sábado, 30 de abril de 2005

una perla de papel

El libro está lleno de imágenes que parecen arrancadas de un sueño, pero también están los ejercicios de un dibujante obsesionado con su oficio, y ese puñado de apuntes de K (quizá su chica) dormida...



Process Recess. The art of James Jean. Edita Adhouse Books, y lo hace con un gusto que, a mí, me ha sorprendido gratamente. No pedí el libro en su momento. No es barato, y no tenía referencias de lo que podía encontrarme, tanto en la forma como en el contenido... Pero ayer lo descubrí en la librería Elektra de Madrid, entre dos libritos de Emily the Strange, no pude evitar cogerlo, abrirlo, hojearlo... y traérmelo a casa. Tapa dura, buen papel, tamaño discretito, apaisado, con más de doscientas páginas muy bien aprovechadas y muchos, muchos dibujos, en color y en blanco y negro, apuntes o trabajos expuestos o ya reproducidos...

Como ya ocurre con libros como el de Chris Ware (The Acme Novelty Date Book, Drawn & Quarterly), este de James Jean (conocido por sus cubiertas para Fables, aunque últimamente entrega también unas portadas espectacularmente pop para Marvel) se queda aquí al lado, bien a mano; es de los que apetece volver a abrir una y otra vez al azar; de los que no se leen de principio a fin, de los que se recorren como un juego de azar... como un sueño, en fin.



Por lo demás, me comunican que el tercer libro de Peanuts de Fantagraphics está ya de camino, así que en unos quince días, quizá veinte, lo tendré en mi poder... Todo va bien, ya ven...

weekend

Señores, queda inaugurado este puente.

Con una mañana de sol que viene a rozar ya lo sofocante. (¿O acaso será que la primavera comienza ya a ejercer su labor en mis alergias? Todo a la vez, probablemente...) Con una breve (pero intensa) sesión de compra (ah, mom´s day), con cien bolsas llenas de cosas de comer para estos días...

(Ya para mañana queda lo de limpiar la cocina y eso...)



Cosas: ayer, en mi incursión librera, una sorpresa: el libro de bocetos de James Jean. Una chulada llena de imágenes atractivas y enigmáticas de la que les hablaré un poco más luego. O mañana. (Además de dejarles, claro, la portada, o alguna de sus páginas, para que se hagan una idea...)


No, de dormir mejor nada. Pero seguro que estos días de relax me dejan como nuevo...


Ahora toca ir preparando la comida mientras doy sorbitos de vermut y escucho algo animado... Luego, a lo mejor, les cuento algo más...

viernes, 29 de abril de 2005

pop

Lo comentaba hace unos días el amigo manuel: un disco excelente.



No, no lo vayan a buscar a las mantas cercanas. Los discos de sellos como Siesta, Elefant, Jabalina, Acuarela... no suelen aparecer en los hit-parades de la piratería. Son productos minoritarios, sí... Pero su público, además, es (suele ser) cuidadoso con lo que compran, guardan no sólo la música, sino el objeto en sí, el diseño cuidado, los textos, las fotografías o dibujos del libreto interior...

(Y, como objeto, los productos de Siesta no tienen rival en el mercado hoy...)


El disco es una celebración melancólica de cierto pop límpido y de maneras clásicas, y deja una canción para la historia (al menos, para mi historia particular): Lloraré.


Será la banda sonora del fin de semana, se lo adelanto ya. (Alternará con otras cositas del sello y algún disco de Nosoträsh, Pauline en la playa, Undershakers... el de Family. Que me noto estos días así, tirando a muy pop.)


Por lo demás... ¡vaya mañanita de sol!

de noche: casi es viernes, sí...

Puf, vaya día... Completito...

(Tampoco se vayan a pensar: nada que vaya a acabar con mi salud. Pero este calor repentino me aplana un poquito, ¿saben?)


En las revistas de cine hay ya abundantes fotografías de las cosas nuevas de Lucas y de Ridley Scott. Impresionantes todas... aunque debo admitir que, de las dos películas, la que de verdad me apetece ver es la segunda, El reino de los cielos (que suena mucho mejor en inglés, de más está decirlo: Kingdom of Heaven). Me apetece mucho.

Y digo esto porque he curioseado en alguna tienda (a la busca de novedades interesantes: no las he encontrado), y al final me he traído a casa eso, un par de revistas de cine, de las de usar y tirar, ya me entienden: Fotogramas, Imágenes...


(He curioseado, también, en la sección de películas de la FNAC, y me he traído Lo que queda del día, que me ha gustado siempre mucho, y Una historia china de fantasmas, que me sedujo en su momento, hace ya años, y que quiero volver a ver ahora, después de tanto tiempo y tantas otras cosas vistas, a ver qué tal...)


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El fin de semana es largo. (Especialmente largo en Madrid.)

Tengo cosas que hacer. Y no todas delante del ordenador, claro... (Compras, limpieza, alguna visita familiar, quizá...)

Lo principal es que podré, con suerte, descansar un poco, recuperar ritmo y recuperar sueño. Llegar al miércoles fresco como una lechuga... y con casi todos los deberes hechos.

jueves, 28 de abril de 2005

un adelanto

Es un detalle de la cubierta, pero les servirá para ir abriendo boca.





Con textos de Luis Alberto De Cuenca, Rafa Marín, Jesús Cuadrado, Federico Moreno Santabárbara, Enrique Martínez Peñaranda, Luis Conde, Lorenzo F. Díaz, Agustín Oliver y un servidor de ustedes.

Con una selección gráfica abrumadora.

Con un diseño impecable.

Un libro que viene a ser una declaración de amor al medio, claro, y a la industria; una industria que tuvo aquí, en Madrid, uno de sus pilares durante muchos años.

Un libro que nos gusta considerar... una especie de Almanaque de Sinpalabras.

Un libro que nos llevó unos cuantos meses de trabajo. (Todo mereció la pena, una vez está entre las manos y puede uno hojearlo con tranquilidad...)


Un libro que dará que hablar.



(Vaya horitas de irse a la cama, por cierto... Y eso que mañana toca madrugar... No importa, una vez hechos los deberes, les debía la exclusiva... Que cada vez van siendo ustedes más, y uno se debe a sus lectores...)

miércoles, 27 de abril de 2005

lo crean o no, ahí va: más lecturas!!

