lunes, 31 de enero de 2005

adiós, enero...

Pues nadie lo diría (y yo menos que nadie), pero se acaba el mes. Primer mes del año 2005.

Adiós, adiós...

(Si oigo a alguien decir lo de parece que fue ayer, cómo pasa el tiempo, esas cosas... dimito.)


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Ha sido un buen día. Primero, porque he vuelto a ver, después de mucho tiempo, a dos buenos amigos: Carlos Puerta, José Antonio Calvo. Exiliados en Galicia desde hace algunos años... y tan vitales, tan divertidos, tan buena gente hoy como lo eran cuando se fueron.

(A Carlos se le va más a menudo por aquí... Hoy, además, ha venido con su Patricia, esa chica de acento dulce y aire de superespía que se lo llevó al norte. Pero con Calvo no coincidía desde... ni me acuerdo cuándo. Sigue como siempre: bonachón, ácido, chispeante.)


Además, por fin me han pasado el pack con la cuarta temporada de Buffy. (Sí, las tengo ya todas. En diferentes ediciones, pero todas. Cualquier día me lío la manta a la cabeza y...)


Además... bueno, un determinado proyecto (del que hablaré sin acertijos en cosa de unos días, se lo prometo) ha cuajado, por fin, ahí, sobre la mesa. Papel impreso. Muchos meses de trabajo.


Pues eso. Como les decía... un buen día. Una buena manera de cerrar enero... y una manera aún mejor de abrir febrero.


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(Ah, sí... Algunas compras. Pero ya mañana, si acaso, se lo cuento a ustedes...)

a veces

Parece que el frío como de Jack London nos abandona.

Anoche, el amigo Carlos Puerta me contaba en el teléfono que se había dado una vueltita por Madriz nada más llegar de su exilio galaico. El viernes. Muy de mañana... Y sí, la ciudad estaba preciosa, con las fuentes heladas y eso... pero la sensación de que los dedos se te van a caer no acababa de dejarle disfrutar de las vistas... (Hoy tiene un juicio. Cosa de derechos, de alguien que le encargó un trabajo que no le quiso luego pagar... algo por el estilo. A ver si luego me cuenta...)


Yo voy recuperándome. Ya casi no toso, ¿saben? Y en un ratito saldré a echar un ojo en las mesas de novedades de mis librerías de cabecera. Al parecer, hay ya por ahí un Lo más mejor dedicado a Ventura y Nieto... (Libro imprescindible, por tanto.) Y ese Enigma de Milligan y Fegredo que no leí en inglés, en su momento...


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En alguna parte dije, hace ya tiempo, que Mar adentro arrasaría en los premio Goya.

También dije que se vendría a España con el Oscar debajo del brazo.

Ya hablaremos... pero la primera parte de la profecía, no me lo negarán, está más que cumplida.



(Taquillas. Quejas sobre la pérdida de espectadores entre los profesionales del cine español. Y una única película que salva la cara de la recaudación. Situación que se va convirtiendo ya en cotidiana...

Modelo francés. Se habla mucho, se critica. El spot con Resines y el chaval que juega a béisbol... El caso es que los franceses, con subvenciones, con una política agresiva que para los pies a las distribuidoras norteamericanas, producen, además, buenas películas, películas que la gente va a ver. Nosotros, con o sin subvenciones, con o sin actitudes antiamericanistas, producimos unas peliculillas que, en general, y salvo excepciones, no interesan a nadie... Esa es la diferencia.

Allá tienen a Besson y a Jeunet. Aquí, Almodóvar y Amenábar y Segura. Hay diferencias. Objetivas.

Y tenemos, además, un agravante. Y es que a Almodóvar se le va dando de lado desde arriba...

Y lo que la gente parece que busca es más bien el cine de chistecitos, el post-Torrentismo.

Todo esto, dicho al buen tun-tún y sin meditar.)


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El cielo está azul...

domingo, 30 de enero de 2005

una mañana de sol...


una colección de imágenes... Posted by Hello


Menos toses y cabeza más despejada...


No recuerdo ahora si el jueves o el viernes, en el buzón, un paquetito pulcro y un libro nuevo de Dibbuks: Los Elegidos. Bajo tan mesiánico título, un puñado de ilustraciones de los nombres más importantes del medio, excelentemente reproducidas; Ana Juan y Raúl, Ricardo Machuca, Toño Benavides, Calatayud, Fernando Vicente, Berrio... (Obviamente, no están todos los que son en el país... Ni sé si todos los que están, son: Gatagán, por ejemplo, perdió, para mí, hace ya tiempo su categoría de monstruo visual...)

Un libro extraño, casi privado. Un regalo para la vista y un buen ejemplo de que en estas tierras abunda la gente con capacidades plásticas superlativas, capaces de ponerlas al servicio de cualquier cosa con dignidad, con respeto y con imaginación... Ilustración, en fin, un medio que a menudo se deja un poco de lado...


Ayer, lectura de El primer amor. Un cuento gótico, de Joyce Carol Oates, un libro pequeño, corto e intenso. Subyugador. Resultado: rescato de la pila de pendientes otro libro de su autora: Zombie. A ver...


Ayer, anoche, cena con amigos... Noche de hielo, grupos de adolescentes en cada esquina: poca ropa, mucho alcohol dentro... Y una sensación general de sobreaceleración en todas partes, en los garitos, en la calle... Las aceras brillaban como el cristal roto y por todas partes olía a chicle de fresa y a vómito rancio...


Hoy, votan en Irak. (Hablando de cristales rotos...)

viernes, 28 de enero de 2005

relativismos...

Sol, cielo azul... azul de hielo.


Esta mañana, mientras compraba el periódico y el pan, los gérmenes (débiles ya, sí) se me han quedado peladitos de frío.

Voy ganando.


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En los foros electrónicos más o menos vecinos se ha desatado una minúscula tormenta: Trama y su última entrega, resumen del año vencido y presunto análisis industrial (o, más bien, situacional). Porque la lista de lo mejor es sorprendentemente generosa con la editora de la revista (cosa que a nadie debería a estas alturas asustar, creo). Porque nadie parece estar de acuerdo.

No parece que nadie apunte al centro de la cuestión: la banalidad del resultado final.


En su momento, en su anterior encarnación, dije públicamente que la revista no tenía espíritu crítico. No sentó bien...

Cuando llegó la nueva etapa, celebré la iniciativa por su consciente ligereza de planteamientos. Su falta de pretensiones, por así decir. Esa liviandad, refrescante, se ha transformado ahora en pura arquitecura hueca. Malabarismos en el vacío.

El resumen del año es justo eso: resumen, sin más. No hay implicación.


Con todo, lo más divertido de todo el asunto es la ferocidad con que muchos se han lanzado a atacar a Trama y Astiberri.

