. Caprichos...)


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Por supuesto, estoy que me caigo.

Sueño.

Buenas noches.

martes, 1 de marzo de 2005

esos hielos...

Febrero se marcha helado, y nos deja una noche crujiente de cuchillas.

Marzo. Mes largo, con sus días festivos allí, hacia el final.


Hoy era lunes, hasta hace un rato... Lunes tranquilo, de charla en el bar, de algunos cigarrillos, de sol radiante y cielo azul hielo.

En un puñadito de horas, amanecerá el nuevo mes. Y el martes, claro...