Paseíto breve de buena mañana: compras caseras. El cielo está abrumador; azul y limpio, recién pulido.

He recuperado del montón las tres entregas que Siesta editó hace unos años bajo el título común de Songs for the Jet-Set, tres selecciones impecables del sello If... con temas de Milky, Death by chocolate, Wallpaper, Tomorrow´s world, Loveletter... Mirando desde la ventana cómo el sol ilumina las fachadas de enfrente y escuchando la versión que Milky hacen de These boots are made for walking, uno siente como una euforia amable que le crece dentro, y llega a pensar que no desentonaría en un película del primer Godard (ya saben, blanco y negro, señoritas de pelo muy corto y gafas oscuras, cigarrillos sin filtro...).


Pero la pantalla espera, el teclado aguarda.

Un ratito, eso sí, para contarles que ayer, además de adelantar una barbaridad los deberes, pude leer algunas cosas más, que paso, cómo no, a comentarles un poco por encima.


Veamos.

Primero, la última entrega de Promethea, broche final para un tebeo que, si empezó como una pieza más del intrincado encaje de ABC Cómics, pronto se desveló como algo más: plataforma de experimentación de Alan Moore, pasillo de comunicación, interface de entrada a su particular cosmovisión.

Esta última entrega supone una suerte de resumen no del tebeo, sino de la filosofía de su escritor: ya saben, la magia ordena la realidad, no hay realidad sin lenguaje, el lenguaje vertebra nuestro pensamiento, la inteligencia y la magia tienen puntos en común, la ficción como una forma de magia, también, y de comprensión del mundo real... Un algo que, elaborado por Moore, adopta una apariencia mucho más sólida que mis pobres apuntes.

Debo decir que, a pesar del miedo que da adentrarse en las páginas de este último cuaderno, planteado como una especie de desmontable que puede ordenarse de manera que forme dos enormes posters, su lectura es fluída y amena. (Suponiendo que uno haya entrado en el juego propuesto por Moore a partir de un determinado momento en la serie: transformarla en un tratado de magia, o poco menos.) El trabajo de dibujante y rotulista (J.H.Williams III y Todd Klein), titánico.

Para más adelante queda una relectura completa de Promethea... si es que consigo poner un poco de orden en mi biblioteca, porque no se hacen ustedes una idea...


Más cosas. Vimanarama; Morrison y Philip Bond. Una sorprendente comedia de acción y apocalipsis con historia de amor de por medio y gran cantidad de dioses más o menos orientales. Los personajes (humanos) son pakistaníes londinenses. Hay apuntes costumbristas, hay muchas ganas de divertirse en los autores. Hay poco más... pero se lee con una sonrisa en los labios y un punto de intriga; no por hacia dónde va la historia, sino por el camino escogido en cada vericueto.


Alguna cosa más... Sí, un par de entregas de Plastic Man, el título/divertimento de Kyle Baker en DC. Más sonrisas, y la convicción de que Baker podría hacer cosas mucho más interesantes, pero mucho... Y otro par de entregas que tenía pendientes del Daredevil de Bendis y Maleev, que me parece una cosa fascinante... pero habrá tiempo de extenderme al respecto en otro momento...


(Como ven, por cierto, a mí no se me caen los anillos por admitir en público que leo cosas mainstream... o incluso de gente musculada, ya saben. No, por nada... Por si luego dicen por ahí...)


Y poco más les cuento, de momento.

(O sí; vanidad: anoche recibí algunas páginas a lápiz de la cosa para CaravelleBD, ya saben... Casi hemos acabado ya... Y eran bonitas, bonitas, bonitas... Siempre es una sorpresa comprobar cómo otra mirada ha interpretado lo que tú escribiste; con Machuca, la sorpresa es siempre más sorpresa; y siempre agradable, además...)


Bueno, les dejo; me he entretenido más de lo que pretendía.

algunas noticias, o algo

El día ha sido largo, y a mí casi se me olvida que les quería comentar unas cositas, así que se lo dejo aquí, un poco de cualquier manera (que no son horas), y ya si eso...


Por un lado, el amigo Sergio me dio ayer un alegrón cuando comentó la noticia de que Fantagraphics va a editar Daniel el travieso al completo, en la línea de lo que están haciendo con Peanuts. ¡Por fin podremos disfrutar del talento brutal de Hank Ketcham como corresponde, de manera ordenada y comentada! (Más sobre esto en unos días, quizá...)


Por otra parte, debo dar la bienvenida a un nuevo compañero bloggero. Jorge Iván Arguiz, compañero de Dentro de la Viñeta y organizador de la Semana Negra, de las Jornadas de Avilés, agitador cultural y, pese a todo ello, amigo, ha estrenado rincón digital aquí, al ladito. Échenle un ojo.


En fin si han tomado ya nota... buenas noches, señores.

martes, 26 de abril de 2005

Para bien y para mal: lecturas...

Pues sí, algo he ido adelantando estos días, pese a todo. Aunque el amontonamiento de cosas por leer sigue rozando lo grotesco, no se piensen...

A ver, por una parte está Legend, un proyecto que prometía mucho sobre el papel: Chaykin adaptando, más o menos, la novela Gladiator, de Philip Wylie (que viene a ser el germen de Superman, para entendernos), con imágenes del gran Russ Heath. Apetitoso, ¿verdad? Pues no; craso error. Porque el bueno de Heath tiene, me parece, demasiados años ya... y entrega aquí planchas verdaderamente tristes que no están a la altura de su reputación. La cosa se salva por cariño, por nostalgia, por repeto... y porque el guionista ha colado un par de frases aquí y allá de las que hacen época. (Por ejemplo, cuando después de hacer el amor con él durante ni sé cuánto tiempo, la muchacha, agotada, rechaza al protagonista y le dice que no va a poder sentarse en una temporada... Chaykin, haciendo lo que más le gusta: provocar, aunque sea con chistes groseros.)



Y luego está esta joya que acaba de editar Norma, y de la que sólo puedo decir que me ha encantado. Recupera aquí el tono intimista de Bordados, su anterior trabajo publicado en castellano, y consigue que uno se implique emocionalmente en la historia de un músico que, tras la pérdida de su instrumento, decide dejarse morir. (Es obvio que lo del instrumento no es más que una metáfora de su propia vida malgastada, o así lo cree él, al lado de la mujer equivocada.)