Hubo un tiempo en que esta gente parecían poco menos que intocables. Estaba feo hablar mal. Estaba feo señalar dudas.

Hoy, parece que la veda se ha levantado.


(Hay esfuerzo en las páginas de la revista, por cierto. Como hay esfuerzo en los productos de la editorial. Señalar carencias no implica, necesariamente, desbaratar la labor de un puñado de gente que, imagino, hubieran querido tener más tiempo y más espacio para hacer su trabajo.)


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En el mundo real, y para poner las cosas en la perspectiva adecuada, tengo sobre la mesa copia del proyecto de Convenio Colectivo con que quieren agredirme durante los próximos años. Hay que leer, meditar, señalar... y metabolizar, en la medida de lo posible, la rabia, conducirla hacia lugares en las que pueda ser útil.

Y contraatacar.


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Dos libros sobre Bruguera. Uno de El Jueves (Guiral), otro de Glénat, que no he visto aún. (El primero sí, está ya en mi casa. Muy bonito. Y lleno de dibujitos e historietas memorables. Cuando lo mire despacio les cuento.)

En breve, en algún momento, habrá otro libro con imágenes de viejos tebeos... Estén atentos, ya les daré yo el queo cuando corresponda.


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En pocos días, más sobre Trama. (O más sobre Astiberri.)

O no.

miércoles, 26 de enero de 2005

cuarentena...


Atmosférico Blain... Posted by Hello



Hoy es el último día de reposo. Quizá podría haber ido a trabajar... No hay fiebre ya, la cabeza parece más en su sitio (aunque se me va un poco, todavía...), toso de otra manera... Pero con el frío polar que hace ahí fuera, prefiero asegurarme y esperar a mañana.


(Frío. Esta mañana, entre sueños, he escuchado a una niña que voceaba entusiasmada, en la calle, algo sobre bolas de nieve. En efecto, el jardín y los coches han amanecido cubiertos por una capa de nieve de dos dedos. Blanca, blanca...)


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Más lecturas. Hace un ratito (después de trastear en la cocina, después de llamar al trabajo para avisar de que ya mañana, si acaso) he podido disfrutar de la segunda entrega de Socrate le Demi-chien, serie con guiones de Sfar e imágenes de Blain. ¿El título?: Ulysse.

El protagonista (y narrador), Sócrates, es un perro. No cualquier perro, por supuesto: el perro de Heracles. (Y, además de perro, filósofo. Y hablador empedernido.) En este álbum, asistimos a la muerte de Telémaco, acompañamos a Ulises y Heracles en una breve expedición marítima, encontramos a un cíclope melancólico (y cegado) que responde al nombre de Homero, somos testigos de actos despreciables y de gestos conmovedores, de sucesos terribles. Sexo, violencia, canibalismo, venganza. Todo narrado con distancia e ironía por un perro que se sabe en exceso dependiente de los hombres...

El trabajo de Sfar es inteligente, sólido, apasionante. Blain, por su parte, está en su mejor momento.


(¿Una pega? Habría que referirse a algo que parecen tener en común buena parte de toda esta gente al asalto de las editoras grandes desde la independencia francobelga: no se plantean la página como unidad narrativa, no juegan con ella, no exploran lenguaje. Sus tebeos son sucesiones de viñetas, y ahí falta algo, falla algo, se echa de menos algo. Hablo de Blain y Sfar, sí, y también de Trondheim, de Larcenet, aunque menos; y Delisle... )


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El sol se cuela por la ventana.

No se dejen engañar: hace un frío de pelotas.

Palabra.

martes, 25 de enero de 2005

Lo he intentado...


El excelente trabajo de Corben para Solo #2 Posted by Hello


De verdad. Palabra.

En casa tengo, desde hace unos días, Zora y los hibernautas, la magnífica edición de Glénat. Y hace un ratito, ya despejado después de la sobremesa, me he puesto a leerlo.

Le he puesto mucho empeño. (Y no dejo de admirar el cuidado que han puesto los de la editorial en el libro... ) Lo he intentado, ya les cuento.

Pero no he podido, ay...

Se cae de las manos, hoy. (Y si no lo hacía entonces, que probablemente también, quizá fue por la vorágine del momento: ya saben, el renacimiento de una industria propia, la voz personal de nuestros emigrados... todo eso que acabó en nada.)

Excelente catálogo de recursos plásticos, de estilos y de técnicas, a la hora de ser considerada como historieta, la de Zora apenas está a la altura del balbuceo... (Y ya si hablamos de guión, de argumento, de caracterización... apaga y vámonos.)


(No obstante, no me parece descabellado recuperar obras de esa época. Marcaron. Fueron un intento, un quiero y no puedo... Y dieron frutos memorables: Giménez y Jiménez, Altuna, el mejor Font, Beá... No estoy seguro de que se justifique el lujo de algunas de estas reediciones, eso sí...)


Antes, he leído el quinto libro de Los Profesionales. De Giménez, precisamente.

¿Por qué? No sé... por si acaso. Porque hacía mucho tiempo.

Pobre, pobre... Casi grotesco.

Piloto automático.


Y antes, he podido leer la última entrega del Peter Pan de Loisel: Destinos. Y esto ya ha sido otra cosa. (Lástima no haber invertido el orden... Por lo del sabor de boca, vamos...)

A pesar de que, a mi juicio, la historia se ha dispersado considerablemente a lo largo de estos años, y el trabajo de Loisel ha perdido... no sabría decir; se centra ahora más en lo atmosférico, en los decorados, por así decir, que en los personajes. Y la muerte con que se inicia el álbum es... absolutamente anticlimática. Uno tiene que mirar dos veces la página para ver qué pasa.

El tono general es pesimista... Quizá sea el libro más desolado de todos.


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Richard Corben. Qué les voy a contar.

DC dedica la segunda entrega de su experimento Solo al hombre de Kansas. Un puñado de historias escritas, dibujadas, coloreadas y rotuladas por el creador de Den (excepto una, la única protagonizada por un personaje de la editorial). Un manojo de relatos desesperanzados, agrios, resueltos con un oficio escalofriante y con una sencillez envidiable.

Una delicia.

Que deja, claro, con ganas de más. Mucho más.


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Leída la entrevista con Chaykin de Comic Book Artist. Interesante, como era de esperar. El hombre ha dejado el alcohol y las drogas, incluso la cafeína. Sigue siendo la lengua más afilada del medio, eso sí. (Y el que mejor viste; eso no lo digo yo, lo dice él, bendito bocazas...)

Alguna curiosidad: enterarse de que el señor Spielberg tiene en sus estudios de Amblin una colección de pinturas de Norman Rockwell de las que quitan el hipo.

Dice que tiene proyectos. Para DC. (Alguno hay ya a punto de llegar, vía Previews... pero hay más.) Dice que también a él le gustaría ver reeditado un libro como Espadas del cielo, flores del infierno.


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Me siento, hoy, extremadamente laico. (No necesariamente pecaminoso... no con esta tos, en fin...) Al borde mismo de la apostasía...

La culpa será del gobierno, claro...

lunes, 24 de enero de 2005

con la mantita...

Así andamos, arrebujaditos. El sol entraba por la ventana esta mañana, pero he salido lo justo para comprar unas cosas (líquido, sobre todo) y ya.

Luego, a lo tonto, he estado un buen rato (pero mucho, ¿eh?, no crean) instalando el nuevo antivirus y trasteando con algunas de sus herramientas (es un Norton)... He optimizado el disco duro (o eso me han dicho acá, en una ventanita), he hecho una buena limpia de presuntas amenazas más o menos víricas que no sabía que tenía en el ordenador... y hasta he visto cómo un cartelito aparecía de repente ante mis ojos avisándome de que acababan de interceptar un troyano que se me colaba por qué sé yo dónde...

Emocionante. (¡Y esto, con banda estrecha! ¡Qué miedo!)



He mirado las noticias, también. El periódico, la televisión... Resulta, como poco, insultante la algarabía que se está montando a raíz de los pegones que se manifestaron el otro día y quisieron atizar al minijtro y sitiaron luego el edificio de la SER. Porque unos, condenar, condenan, sí, pero aprovechan para preguntar dónde estaban ZP y Peces Barba. Los convocantes, condenan también, claro, pero no dejan de señalar que, hombre, si hubiera estado allí Peces Barba o ZP, pues no les hubieran insultado... como no hubieran insultado a Pilar Manjón (que lo hicieron) de haber asistido. (Los convocantes dan las gracias al PP por su apoyo... sin preguntarse por qué no estaba, tampoco, Rajoy, al que no insultaron los cafres, pese a su ausencia...) Y la organización de la que forma parte la señora Manjón avisa de que no quieren verse manipulados con fines políticos, y por eso no fueron...

A mí me da vergüenza, además de mucha rabia, ver las imágenes de ese montón de gentuza agitando banderas de España y gritando asesinos y cosas peores.

Y me da vergüenza la tibieza de unos, la torpeza de otros, la cara dura de tantos.

(De las víctimas, al final, entre unas cosas y otras... creo que nadie habló.)



En un ratito, a leer. La cabeza no acaba de estar en su sitio, los ojos aún me duelen, pero la fiebre no ha vuelto (quizá unas décimas... poca cosa). El encierro era lo que me hacía falta, ya ven...


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Trabajo.

Una reflexión: cómo conseguir que aumente el horario de trabajo cada día y, además, compaginarlo con una reducción de plantilla.

¿Complicado? ¿Imposible?

Ya les contaré... Hay quien insiste en cuadrar círculos...

domingo, 23 de enero de 2005

invierno... otra vez.

El virus va ganando, me temo. (Aún conozco, eso sí... pero no mucho...) Trabajar esta mañana no ha ayudado, claro... Dormir de asco, tampoco.

Aspirina, paracetamol, líquidos. Y quedarme en casa. (Lunes de clausura, ay...)


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Aniversario mítico: centenario de la Teoría de la Relatividad. La cantidad de bobadas que vamos a tener que escuchar y leer a lo largo de este año...


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En realidad, no quedan muchas ganas de escribir ahora...

Sí les adelanto que, si mi cabeza me lo permite, tengo alguna lectura pendiente. Así, inmediata. Algunas cositas francesas, alguna yanqui. Más Machen.


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Dicen, además, que vuelve el frío.

sábado, 22 de enero de 2005

asedio...

Lo noto, sí. Asedio vírico. (¿O es cosa bacteriana? Nunca me aclaro...)

Garganta molesta, áspera. Cabeza cargada. Un poquito... (Y quizá un poco demasiado ligera, a ratos...)

Aspirina.

Confío en atajarlo, romper las filas, escapar más o menos ileso...


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Esta mañana, algunas compras (de ellas hablaré por aquí, una vez leídas y escaneadas, si procediera). Y un paseíto al sol.

Y, en el trabajo, claro... pues eso, notando cómo el asedio sube por las piernas, se agarra a la espalda, a la nuca, y acaba por instalarse en la cabeza. Despacito.



Pero no importa. Aspirina y cama: mano de santo.

viernes, 21 de enero de 2005

ruidos...

La cisterna gotea.

Sí, ya sé... Debe ser cosa de poco: ajustar el flotador (¿se llama así?) o algo. Estuve trasteando hace unos días, y casi me hice con ella. Casi.

Sigue goteando.

De a poquito, eso sí. Y a ratos.


Miro hacia el pasillo y oigo el ruidito del agua, un goteo irregular...

El pasillo está a oscuras. Más acá, una lámpara pequeña ilumina el radiador, el teléfono, un montón de tebeos y revistas, un peluche de Pukka, el reloj de diseñín que compré en Barcelona la última vez que me pasé por el Saló, hace... ni me acuerdo cuánto.


La televisión está encendida. En la 2 están emitiendo Bienvenido a la casa de muñecas, una película cruel, amarga y, también, divertida. El volumen está muy bajo... un murmullo apenas.


¿El grifo? Sería cosa de levantarse y ver si ese goteo es del grifo...


De vez en cuando se escucha algún coche, pasos en la acera. Y el vecino de arriba, que se pasa las horas asomado a la terraza, y tose de madrugada, y se queja, a veces, no sé si en sueños o porque no puede conciliarlo.





Mañana no hay que madrugar...

jueves, 20 de enero de 2005

Madrid, el cielo...

Sin ponernos castizos, pero es que estaba esta mañana tan bonito el cielo... Plaza de Castilla, azul y frío, reflejos acharolados de acero y cristal, un permanente zumbido de actividad alrededor... Y todo él ahí arriba, inmenso y transparente. Y al fondo, detrás de los edificios, hacia el horizonte, una espuma de nubes. Y el solecito, que dice el amigo ÁNGEL; el sol.

En el metro, antes y después, al caer la noche, Machen. Brillante. Una frase: (...) desde el elevado terreno en que se hallaba, divisó el espantoso espectáculo de Londres dormido. Ese adjetivo ahí... lo cambia todo, da un vuelco al párrafo entero y prepara al lector para lo que vendrá después. Un adjetivo ahí, justo donde menos lo esperas... ese adjetivo, claro.



No he dormido muy bien. Mañana, otra vez a madrugar...

miércoles, 19 de enero de 2005

nocturno (y van...)

La mañana ha sido relajada: charla y pequeño teatrillo en clase de inglés, visita al amigo Lorenzo después. Planes; breves: no había tiempo para más. Y un Love and Rockets nuevo. (Algún día habría que hablar aquí de lo que supuso, para mí, el descubrimiento de estos Hernández que todavía me tienen enganchado; Jaime, porque no deja de mejorar, evolucionar, madurar, inventar; Beto, porque no se me olvidan sus trabajos de hace años, cuando me interesaba lo que hacía. Algún día, sí... pero no hoy.)