El personaje engancha, a pesar de que llega a caer francamente mal. El tono del relato oscila entre lo intimista cotidiano y la fábula. El trabajo de la señorita Satrapi es, como siempre, de una belleza sutil.

La edición de Norma es correcta. Los libros incluyen una faja en la que se relacionan los premios que otras obras de la autora han obtenido, así como el premio al mejor álbum en Angoulême 2005 que ganó este Pollo con ciruelas. (Bonito título, por cierto... aunque no les voy a saber explicar por qué.)

Además, huele muy bien.



Hay más cosas en las tiendas, y hay más cosas en mi casa. De algunas de ellas seguiré hablando... en otro momento, claro.

¿Se han fijado qué tarde hace, qué sol? Da gusto, ¿no les parece?

Un adelanto...

Se lo contaba ayer, y esto es un mero adelanto...





Por lo demás, he estado en clase; me he reído mucho. (Si no, entenderán ustedes que hace tiempo que lo hubiera dejado...)

Y he recibido noticias desde Egipto: mi mejor amiga anda por allá, de viaje, con sus secuaces... Rebosa optimismo, y eso me gusta. Una buena noticia, pues, para entonar el día. No está de más...


¿Más cosas? Luego, si acaso...

casi martes; casi...

Como les decía, lunes.


¿Novedades? Algo he visto, muy por encima: iba deprisa y apenas me he parado para comprar el Pollo con ciruelas (título impagable, estarán conmigo) de la Satrapi. Sus libros anteriores me gustaron; sobre todo, Bordados. En cuanto que lo lea les cuento...

Me traigo a casa, además, un libro al que le tenía ganas (uno más, sí... ay) y la segunda temporada de Angel, que amenizará mis noches durante los próximos días...

Y me traigo a casa, también, el placer de haber tenido entre mis manos Lanza en astillero, el que seguramente será (yo lo digo ya aquí; tiempo habrá de discutirlo o no) libro del año. Una edición brutal, con un bitono precioso, ajustado y delicado, que estará a la venta, en principio, a un precio más que razonable.

(No, aún no sé cuándo... Paciencia, amigos.)


He visto más cosas, hemos charlado de más cosas, me he enterado de más cosas (alguna muy jugosa), pero no son horas: mañana madrugo (clase de inglés, ya saben) y voy estando ya cansado...

lunes, 25 de abril de 2005

sorbos

Apenas unos sorbos de cerveza fría antes de salir caminito del centro para mirar en las librerías, tomar unos algos con los amigotes, comer y charlar... esas cosas de los lunes.

Toda la mañana, sí, delante de la pantalla. Ultimando cosas. ¿Madrugando? Claro... llevo unos días de sueño impaciente, de escuchar las horas primeras de cada día en una melaza agria de adormilado sin ganas de nada, de ver cómo la luz va agrisando el perfil de la ventana hasta que el despertador suena y ya es otro día, hay que ver...

Diego Manrique, en la radio, ayuda este ratito con su particular susurro, con su buen gusto a la hora de elegir músicas acariciantes (de los cantantes de Las Vegas a no sé qué grupo del sello Siesta... una delicia, y más a estas horas propicias al estrés...).



La semana promete ser intensa, les advierto. Ustedes verán...

(Y quizá esta noche les cuente algo de las novedades que pueda hojear de aquí a un rato...)


Hace solecito: no lo desaprovechen.

domingo, 24 de abril de 2005

Índice de un siglo XX imaginario.

Aventura referencial y cinismo post-Mulder, todo en un ajustado producto pop a cargo del Warren Ellis más cuidadoso y de un espectacular Cassaday.





Ya les contaba ayer: una lectura rápida que tiene el mérito de que parece ocultar (sugerir) más de lo que ofrece. Inteligente en la dosificación del enigma, enciclopédico en el manejo de las referencias, este título es seguramente lo mejor que haya escrito Ellis nunca. (Al menos, es lo mejor que yo le he leído; de lejos.) Tiene, cómo lo diría... el sabor de esos viejos episodios de Los Vengadores televisivos, ¿recuerdan?, esas joyas ultrapop con una Diana Rigg que era puro glamour, minuciosamente sexy, insultantemente inteligente. Algo de ese sabor, sí...

Cassaday, dibujante frío que me recuerda (en otro registro, pero) al francés Gal o al más conocido Bolton de los buenos tiempos de Aventuras Bizarras, hace un trabajo extraordinario, ajustadito a sus limitaciones (que las tiene) y sabio en la utilización de sus mejores dotes (que las tiene, también). No es desdeñable, por cierto, el trabajo de la colorista, Laura Martin, que proporciona al conjunto un estimulante aire de realidad paralela...


Lectura de fin de semana, en fin. Agradable, chispeante a ratos. (Una única pega, que serían dos: lo lento del desarrollo de la trama... y la lentitud de las entregas. ¿Cuándo pasaremos de la presentación de personajes, del índice de referencias cool, para adentrarnos en el nudo, el conflicto, el meollo? O quizá es que no habrá tal...)


Por lo demás, nubes y claros. Suenan Nosoträsh, que preparan, por cierto, nuevo álbum. (Eso, si no lo han editado ya, que ando muy descolocado...)

sábado, 23 de abril de 2005

despacio...

Así avanza el día, como sin prisas por llegar a ninguna parte.


Me inscribo aquí, un poco por seguirle la gracia al amigo R, y un poco porque sí, o por curiosidad, o vaya usted a saber.

Haraganeo un poco en casa: día libre extra. (Falta hacía.) Lecturas pendientes, deberes por hacer. Y está nublado, cielo gris sucio.


Lecturas pendientes, decía: Planetary, tercer tomo americano. El ritmo es, acaso, el más adecuado al momento. (Y Massive Attack, por ejemplo.)

Tantos libros...

Libros, libros, libros...




Absurdo, plantearse un día como hoy de manera diferente a los demás. ¿Libros? Están en mi vida desde antes de donde mi memoria alcanza. Siempre han estado ahí...

¿Listados? ¿Preferidos? ¿Los que siguen en mi cabeza, en mis recuerdos, en mis sueños? ¿Los que cambiaron en mí algo importante?

Muchos. ¿De qué sirve citar, no sé, a Henry Miller y a Lovecraft? ¿Qué más da que les hable de Cortázar, de Boris Vian o D. H. Lawrence? ¿Ursula K. LeGuin y Angélica Gorodischer y Pilar Pedraza y Cristina Fernández Cubas? ¿Mark Twain? ¿Chesterton, claro?



El día está nublado a ratos... Salgan a la calle, echen un ojo por ahí, descubran... Leer es vivir, creo. Encerrarse en casa, devorar la biblioteca, vivir en mundos de papel mohoso... no es vivir. Ni es leer.
Libros.
Libros.
Libros.

viernes, 22 de abril de 2005

decíamos ayer...

Día de borbones mutantes... qué gracia... (Accidentes: sirve para hacer unas risas en los blogs y para que los medios nos saquen los colores, una vez más... Sonroja un poco ver cómo se habla de Magneto, el toisón de oro y alguna insensatez en periódicos de gesto adusto, en programas del corazón, en cadenas multitudinarias de radio... No porque hablen, claro; aunque también. Por cómo hablan.)


Día del libro, mañana. (Esta noche, y según parece, Miradas 2 dedica su tiempito a Lanza en astillero, dentro de un especial Quijote. Hablarán algunos de los autores. Cosa de no perdérselo...)


Yo, a ratos perdidos, voy leyendo el último libro de Liberty Meadows: me río mucho. Cho dibuja muy bien, y tiene arrebatos de un humor cafre y un poco idiota, a veces, que me arrancan la carcajada. (Humor friqui, y sobre friquis, también.)


Y, cada noche, un episodio de Colombo: brillantes todos.



Pero, en general, las cosas tampoco es que vayan del todo bien... Cansado, aburrido (o algo). Necesito unos días encerrado en casa: leer, trastear aquí, beberme el vermut que queda, escuchar música muy alta... No sé. Desoxidar un poco las articulaciones emocionales, que falta hace...

(Un montón de cositas en lista de espera, eso sí: textos, fechas de entrega... Esta vez, confío en no hacer esperar a nadie.)


Y el cielo está azul azul, a pesar de alguna nube de color mármol. Hace calor. Yo tengo que doblar aún algunas camisas antes de salir para el trabajo... Ya luego, si acaso...

miércoles, 20 de abril de 2005

de tebeos inminentes

Eminentes.

Leo que Astiberri tiene ya listo (o casi) el Munro de Feiffer, una noticia que me alegra. Se impone, me digo a mí mismo, hablar sobre el autor, un pilar fundamental de la Historieta más creativa de los EEUU. Se impone preguntarse en voz alta (EN MAYÚSCULAS, INCLUSO), cómo es posible que nadie antes.

Pero el caso es que me vence la pereza. No son horas, el cielo está de un gris sucio que da casi miedo, hay un viento áspero y frío que lo remueve todo y pone en medio de la calle la melancolía.

Después, a lo mejor.

(Quede claro, en cualquier caso: Munro es una obra maestra; a poco que esté editado con decencia, deberían todos ustedes comprar varias copias y regalarlas...)

martes, 19 de abril de 2005

¿cómo decirlo?: he tenido mejores días...

Empezando con que mis noches no son lo que fueron: duermo mal, me despierto pronto, antes de lo prudente. (No descartemos que parte de la culpa sea de un pájaro que se dedica a despertar al vecindario en general, y a mí en particular, a eso de las seis cada mañana... No conciliar luego el sueño es cosa mía, eso sí.)

Continuando: madrugón, mochila a cuestas y en el metro, a eso de las nueve, entran tres mariachis, tres, dispuestos a hacer lo que se les supone, tres mariachis vestidos de mariachi (que no les cabían los sombreros en el vagón, no sé si se hacen una idea), y ahí vamos. (Lo que me trajo a la cabeza, en ese momento, un buen tema para contarles: incidentes creativos suburbanos. No estoy de humor ya; otro día, si acaso.)

Después: en la FNAC, como de costumbre, aluvión de cosas que uno se traería a casa. Baratas, no se crean. Pero ni hay tiempo ni, en realidad (y sumándolo todo), dinero. Por no hablar del espacio... Pero sí, DVDs a espuertas. Baratos, insisto. (¡La Niebla, de Carpenter, no llegaba a los seis €uros! ¿Entienden mi desazón?)


Ah, pero en el trabajo... ¡Vaya tardecita!

(Pero tampoco saquemos las cosas de sus quicios: he tenido buenos momentos. Hay gente a la que quiero mucho, allí. Y hay gente con la que me río mucho, también. De todo he tenido... y dos cañitas en buena compañía y sin Candy, que con estos cambios de tiempo se resiste a asomar las antenas...)


Para rematar el día, y como era de prever (y temer), Ratzinger Z. Habemus.

Argh.


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Por lo demás, entrevista somera con Pablo G. Callejo en una web amiga. Aquí tienen el enlace, por si le quieren echar un ojo. (Si les va el blues... pueden recrearse.)


¿Más? Sí: está ya a la venta lo nuevo de New Order (Waiting for the sirens' call) y de Les Très Bien Ensemble (Doux-Amer). Debilidades personales. Ya les contaré...

lunes, 18 de abril de 2005

copas, compras, nubes...

(Me encantan los puntos suspensivos, ya se habrán dado cuenta. Queda la frase como en espera, un poquito por encima del suelo, liviana.)


A lo que vamos.

Me vuelvo a casa con la carta a Ficomic en la mochila. Esta cabeza... (La papeleta, sí; mi voto.)

Compras: Liberty Meadows #5, cuarta entrega de Rip Kirby, quinta de 20th Century Boys. Además, el tercer tomo americano de Planetary y la nueva edición que Image ha hecho del Freak Show de Bruce Jones y Bernie Wrightson, en blanco y negro.

De todo hablaré cuando vaya leyéndolo.

También, Retorno a Brideshead. DVD. Una joya.


En el bar, charla animada. De lo divino y de lo humano. (De lo humano, sobre todo...)


No, no ha llovido, a pesar de los malos augurios.


(Mañana les cuento algo más. Quedan aún algunas cosas por hacer, antes de meterme en la cama...)

cónclaves, camarlengos, cucamonas...

Bonito título, ¿verdad?