En el trabajo, lo de siempre, más o menos... preámbulo de una reunión decepcionante. Porque los peores temores se van viendo confirmados uno por uno. (Pero, eso sí, a menos velocidad de la augurada... Magro consuelo.)

Que son lentejas, en fin...



Madrugar, eso sí, me deja a menos revoluciones de lo normal. Si me disculpan...

lunes, 17 de enero de 2005

otro lunes que se acaba...

Productivo, además. De una u otra forma.

Porque vuelvo a casa con la mochila llena, ay, de papel impreso. Tebeos: cositas de los EEUU (los mutantes de Whedon, lo de Corben que comentaba más abajo, el quinto tomo de Krazy Kat editado por Fantagraphics) y cositas de por acá (Peter Pan, de Loisel... y algunas cosas que ya veré si les cuento otro día). Revistas: un Locus, un Comic Book Artist; entrevistas con Michael Chabon y con Chaykin, respectivamente. Y una monografía sobre Kevin Nowlan, con entrevista larga y un buen puñado de sus dibujos.

De todo ello iré dando buena cuenta a lo largo de los próximos días... y de algunas cosas algo les contaré, claro...


Productivo porque, tras algunos días de desconexión, o dispersión, qué sé yo, hoy hemos vuelto a ser muchos a la mesa. Amigos. Y la conversación ha sido torrencial, caótica y apasionante... como debe ser.


(Productivo porque, oigan, acabo de ventilarme en diez minutos los deberes de inglés para mañana...)



El resto de la semana... ya veremos. Habrá que empezar a funcionar en breve: hay textos por completar, hay un guión en marcha, hay unos artículos a medio escribir... Y mañana, además de la clase a primera hora, tengo reunión de la sección sindical después del trabajo: día completo, ya ven... (La cuesta de enero debe de ser esto: no que el dinero se acabe antes, sino que todo lo que dejaste de hacer durante las navidades se te viene encima... y con refuerzos, además.)


El resto de la semana... bueno, les iré contando.

domingo, 16 de enero de 2005

sueltos...

En un rato, con una cerveza fría al lado, será cosa de plantearse qué hacer de cena. Mientras tanto, alguna nota dispersa...


Por ejemplo, que la adaptación de la primera novela de El Capitán Alatriste (a cargo de Carlos Giménez y Joan Mundet) está ya en el mercado, en un formato poco reconocible como tebeo. Muchas páginas, blanco y negro, abundancia de texto y una inconsistencia gráfica notable. Yo ni me acercaría. (Pero yo dejé la novela a medias, porque me aburría como no se hacen una idea...)


Por ejemplo, que El País ha iniciado hoy la distribución de su nueva colección de libros baratos. Clásicos españoles, esta vez. Nada menos. Empiezan con La Celestina.

Apetecible. (Con diseño del tal Estrada, tan impecable como en las anteriores ocasiones.)

Inteligente, además, la campaña publicitaria, centrada no en el valor de los clásicos como tales: los libros que se piden en los colegios, viene a decir. (Impagable el anuncio de televisión, con la niña en los billares y en la bolera...)


Por ejemplo, que por ahí hay ya un Solo de Corben. (Esa colección de entregas bimestrales monográficas dedicadas a distintos artistas, de la que apareció la de Tim Sale; DC Comics. Cosa de echar un ojo, ¿no les parece?) Y otro álbum de Krazy Kat: Fantagraphics.



Por ejemplo, que ya no hay luz ahí fuera... Demasiado rato delante del ordenador.

Ya mañana...

listas...


Juana de Arco. Posted by Hello


Durante las últimas semanas no ha habido bitácora, revista o foro, en nuestro mundillo, que no haya propuesto su lista de los mejores de 2004. Un ejercicio de memoria y reduccionismo que sirve, eso sí, para que los lectores refresquemos un poco el año que ha muerto... y para que los que opinan se mojen, también, un poco.

Yo, me van a permitir, tengo fatal la memoria. Además, no me gusta elaborar listas rígidas, hitparades de lo mejor, lo peor o lo menos triste... Me parece, ya lo he dicho, reduccionista; un malabarismo que deja, siempre, demasiadas cosas en el tintero. (Esas cosas que, inevitablemente, desaparecerán de la memoria, como desaparecieron de los estantes de las librerías.)

(Me parece, eso sí, útil para hacerse una idea de las preferencias personales de quien hace la lista. Porque, por mucha imparcialidad que se pretenda, acaban aflorando los gustos propios. Lo cual no es malo, ojo: pero da pistas.)


No les propongo listas, por tanto. Memoria, ya les digo. (Pereza, también. Mucha.)

Sí les hablaré, en dos líneas, de uno de los álbumes que cerraron, creo (opinión, y gusto, personal: atentos), dejando el listón muy arriba, el año pasado: Juana de Arco, de Andrés G. Leiva.

Lo leí hace un tiempo. Lo he repasado esta mañana, una mirada superficial para recuperar la atmósfera del relato y la sensación de impacto (emocional) que me provocó en su momento: todo está ahí, entre las páginas, intacto. Mi entusiasmo inicial no fue producto de un espejismo. (Ocurre a veces. No sé a ustedes: a mí, sí. Por eso, antes de hablar de algo, procuro echarle un segundo vistazo de confirmación, por así decir...)

El trabajo de Leiva es espectacular, vibrante. Emocionante. Se pueden, sí, rastrear influencias. Él mismo las admite: Corben y Das Pastoras y Mattotti, vale; y Andrea Pazienza, también. (Al menos, a mí me vino a la cabeza en cuanto que hojeé el libro.) Pero son influencias asumidas, asimiladas, digeridas y metabolizadas. Para bien. Para más.


Juana de Arco narra, claro... la historia ya conocida de la Doncella de Orleans. No está planteado el álbum como un trabajo histórico, ni se ha tratado así a los personajes. Es una ficción con base histórica, una recreación, un cuento cruel. Si se hubiera desviado de los hechos, si hubiera propuesto otro final, si el argumento se hubiera planteado de otra manera... no hubiera importado. (Quizá hay ya, a estas alturas, figuras históricas, sucesos reales, que han pasado a formar parte del imaginario colectivo de tal forma que se han transformado en mitos, en seres de ficción, en fantasías.)


Juana de Arco está editado por Sinsentido con ese gusto impecable que es ya marca de la casa. Quizá ustedes lo tengan presente porque se publicó hace poco, a finales del año pasado. De haberse publicado unos meses antes, no importaría: habría que hablar de él como uno de los mejores álbumes de 2004, y tendría que estar en las listas de todo el mundo... o en las de muchos, al menos.