El sol, que parece que quiere salir. Por la ventana, de cuando en cuando, el cielo se ve azul, recién pulido. Las nubes gordas, blancas, densas... o grises, a ratos. Un cielo Miyazaki, no sé si me explico.


Encuentro este enlace en el foro de Cómic Europeo. Parece que ahí fuera, en la cuna de depende qué tebeos, nuestros chicos despiertan menos entusiasmos que por acá... Quizá su mirada está menos mediatizada por la cercanía, o por lo pequeñito de nuestra industria, independiente o no.

Cosa de meditarlo, ¿no les parece?


Hoy, hablando de otras cosas (y por justificar un poco la cacofonía del título), comienza el cónclave. El fru-frú de las sedas púrpura, el susurro de muchas voces, el marco incomparable (je...): qué excelente historieta de misterio y conspiración podría elaborarse, ¿verdad?

(No, de hipocresías y falsedades no hablaremos hoy.)


No sé a quién se lo comentaba el otro día: al menos, todo el circo mediático ha servido para familiarizarnos con un palabro tan sonoro, tan plástico (tan cómico, también) como camarlengo.


Por lo demás, comentarles que, en cuanto que me acabe el vasito de vermut, decidiré qué ponerme y saldré, con las mismas, a la calle. Es lunes, no lo olviden...

de buena mañana...

Más libros, en efecto. (En lista de espera... Larga espera, seguramente...)



BibliotecaELRediciones.


Se trata de una compilación de textos clásicos, entre los que destacaría a Luciano de Samósata, Francis Godwin o el propio Cyrano de Bergerac, claro. La edición está a cargo de Carlos García Gual (gente seria, ya ven) y tiene un precio más que razonable. (Lo compré hace algún tiempo... pero creo recordar que andaba en torno a los diez €uros...)


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En otro orden de cosas, la mañana se ha vestido de gris de repente, y hace un aire más que desagradable.

Veremos.

domingo, 17 de abril de 2005

lecturas: con esto cargo estos días en el metro

Llevaba tiempo leyendo cosas a propósito de esta novela, primera de su autora. Se dan casos (o a mí me ha ocurrido, en fin) en los que uno ve el título, la cubierta de un libro, y se ve irremediablemente atraído por él. (Lo que no siempre acaba en un descubrimiento grato... A mí, debo admitirlo, no me ha decepcionado esta manera de rendirme al azar. Así descubrí a Murakami Haruki, por ejemplo. He tenido suerte, ya ven.)



Y también en este caso he salido con bien de la apuesta. Las cincuenta páginas que llevo leídas me confirman lo que mi intuición me afirmaba: es una excelente novela.

Se nos habla de una Inglaterra en la que, en la primera década del siglo XIX, la magia parece haber desaparecido. Se estudia, sí, como algo del pasado, una sabiduría que jamás abandona los salones y bibliotecas de los estudiosos. Alguien se atreve a preguntar por qué ya nadie la practica, y eso lleva a la aparición de un misterioso personaje (el Mr. Norrell del título) que se declara mago practicante. Para demostrarlo, en una escena resuelta con una elegancia de estilo ejemplar, elabora un hechizo que hace hablar y moverse (vivir, en suma) a todas las estatuas de la catedral de York.

Para cuando he dejado hoy sus páginas, el relato había llevado a Mr. Norrell a un Londres que parece arrancado de las novelas de Jane Austen (hay mucho de ella, por cierto, en la prosa de Susanna Clarke: reposada, minuciosa, irónica). Ya sabemos de él que ha procurado, en el pasado, eliminar a cualquier otro posible practicante de la magia, de manera que sea él el único mago vivo de toda Inglaterra. Ya sabemos de él que es adusto, poco amigo de las multitudes y con pocas dotes sociales. Ya sabemos que trama algo cuando pone sus poderes (como pretende hacer... o eso dice) al servicio de la Corona inglesa.

Y ya sabemos, claro, que hay otro mago en Inglaterra: su nombre aparece también en el título.


Tengo por delante algo más de setecientas páginas, aún tienen que ocurrir muchas cosas.


Por ahora, en cualquier caso, estoy encantado con mi compra... (No me cabe en ningún sitio y me voy a abrir la muñeca uno de estos días, mientras la leo en el metro... pero me gusta.)

la cama sin hacer...

Pero es domingo, qué demonio. Y he madrugado, y ha hecho frío y también calor. Y he comido una ensalada especialmente sabrosa: un aliño accidental que convendría refinar y apuntar en la lista de hay que repetir.

Y tengo el periódico a medio leer. (Excelente, hoy, la columna de Elvira Lindo, por cierto.)

Les dejo, aquí abajo, alguna sorpresa, para que luego no digan que no les digo. Y les comunico, también, que he leído las tres primeras entregas del nuevo invento de Grant Morrison para DC, Seven Soldiers. A saber, Soldiers of Victory parece un tebeo pensado para gustar a Chaykin (y, por tanto, a mí). El primer cuaderno de Shining Knight sorprende por el tono Moorcock-más-fumado-de-lo-normal. The Manhattan Guardian #1 es una historia de paranoia urbana como sólo Morrison podría idear y desarrollar.

¿El resultado? Por el momento, está todo en el aire. Da la impresión de que este hombre disfruta con estos ejercicios de malabarismo en tres pistas y sin red. Cuando vaya avanzando el año, les iré teniendo al día.


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Y sí, como les decía, mi sorpresa. No tengo aún claro cuándo verá la luz, pero les iré informando cuando sepa más.


Ahora vuelvo, no se vayan...

sábado, 16 de abril de 2005

vendrán las lluvias...

... o no. Pero el caso es que sí, esta tarde han venido las lluvias. Un ratito. Cuatro gotas, que por aquí se dice... Y un cielo gris, y un viento muy cumbres borrascosas. Y ha hecho (hace) un frío más que curioso.

Madrid.


Empieza el fin de semana. Libro nuevo, de los de esguince de muñeca, para el metro.

Y qué cabeza la mía; lo leí ayer (o quizá el miércoles... ando un poco despistado: desórdenes del sueño, o algo): La Cárcel de Papel supera el millón de visitas. (¡Un millón! Qué vértigo... Tenga cuidado, alcaide; ya sabe que un gran poder lleva consigo una gran responsabilidad... je...)


Más cosas: post escoba, como quien dice.

Sí, que hay un portal nuevo (si portal puede llamarse... es que con estas terminologías me hago un poco un lío...) que viene a recoger la actividad de los blogs y bitácoras que tienen relación con la Historieta. Tebelogs permite al navegante curioso husmear qué se cuece en la Red, quién ha dicho qué, quién mira para otro lado. O incluso quién es quién...

Una iniciativa oportuna, que se gestó (de una u otra forma) a la sombra de La Cárcel de Papel, con aportaciones de casi todo el mundo y que Nacho Dreamers ha tenido el criterio de acoger.


¿Más? Creo que no... por esta noche, al menos.

jueves, 14 de abril de 2005

de paseo

Esta mañana, sí.

Después de la clase me he acercado al Espacio Sinsentido para mirar la exposición de Leiva. La chica morena y amable, voces en la oficina, Pizzicato Five de banda sonora; y las planchas de Juana de Arco, luminosas, espectaculares. (Hay, también, una mirada cercana sobre el proceso de creación: cuadernos, bocetos, páginas de guión, apuntes...) Un placer.

Después, despacito, un paseo Barquillo abajo, hasta Cibeles; y luego, tranquilamente (y ya con la cazadora debajo del brazo, que el sol apretaba), hasta Neptuno. Parada en el VIPS: no es muy grande, pero sí lo suficiente para ver el tomo de cartoons de The New Yorker que anda por ahí de oferta... (A ver si uno de estos días...) Y otra vez acera abajo, hasta Atocha; allí empezó a soplar un viento fresco, muy agradable, que a lo largo de la tarde ha ido paseando por el cielo de Madrid un buen puñado de nubes, incluso la sombra de la tormenta.


La tarde, por cierto, ha sido larga, lenta. El ambiente se espesa en el trabajo... poco a poco, las cosas van quedando claras. Y no para bien.


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Placeres privados: Colombo. ¡En inglés! Joyas...


Mañana remataré el libro de la señora Tusquets: frescura en cada frase y unas cuantas reflexiones notables por su actualidad (pese a que se refieren a sucesos ya relegados a la memoria cultural del país, y a la personal suya).

Y a ver si este fin de semana puedo leer algunos tebeos; hay un buen puñado en lista de espera. (Hasta hoy, y desde hace casi un mes, sólo he leído el Ultimate Iron Man #1: guión de Orson Scott Card. Bien resuelto, pero apenas si ha empezado a ocurrir algo... )

miércoles, 13 de abril de 2005

contrastes

Editado con sencillez y un gusto exquisito, el libro nuevo de
Esther Tusquets se lee sin sentir, se bebe.





Se trata de un puñado de recuerdos ordenados desde la ironía y, también, desde la melancolía más lúcida. La señora Tusquets escribe como poca gente en este país puede escribir, y en estas páginas demuestra que también en este registro... confidencial, por así decir, es una de las mejores: una prosa limpia, ajustada, de apariencia coloquial pero jamás descuidada.

Son los recuerdos de su experiencia como editora en Lumen, desde el principio hasta su salida de la misma tras la absorción (¿o abducción?). Son recuerdos de esos primeros libros históricos ya, de escritores conocidos por todos (no sale bien parado Cela, pero sí Delibes o una entrañable Ana María Matute), anécdotas. Un retrato fiel, íntimo (parcial, por tanto: por eso mismo, valioso), de una época fundamental en la cultura de España.

Edita RqueR.


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Y, en televisión, se solapan (un ratito), en la autonómica, Underworld: cuánto ruido; en la 2, gracias a Garci y sus secuaces, La tumba india, una joya exótica (incluso bizarra) de Fritz Lang.

Qué les voy a contar...

lunes, 11 de abril de 2005

felicidad (o algo)

Minúscula, pasajera, un poco pueril... pero no por ello voy a dejar de compartirla aquí con ustedes. Verán, el caso es que llego hoy a casa con dos joyas que esperaba con afán: la primera temporada de Colombo (DVD, con los dos pilotos y los siete episodios originales), vicio oficial en esta casa, y una novela de tamaño familiar, Jonathan Strange & Mr. Norrell, de Susanna Clarke, de la que he leído demasiadas cosas buenas para dejarla pasar (y en una edición chulísima, de aire decimonónico...).

Bonita noche...


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Para que no todo quede en casa, permitan que les recomiende echar un vistazo a un blog amigo, el del señor Absence, que nos obsequió el otro día con un post trabajadísimo lleno de sorprendentes imágenes que a nadie dejarán indiferente: carteles polacos de películas de Godzilla. (Así dicho, a uno se le descuelga la mandíbula... Pero vean, vean...)


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Cuando compro un libro nuevo, no siempre, pero a veces sí ocurre que me paso un buen rato hojeando al azar, leyendo fragmentos aquí y allá, acariciándolo, incluso. Es una sensación... no ya mágica, no seamos previsibles; es una sensación táctil, física, sensual. Se establece una relación casi de piel a piel (de papel a piel, en este caso).

Me encanta esa sensación. (Y no es algo, por cierto, que entienda mucha gente...)

la reina Loana, otro lunes...

Enumerando: madrugón lunático, va siendo ya costumbre; aprovecho y recojo lo mínimo, desayuno y me siento en silencio para rematar la lectura de la última novela de Eco. No son las diez de la mañana cuando cierro el libro: satisfecho.

Enumerando: memoria de papel, como la mía; cientos de páginas desvaídas, mis primeras lecturas (Tom Sawyer, El otro árbol de Guernika, TBO, El Corsario de Hierro, Mortadelo), tumbado boca abajo mirando con intensidad un periódico (la tira de Fred Basset, cielos), esos diarios de adolescencia que acabaron por ser listados de compras y lecturas, descubrir a DHLawrence, a Henry Miller, a Lovecraft, a Dos Passos y a Chandler, y a Crepax o a Muñoz o a Toppi...

Enumerando: lector rendido desde la primera frase; recorro las páginas del libro disfrutando, cómplice, del juego intelectual del escritor, juego que incluso roza, en ocasiones, el exceso: autocomplaciente. De repente, estalla la emoción, toda la última parte de la novela se lee en un suspiro y es una pura alegría de narrar, y se trasciende el álbum de recortes para hacer literatura. O vida. (¿No es lo mismo?)