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En Madrid hace un sol espléndido también hoy...

sábado, 15 de enero de 2005

Machen, Titán... se acaba el viernes.


Las ilustraciones de cubierta son de Franz von Stuck.
Las traducciones, de Juan Antonio Molina Foix. Posted by Hello


Lo que más me gusta de Javier Marías es, quizá, que en su bibliofilia se incluyen obras que muchos otros considerarían menores, que incluso despreciarían. Arthur Machen es un buen ejemplo.

(También Borges amaba cierta literatura fantástica... ¿Tendrá que ver la confesada anglofilia de ambos escritores? Sea cual sea la razón, bienvenida sea.)


Machen escribe bien. Escribe con atmósfera, sugiere más de lo que muestra. No hay fantasmas en sus narraciones, sino fuerzas primitivas, oscuras reminiscencias de un pasado misterioso, salvaje.

Sus cuentos, e incluso alguna de sus novelas, se han publicado en Alianza, en Siruela, en Valdemar.

De él habla Marías varias veces, directamente o como artefacto narrativo.


(Sí, lo han adivinado: estos dos libritos están en lista de espera, también. Algunos de sus relatos los he leído ya, en otras ediciones. Otros no... y me apetece hacerlo. Quizá mañana mismo... Veremos.)


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Huygens llegó a Titán. Llegó bien, parece. Y empezó a transmitir datos cuando debía hacerlo.

¿No sienten un escalofrío?


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En otro orden de cosas, ha hecho hoy un día precioso. (Hoy, viernes... )

viernes, 14 de enero de 2005

Titan...

Bombardeo de noticias, tsunamis aparte. Maremoto político desde el Norte (más bien trivial, desde mi punto de vista: hablemos en el Parlamento, votemos... ¿no es eso la democracia?). Terremoto de tapadillo desde allende el Atlántico: que al final va a ser que no había armas en Irak. Vaya por Dios. (¿Disculpas? Sí, hombre... En eso están pensando...)

¿Más? Y peor: que murieron el año pasado más mujeres (a manos de sus parejas o ex) que los anteriores.

Luto. Todos deberíamos llevarlo. (Luto moral, sí... Cuando en la calle, en los bares, en los autobuses, aún se escucha tan a menudo la coletilla del algo habrán hecho...)



Noticias menores, de las que todavía hacen que a uno le brillen los ojos como cuando leía Flash Gordon de pequeñito (es un poner, entiéndanme): hoy desciende sobre Titán la sonda Huygens. (Ya lo ha hecho, creo... Esto de los horarios es un poco raro...) Y, hace uno o dos días, despegaba otra sonda, destinada a agujerear (así lo explicaban los telediarios, sí) un cometa. (El próximo 4 de Julio... Esta gente de la NASA, otra cosa no, pero escénicos... un rato.)

A ver qué encuentran. (A ver si funcionan...)


Titan. Stephen Baxter tiene un libro titulado así. (Está... ya saben, en lista de espera. Como tantos.) Habla de una expedición (sin viaje de retorno, creo... no me hagan mucho caso, no la tengo a mano y hablo de memoria) al satélite de moda. Como en muchas de las suyas, el final de la novela es... ultracósmico.


Ayer, por cierto... Mihura. Prosa y obra gráfica. (¡Línea clara!) Una gozada, poco apta para leer en el metro: pesa un quintal.

(Quizá la semana próxima, cuando compruebe cómo anda el presupuesto, me lance, ya sin red y sin remedio, a por el volumen de teatro...)


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(¿El trabajo? Bien... La tormenta no abandona el horizonte; de hecho, no tardará en volver a soplar... Ya les iré contando, si merece la pena...)

jueves, 13 de enero de 2005

aún es miércoles

Tarde, pero miércoles.


Hoy, en el trabajo, alguna despedida. (También ayer.) Ya saben, contratos de usar y tirar. Gente a la que has visto entrar y salir tantas veces, gente con la que has trabajado a lo largo de mucho tiempo, de manera intermitente. Gente a la que quieres.

Y, otra vez, adiós.

No es agradable. (Y da, eso sí, rabia.)



Los deberes de inglés están ahí, sobre la mesa. A medio hacer. Justo entre el volumen de Locas y dos torres de libros y tebeos por leer. (Sí, las mismas que tengo que trasladar al sillón para poder poner el mantel y comer, cenar...)

Mañana hay que madrugar.



(Los episodios nuevos de Urgencias, hoy, espectaculares. El programa del Gran Wyoming... más bien previsible, me parece... No sé...)

miércoles, 12 de enero de 2005

apuntes

El sol engaña: en la calle se mastica, aún, el hielo.


Apenas hay tiempo para escribir nada... La novelita de Carrere va a buen paso; se lee sin sentir, es chispeante, traviesa, a un paso del delirio.


Hoy, en TVE1, regresa Urgencias. A una hora razonable, un día razonable. (A ver si dura...) Se hará raro ver estos nuevos episodios mientras repaso todavía la tercera temporada...


Uno de estos días tengo que contarles algo sobre las tiras clásicas de Modesty Blaise (O´Donnell/Holdaway), que Titan vuelve a recuperar en tomos espectaculares. (Tengo dos en lista de espera de lectura; después, si acaso.)

de madrugada...

Bueno, acabó el martes. Día de reencuentros, algún abrazo, alguna despedida...

Día completito.

Inglés, sí. Bien. (Qué frío, a esas horas, en la calle...)

Al volver, al abrir el correo, me encuentro con una circular de Álvaro Pons, carcelero mayor, hablando de los premios anuales de La Cárcel de Papel . Debo decir que no es mala idea plantear un sondeo como el que Álvaro propone: son muchos sus lectores, participen o no con sus comentarios, y sus votaciones pueden dar pistas; no sé si sobre lo mejor, pero sí sobre lo que un cierto porcentaje de público considera que lo es. Puede dar pistas, insisto.

Yo ya he votado.




En la FNAC, esta mañana, el tsunami navideño había pasado ya. Poca gente. Muchas ofertas jugosas.

Poco dinero. Argh. Y poco espacio. Argh!


Algún regalo de ultimísima hora.

martes, 11 de enero de 2005

calaveras... y vuelta al cole (again)


otro escritor olvidado... (o casi) Posted by Hello



Ah... Para celebrar el fin de estos días de vacaciones (no han sido pocos, desde luego), me decido por este volumen editado no hace mucho tiempo por Valdemar, que, despacito, van haciendo una justa labor de rescate con la obra de Emilio Carrere, ilustre bohemio y poeta de batalla diaria (de la de a pie de café, de la del pan duro y el aguardiente).

Supongo que la culpa la tienen Juan Manuel De Prada y su novela Las máscaras del héroe. Y Jesús Palacios, que bucea con entusiasmo entre papeles viejos e historias en sepia.

Recuperar esta literatura de pretensiones menores, resuelta con prisa y a fuerza de insomnios y ráfagas de talento, es una labor necesaria, me parece. Son nuestros clásicos, también. ¿Menores? Quizá... Nuestros pulps.

Lean, lean La torre de los siete jorobados (también en Valdemar). Lean los cuentos de aliento gótico de La casa de la cruz. Descubran...


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Mañana, vuelta al trabajo. Y vuelta a las clases de inglés (creo).

Vuelta a la rutina.

Parecerá una barbaridad, pero me va haciendo falta. (La rutina, sí... y lo demás.)

domingo, 9 de enero de 2005

más libros...


otro autor a seguir... pero hay tantos... Posted by Hello


Ah, Minotauro en bolsillo. Grandes títulos a precios asequibles: Ballard, Bradbury, Lem, Vonnegut, Le Guin, Matheson, Gibson... (Concretamente, los últimos que compré fueron el que ven ustedes en la imagen y El verano del pequeño San John, de John Crowley.) Hace tiempo que no compruebo las posibles novedades que hayan podido aparecer...


Hay, en Cátedra (si no me equivoco), en esa extraña colección de volúmenes de obras completas, dos dedicados a Mihura. El primero, de teatro, he llegado a hojearlo en una librería. El segundo se ha publicado recientemente: prosas y obra gráfica. No he podido verlo aún.

Ah... tengo que hacerme con ellos. Los dos, sí.



Y hay más debilidades literarias... De cuando en cuando, me apetece mucho meterme en vena una novelita de Ciencia Ficción. De las de puro género. Sin coartadas, sin excusas.

Crecí con el género, de una u otra forma. Con paciencia... caramba, incluso se podría rastrear alguna carta mía en Nueva Dimensión. (Extraordinaria revista, por cierto...) Recuerdo que, cuando los espabilados de clase descubrieron a Asimov, yo ya lo conocía de memoria y andaba buscando otras cosas. Recuerdo el impacto que me provocó, en su momento, El océano de la noche, de Gregory Benford. Conservo aún esa primera edición (¿Pomaire, quizá?, no la tengo a mano). Era Ciencia Ficción dura, muy técnica... ¡pero bien escrita! Recuerdo el placer de leer a Stanislaw Lem en aquellas ediciones de Bruguera, en bolsillo; con traducciones de Jadwiga Maurizio (nunca supe si era señora o señor...) y prólogos de Carlo Frabetti. Y el descubrimiento de Ursula K. Le Guin.

Con el tiempo, mi relación con el género ha sido intermitente. Vuelvo a él de tanto en tanto. Leo cada mes el Locus, procuro tomar nota de las reseñas y me quedo con títulos y nombres que, por alguna razón, me llaman la atención. (Gracias a eso descubrí a Stephen Baxter, del que antes o después hablaré por aquí. O a Greg Egan, al que también conviene seguir la pista.)

Con el tiempo, procuro recuperar, también, clásicos que en su momento no llegué a leer: Bradbury, Heinlein.

Con el tiempo, me reafirmo en determinados nombres: la Le Guin, la grandísima Connie Willis, Ballard, Simack. Lem. (Siempre Lem: me pregunto por qué no aparecen más trabajos suyos. El último que conozco, Fiasco, es de hace ya años. Lo publicó Alianza. Y es espectacular.)



Pero hablábamos de Mihura, ¿verdad? Pues eso, que a ver si uno de estos días...



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(Y no, de Ciencia Ficción española no hablo. No la conozco. Leí a Elia Barceló y al maestro Marín hace mucho, mucho tiempo... Nueva Dimensión, Ultramar... Pero no sé qué se hace ahora. Yo, a Torres Quesada, si me perdonan ustedes... que no lo puedo leer. No descarto, desde luego, que haya cosas interesantes. Incluso bien escritas... Pero es que el tiempo es corto, los libros son muchos... y ya han visto ustedes la cantidad de ellos que tengo, entre unas cosas y otras, pendientes... Ante la duda, pues... Mihura. O Baroja, que entre unos y otros me van a terminar de animar...)

pataleemos...

Hoy, en El País Semanal, el amigo Marías se despacha contra las hipotéticas futuras Olimpiadas madrileñas. Poca gente lo entenderá.

Yo, humildemente, estoy con él. (Él lo explica mejor: esta ciudad es ya un caos de zanjas y obras inacabables, el reino de la especulación urbanística y los chanchullos inmobiliarios; la preparación de las Olimpiadas será más de lo mismo, corregido y aumentado. Caos durante los próximos años a cambio de unas semanas de celebración deportiva y una ciudad que, después, será más cara, probablemente más desordenada, si cabe; y más endeudada...)



Por lo demás, hace sol también hoy. Y también hoy ha hecho un frío de pelotas por la mañana...


(Luego, a lo mejor, les cuento más...)

sábado, 8 de enero de 2005

y mañana de sábado...

Anoche, además, Daredevil, que me pareció un poquito menos horrenda de lo que esperaba. (Pero es que esperaba el abismo sin fondo...) Es mala, sí. Y es ridícula, claro.

Pues eso.



Hace solecito por aquí. Esta mañana, sí, los coches aparcados tenían una buena costra de hielo, y la punta de la nariz no ha reaccionado hasta hace unos minutos... pero ahora, en la acera de sol, se puede hasta pasear sin guantes.

(Exagero: ya en alguna parte aclaré que, a mí, el frío me gusta. En general, y depende de cómo y cuándo... pero lo prefiero al verano achicharrante madrileño.)



Hoy, comida de amigos. Un buen restaurante. Buena gente a la mesa. Habrá conversación, habrá risas. Y buen vino.

Considerémoslo el pórtico del nuevo año: de aquí, para arriba.

(Vaya, debo haberme levantado más optimista de lo que pensé... Voy a leer el periódico, a ver si se me pasa...)



Antes, un aviso: esta noche inauguran, en el Canal+, la décima (y última) temporada de Friends, una de esas series que lo tienen todo para ser despreciables... y consiguen ser, sin embargo, indispensables.

(Un aviso más: Fernando Vicente sigue ilustrando en Babelia. Solo por eso, ya merece la pena comprar El País los sábados...)

viernes, 7 de enero de 2005

tarde de viernes


Grandes momentos... Posted by Hello



Ay, si se para uno a pensar, cuando la gente de El Jueves edita un álbum de este hombre (Manel Fontdevila), está asegurado un buen rato de lectura ligera, divertida y hasta estimulante.