En resumen: un libro magnífico, brillante. Arriesgado; a punto, casi siempre, de caer en el ejercicio banal de lo melancólico en sepia, pero evitando el riesgo con sutileza, con inteligencia.


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Enumerando: llamada telefónica de mi amiga B, un torrente de alegría; así es ella. Su niña empieza a leer cosas más o menos elaboraditas, y se ha enganchado a Los Cinco (vía DVD, parece... o quizá sea VHS, no sé): ya todo son pasadizos secretos y aventuras.



Enumerando: lunes, sol, libro nuevo en la mochila, larga semana en ciernes...

Vermut frío antes de salir.

domingo, 10 de abril de 2005

fin de semana

Como habrán ya deducido a estas alturas, mis fines de semana comienzan, en el mejor de los casos, el sábado noche, pero se extienden hasta el lunes. (Hay domingos de trabajo, pero no conviene llorar más de la cuenta, que habrá mejor ocasión, seguro...)

Les contaría qué ha sido hoy de mí, pero lo cierto es que el día ha transcurrido como esa lenta nadería que, en el fondo, caracteriza a los domingos. Un algo de lectura, una ensalada titánica, una película inofensiva y unos segmentos con tejemanejes (Disco 2 de Los Increíbles, el DVD). Trastear en el ordenador, terminar unas cosas que deberían haberse terminado antes, curiosear otros blogs.

Queda la cena, la decisión de qué ver antes de meterme en la cama: ¿alguna de las películas que he grabado de emergencia, por si encuentro hueco para verlas algún día no vaya a ser que me gusten; uno de esos DVDs que tengo en fila de a uno, aguardando el momento de ser visionados?

Durante todo el día, eso sí, han estado sonando himnos de épica adolescente: The Jam, Weezer.



Sí, fuera hace un frío considerable.

No, aún no he enviado mi papeleta para las votaciones del Saló. A ver si acaso...

sábado, 9 de abril de 2005

luto

Fallece, a los 98 años, Dale Messick, creadora de Brenda Starr.



Nacida el 11 de abril de 1906, comenzó a publicar las aventuras de su célebre personaje en junio de 1940. Tuvo que cambiarse el nombre (nació Dalia Messick, pero las mujeres no lo tenían fácil en el campo de la Historieta tampoco), y recibió muchas críticas respecto a la visión que planteaba de la profesión periodística, más cercana al romance disparatado que a la verosimilitud, pero Brenda Starr le proporcionó fama, reconocimiento y no pocas satisfacciones. (Entre las que no se contaron la adaptación cinematográfica protagonizada por Brooke Shields, filmada en 1986 y estrenada en 1992...)




Entre tanto entierro mediático, la noticia pasará, sin duda, desapercibida. La dejo aquí, por si a alguien le interesa...

escollos...

Pues sí, resulta que anoche no pude dejarles aquí el texto con noticias que les improvisé. Problemas blogger. (Aún más, esta mañana tampoco he podido hacer nada...)

Para mi sorpresa, el post que no pude subir lo he recuperado hace escasos minutos. Doble (o triple, con lo de Auladell de aquí abajo) actualización, pues. Gran noche. (Noche, sí: es viernes aún, no se dejen engañar por las apariencias...)


Les contaba ayer de dos libros. Uno ya está comentado (pero no leído: hojeado). El otro, el de la Tusquets, lo he estado curioseando un buen rato... y me apetece mucho ponerme con él.

Les contaba, también, de presentaciones varias... Imagino que habrán ido bien todas...

¿Algo más que decir? Bueno, podría añadir que las cosas se van animando, si me permiten el eufemismo, en el trabajo. La calma precede a la tempestad, y la que se avecina promete ser de las que no pasan desapercibidas. Y larga, además.

O podría comentar que el frío amaga con su regreso por aquí... (Que hace fresco, vamos; y más que va a hacer, parece.)


Pero la cosa podría resumirse, en fin, con un discreto recordatorio: tengo sueño. A ver si acaso mañana...

un hallazgo

Texto sedoso de Martín Garzo e imágenes poderosas,
de aliento velazqueño, del gran Auladell.



En principio, habrá futura edición en formato grande y bonito. Por el momento, me conformo con la de bolsillo. Les aconsejo que lo busquen en sus librerías de guardia: es un buen adelanto del Quijote que se nos avecina. (Sí, hablo de Lanza en astillero... y hasta aquí puedo leer. Tendrán más noticias en poco tiempo.)

La cosa está en torno a los siete euros: no tienen ninguna excusa.

jueves, 7 de abril de 2005

ensalada

De noticias (o algo, que a estas alturas ya todo el mundo se habrá enterado donde uno se entera de estas cosas, claro...).

Primero, que Planeta y DC, en fin. Era previsible. A ver cómo hacen, y qué hacen. (Visto el poco cuidado con que editan sus productos japoneses, vistas las pifias de Rip Kirby... veremos cuánto tarda en decaer el entusiasmo múltiple que asola los foros digitales... y llámenme agorero, si quieren.)

Luego, que Ponent Mon anuncia la próxima publicación de la segunda entrega de La época de Botchan, afortunadamente: hacen falta muchos tebeos como este.

Además, hoy he comprado un par de libritos que son ya en sí mismos (y por razones distintas) auténticas joyas. Uno, con texto de Martín Garzo, tiene ilustraciones del gran Pablo Auladell. El otro, de Esther Tusquets, cuenta su experiencia como editora a lo largo de más de tres décadas. De ambos les hablaré en pocos días, en cuanto que los examine despacito y encuentre un momento para escanear las cubiertas.

Que se presentaba hoy el libro nuevo de Pablo G. Callejo en Madrid Cómics, y la exposición de Leiva en el Espacio Sinsentido. (Yo, tan poco social como de costumbre, no he acudido a ninguno de los eventos... pero la expo no me la pierdo: la semana próxima me acercaré y ya les cuento.)

(Además, mañana firmará Valenzuela ejemplares de su Extramuros. En Madrid Cómics, de nuevo. Por la tarde, imagino que a eso de las siete o las ocho...)


Y vale ya, que hay más sitios donde informarse puntualmente.


¿El día? No fue malo... La clase, ya saben. Curiosear en la FNAC luego, trabajar...