Ya les dije: compré este número 50 de Nuevos Pendones del Humor y lo leí inmediatamente. Es decir... justo después de comer. Sin retirar la mesa... Me reí. A carcajadas, en más de una ocasión. Y no dejé de observar, además, la variedad de registros de que Manel hace gala para, dentro de un mismo género, dentro de las rígidas condiciones que la página semanal impone, convertir cada entrega, cada historieta, en algo fresco. (A veces, incluso... inesperado, sí; eso tan raro en nuestros tebeos, y eso tan raro, también, en nuestro humor.) Sin traicionar las convenciones. Sin perder de vista al lector.

Me gustan los personajes. Me producen... incluso, ternura, ya ven. Especialmente ella. No sé por qué... En cualquier caso, creo que uno de los puntos fuertes de lo que este hombre hace es justo ese: la creación de personajes creíbles, cercanos.


(Por cierto, que las cincuenta entregas de esta nueva etapa de Pendones del Humor deberían ser, en sí mismas, una noticia, supongo. Y tendría que generar, la noticia, una reflexión. Ya saben, en torno al humor y los tebeos, por qué tanta gente lee El Jueves pero no se acercaría ni con mascarilla a otra revista de historietas.)


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En otro orden de cosas... he estado viendo algunas cosas estos días. Por ejemplo, La señal, relectura norteamericana de Ringu. (Me gustó mucho la película japonesa: turbia, perturbadora; esta versión educada y ordenada, con una muy correcta Naomi Watts, tiende a ser más clara, con vocación de explicar las cosas. No está mal. Provoca inquietud: no es poco, hoy.) Por ejemplo, Jeepers Creepers, una cosa de mitologías de carretera y manta, resuelta con más dignidad de la que esperaba. (O acaso me pilló con la guardia demasiado baja; no descartemos nada...) Por ejemplo, una nueva versión de Salem´s Lot, la novela de Stephen King que ya adaptara de forma chapucera Tobe Hooper, hace muchos años (¡con David Soul!), para la televisión. (Nueva versión, por cierto, atmosférica y muy bien resuelta. Adictiva. A ver si hubiera suerte y algún canal... o una edición decente en DVD...) Por ejemplo, un largo coreano titulado Memories of murder (si mal no recuerdo), extraño e incómodo, pero muy brillante.

¿Más? Algunas entregas de Muertos como yo. Algunos capítulos de Urgencias III. (Todo ello, muy disfrutado aquí, a este lado de la pantalla.)



Se acaban las vacaciones en cosa de... ¿tres días?

Caramba...

jueves, 6 de enero de 2005

lista de espera: un post esnob.


Demasiadas páginas... tan poco tiempo... Posted by Hello


Déjenme que presuma, hoy, de lecturas exóticas. (O, más bien, de lecturas que serán. Esas cosas que aguardan sobre mi mesa, a los pies de la cama, detrás del sillón... Libros, en fin, por leer. Exóticos, sí; a lo mejor.)

Nada, cosa de unas líneas.


Por ejemplo, tienen aquí arriba la cubierta de Las aventuras del Rey Mono, editado por Siruela en un único (y muy sólido) volumen de unas 2000 páginas, de las que llegué a leer este verano un par de cientos. La experiencia de llevar el libro en el metro el primer día de trabajo me dejó con una muñeca casi esguinzada y el convencimiento de que había que leerlo en casa. ¿Resultado? Pues que ahí está, a la espera de que tenga unas horas, o unas semanas (o unos meses), para dedicarle. (Verano, me temo... Hasta entonces, nada que hacer.)

El libro es excelente: divertido, emocionante, lleno de fantasía.

Pero pesa, ay, un quintal.

Si siguen ustedes ahí, para cuando llegue el verano les contaré.


¿Otro ejemplo? El Acantilado editó en 1999 el Sueño de Polífilo, de Francesco Colonna, en versión de la exquisita Pilar Pedraza: fue su nombre en la portada lo que me empujó, hace unos meses, a comprarlo. Un relato laberíntico, publicado originalmente en 1499. Una excentricidad fantástica y enigmática. (Un tomo de 700 páginas, en fin. Lo que el amor por una escritora hace...)

No, no les puedo dar fecha de lectura. A saber.


Más cosas. Por ejemplo, y volviendo a Siruela, Sobre errores vulgares, de Thomas Browne. (O, como diría Marías, sin duda, Pseudodoxia Epidemica, de sir Thomas Bowne. Que suena, qué duda cabe, mucho más erudito.) Un libro fascinante, heterodoxo y heterogéneo, que confío en leer, este sí, en poco tiempo, una vez rebaje el montón de pendientes ineludibles.


(Por no hablar, claro, de Proust, que están recuperando a lo grande en Valdemar, de releer a Cortázar, de... Ah, qué verbo: releer. Tampoco sería mala cosa conjugarlo más a menudo: Cortázar, sí, pero García Márquez y Stanislaw Lem, Henry James, Machen, Baroja, qué sé yo; Tanizaki. Lo decía un poco más arriba: demasiadas páginas.)


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El jueves corre ya, en sprint final, hacia el viernes.

Se acaban ya las fiestas... por fortuna.

(¿La vuelta al trabajo? Inminente. Ya va siendo hora: el óxido se me acumula por dentro.)

mañana de reyes

Sol. Cielo azul.

En la panadería, mucha gente: día de roscón. (Con nata, como debe ser... Y tierno. Recién hecho.) En la calle, cuatro gatos. Aceras sucias.


(En El País, necrológica de Eisner. Gubern, acaso demasiado escueto.)


Hacer la comida, preparar el calendario con las anotaciones pertinentes, comprobar que la colada está ya seca... (No todo en este orden, necesariamente.)


Una cerveza fría.

miércoles, 5 de enero de 2005

miradas


Otra historia melancólica de Luis Durán. Posted by Hello


Mi incursión, ayer, no fue del todo infructuosa, por rápida y dispersa que resultara. Así, llegué a casa con alguna cosita: un nuevo álbum de La Parejita, que procedí a degustar en la sobremesa; un tomito (Tales of the Vampires, Dark Horse), colateral al universo de Buffy, que recomendó el señor Marín en su bitácora; y este libro que edita Astiberri no ya con lujo: con lujuria. Guión de Luis Durán (la razón de mi compra), imágenes de Raquel Alzate.


Vayamos por partes.

Los trabajos de Durán me resultan, siempre, satisfactorios. Tiene altibajos, como es de esperar, pero ninguno de sus álbumes de los últimos años carece de momentos felices que justifiquen su lectura.

Desarrolla, en cada título, un particular universo propio, fantástico, complejo, creíble. Y gran parte de su mérito, por así decir, está en la mirada; esa manera de plantear los argumentos, de desarrollar los personajes. Es una mirada distanciada, como de alguien que se limitara a exponer unos sucesos sin querer entrar a juzgarlos. Pero es, también, una mirada que tiñe de melancolía sus historias. Siempre. Una mezcla interesante, singular. Un equilibrio que Durán sabe mantener muy bien cuando es él quien ilustra sus guiones.

La magia de Durán se diluye, se pierde, cuando es otra persona quien pone sus historias en imágenes. (O, en todo caso... se pierde en estas páginas.)

(Se diluye, mejor... Sí, porque si se lee el álbum, la melancolía, la magia, están ahí... sin acabar de estar. No cuajan.)


Equilibrios, miradas. Raquel lleva a cabo un trabajo espectacular que encandilará a muchos. (A otros muchos. Es demasiado rígida para mi gusto... Mi gusto, claro, es mío; lo admito.) Pero hay algo que no acaba de encajar... De alguna manera, me creo los personajes de palo que Durán dibuja, pero no me puedo creer lo que hace Raquel. No me llega. No conecta conmigo. (O no conecto yo, en fin...)


En lo que a la lectura en sí se refiere... me parece, también, que está todo demasiado precipitado. Y no lo digo porque uno lea el álbum en exactamente diez minutos; hablo de ritmo interno del relato... Todo sucede (todo se cuenta) demasiado deprisa. Algo poco habitual, por cierto, en otros trabajos de Durán, que suele tomarse las cosas con mucha calma. (Quizá la limitación de las 48 páginas tiene parte de culpa... aunque, a estas alturas, poca excusa sería: un narrador es siempre un narrador, y tendrá que adaptarse al espacio de que disponga.)


Un libro, en cualquier caso, que no acaba de ser lo que uno esperaría. (A lo mejor, sí, porque uno espera ya mucho de gente como Durán...) No me atrevería a decir que es un mal libro... pero sí que es un libro decepcionante.

martes, 4 de enero de 2005

naves ardiendo...

Hay que seguir, en fin...


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Esta mañana he pasado por el centro, por las librerías; ayer no pudo ser. Y he visto cosas que no creerían ustedes...

He visto cientos de personas amontonadas en la zona de cajas de la FNAC.

He visto un tebeo escrito y dibujado por López Espí... ¿o era Tunet Vila? Un homenaje a Stan Lee, nada menos...

He visto, ay, el primer número de una revista editada por una Asociación Española de Autores de Cómic (o algo similar), con una cubierta vistosa de Bleda que ganó muchos enteros cuando hojeé el contenido: una cosa perfectamente horrenda. (Hay, sí, unas páginas de Víctor Santos, profesionales. Y un algo de Sanchís, triste.)

He visto un tomo, editado con lujo y cuidado por Glénat, que recupera Zora y los Hibernautas, otro título de Fernando Fernández con el que el paso de los años no ha sido piadoso.

He visto papel, mucho papel. Satinado o poroso, malo, áspero, decente o adecuado; papel. Demasiado papel, a lo mejor...


He visto a gente que se llevaba diez, doce números de Monster.


Cuando pase el día de Reyes será mi momento... Volveré. Y compraré... o no.

Y les contaré, claro.


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En la espera, y mientras visito otras bitácoras cercanas, algún foro; mientras rastreo la triste noticia del día, en la televisión emiten un Mizoguchi exquisito (redundancia, lo sé). A pesar de los cortes publicitarios y a pesar del doblaje...

duelo


Que otros pongan, hoy, las palabras... Posted by Hello

lunes, 3 de enero de 2005

visitas

Un día intenso. (Un buen día.)

A última hora, he saludado a Ángel de la Calle, uno de los responsables de la Semana Negra de Gijón, uno de los culpables de la revista Dentro de la viñeta, autor único de Modotti; una mujer del siglo XX. Anda estos días de vacaciones por Madrid, con su chica y su hijo (que, por cierto, está un poco pachucho, parece; seguro que no es nada).



Discusiones. No sé si no perderemos la perspectiva precisamente por eso: discutir, cerrarnos en banda.

(Cosas mías.)



Propósito de año nuevo para mañana mismo: menos dispersión. (Demasiado sueño, hoy; he dormido de pena.)



He leído por ahí que ya hay tebeos Marvel de Panini en las librerías: curiosidad. (Me da igual, pero... siento curiosidad, sí. Lo admito.)

Quizá mañana...

domingo, 2 de enero de 2005

enero

El domingo, guión.


¿Más lecturas de fin de semana? Novia por correo, de Kalesniko. Edita Ponent Mon. Ya dije que me gustó, en su momento, cuando lo leí en inglés. Ahora, después de un tiempo (después de más cosas: más lecturas, más vivencias... o más años), me reitero. Con un pero: no me gustan los personajes. Demasiado amargos. Demasiado... ¿cobardes? (Peligrosa palabra: que tire la primera piedra quien no, y etcétera...)

O demasiado reales, en su patetismo.

No es una historia de amor. Ni de desamor.

De soledad, tal vez. Soledades.


Música para hoy: Fangoria y Massive Attack. (Entre otros, claro... el día ha sido largo, y no sé escribir sin música.)

sábado, 1 de enero de 2005

¿nighthawks?


Mejor, nightbirds... Posted by Hello


Un regalo de Año Nuevo. (Aunque la definición no sea, ay, la mejor posible...)


Suena Underworld: A hundred days off.

2005!!!

El primer día del año nuevo amanece soleado, azul y frío. (Así se fue 2004, por lo demás...)

Primeras lecturas:

La revista CLIJ, en su número de diciembre (#177), incluye un simpático texto de análisis sobre la obra de Carlos Ruiz Zafón, centrado en sus varias novelas juveniles, pero que incluye también La sombra del viento. Viene a señalar los puntos en común en sus diferentes obras. Y viene a decir que la última, la famosa... no deja de ser una novela juvenil; mucho más madura y elaborada que las suyas anteriores, eso sí. Pero una consecuencia lógica de las mismas. (No lo dice de manera peyorativa; al contrario. Señala la coherencia de la trayectoria del escritor, y recalca en varias ocasiones que, a ver, la literatura juvenil no ha de ser menor, sino todo lo contrario.) El artículo tiene, además, un mérito añadido: despierta la curiosidad por las novelas anteriores de Zafón: El príncipe de la niebla, El palacio de la medianoche, Las luces de septiembre y Marina, todas en Edebé. (Cosa de buscarlas...)

También hay un texto en torno a Hergé y lo cinematográfico, y un artículo (plomizo, como viene siendo habitual) de Antonio Martín sobre las adaptaciones a la Historieta de El Quijote.

La revista es, por lo general, interesante. Peca de un didactismo a veces ingenuo y a veces cargante, pero suele prestar atención a los tebeos, y lo hace con una perspectiva respetuosa muy de agradecer.


Más lecturas: un par de capítulos de Gormenghast. (Voy despacio, sí... muy despacio. Ya sé.)



Primeros discos del año: se ha oído en casa esta mañana el segundo de Los Fresones Rebeldes, el más reciente de La Buena Vida y el de versiones de Placebo.


Primeros propósitos de año nuevo: ¡ese guión!