(A la novela de Eco le queda ya poco... y se me acumulan los candidatos para sustituirla...)

noche cerrada

O algo.

Excelente, el capítulo de anoche de Urgencias. Pese a que el loco con el tanque estuvo a punto de echar abajo el verismo de la serie... (Algo que ya ocurrió cuando le tiraron a Romano un helicóptero encima, para matarlo. Hay arrebatos desquiciados que, eso sí, pasan desapercibidos gracias a la solidez de los guiones y a la férrea construcción de personajes.)


Hojeando Tokyo es mi jardín, uno percibe una frescura envidiable en sus páginas... Boilet casi casi hace magia... A ver si me hago con él y lo leo despacio.



Y el difunto Santo Padre, en sus panegíricos, cada vez se parece más a algún personaje de la Marvel. (De Starlin, como poco... por lo cósmico.)

Empiezo a estar muy harto.



Por lo demás... deberes de inglés y a la camita, que mañana toca madrugar...

miércoles, 6 de abril de 2005

entre mis papeles...

Para entretener el día, y porque la cubierta es bonita (como el resto: un diseño impecable de Bartual). Los textos son casi todos míos. Echó una mano Peio Hernández. Búsquenlo.


nublado

Así está hoy el día, parece. A pesar de que esta mañana amaneció azul...

¿Paraguas? Qué sé yo... Ni pizca de ganas, la verdad.


Que uno se levanta a veces más cansado que cuando se metió en la cama. O más desganado.

O que hay días que cuesta trabajo hasta abrir la ventana.


O no sé.


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El día promete ser espeso, en fin...

martes, 5 de abril de 2005

sufragios

Bueno, pues ayer encontré en el buzón la papeleta para la segunda ronda de votaciones de los premios del Saló. Para mi oprobio: se me pasó el plazo de votar en la primera ronda... (Ya saben, uno lo deja ahí, con los otros papeles, y piensa que el fin de semana, si acaso, pero ni hablar, y los días pasan, el papel sepulta al papel y... se hacen una idea, ¿verdad?)

Miro los nominados y algún pasmo sí me provocan aquí o allá. ¿Blankets? ¿Valenzuela? ¡¿Carlos Giménez?!


Vayamos por partes. Mejor obra de fuera... me encantó Los combates cotidianos, me gustó mucho Píldoras azules... pero es evidente que el premio va a ser para Ware. Hay muchas razones para que se lo lleve... y algunas de ellas tienen mucho que ver con la Historieta. Del autor revelación habría mucho que discutir... empezando por la definición misma del galardón. (No se me olvida que, en su momento, se lo dieron a Joaquín López Cruces, que tenía ya una carrera considerable a sus espaldas...) Pero, en fin, qué puedo decir... Raquel Alzate está muy tierna todavía, y su libro con Durán es muy flojo. Kenny Ruiz la acompaña en la bisoñez. Dado que Jali no podrá ganar el premio a la mejor obra, parece de recibo que se le considere revelación este año... aunque sólo sea porque su libro con Astiberri es colosal.

Guión. ¿Los profesionales? No, en serio... ¿cuánta gente ha votado por ese álbum? Y Valenzuela, El vecino... Creo que no tengo candidato. (¿Por qué no está aquí Jali?)

Mejor obra del año 2004. Para mí no hay duda: Juana de Arco, de Andrés G. Leiva. El vecino no me interesa, lo de Prado no lo acabo de ver, Pl*xi*gls es arrebatador, pero juega en otra liga (todos juegan en segunda, de hecho, si se comparan con Leiva). Y con Valenzuela admito mi derrota: no consigo entrar en su mundo, no lo entiendo. Posiblemente me esté perdiendo algo, pero ya lo he intentado un par de veces, con toda mi buena voluntad, y no he podido.

Juana de Arco, ya les digo.

En cuanto a revista (Mister K) o fanzine (Fanzine Enfermo, diría yo... o quizá ¡Qué suerte!), pues eso, lo dicho...



Sólo me queda rellenar las casillas, decidirme por el guión y mandarlo por correo. (Que me gusta mucho lo del sobre, el sello, el buzón...)


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Por lo demás, mañana más que aprovechada: inglés, incursión veloz en librerías para hacerme con un Previews y alguna cosita en francés. Otro día les cuento.


Ha hecho un sol de justicia, ¿saben?

lunes, 4 de abril de 2005

monday...

Mañana gris, pies fríos. Bonita manera de empezar la semana...

Hoy recuperaré un poco el ritmo, supongo: miraré en mis librerías de guardia, a ver qué ha ido saliendo estos días.

Me plantearé mejor mis ritmos de trabajo: tengo ya clarito que no funciono bien a ratitos, tengo que ponerme delante del ordenador, o de los papeles, con muchas horas por delante. Así soy yo: haraganeo un poco, me levanto, voy a la cocina y miro por la ventana, vuelvo para leer en voz alta lo que he escrito, me siento, corrijo (o no), avanzo, vuelvo a levantarme, un vasito de agua, hojeo sin ver un tebeo, el periódico, cambio la música, voy acelerando despacito hasta que, poco a poco, van acumulándose frases y la cosa toma forma... Tiempo, nada de una hora por la mañana, hora y media de noche, juntar trocitos escritos en el trabajo... Así puede uno resolver una reseñita, folio y pico, pero no algo más largo, no un texto que quiera ser coherente y sólido.

Ordenarse un poco el día, los días. (Ojalá fuera tan fácil como escribirlo aquí...)

domingo, 3 de abril de 2005

Igual no lo conocen...

Un pequeño regalito con sabor wolvertoniano, por así decir...



En efecto, esto aparece en Prisoners of love. Concretamente, en el CD de rarezas (A smattering of outtakes and rarities).

(Por supuesto, estas bobadas las hago para demostrar que ya me manejo mucho mejor con la cosa de las imágenes, y puedo escribir ahí arriba y continuar acá... A mis años y jugando a mamá mira lo que hago, ya ven...)

I´m back!

Después del fin de semana intenso, después de las lluvias y los vientos, después de la invasión funeraria en los medios (porque, vamos a ver... ¿a qué viene la retransmisión casi al minuto de una larga agonía, a qué vienen despliegues informativos de decenas de páginas, permanentes conexiones en directo para ver llorar a las masas? A este respecto, hay en el blog de Arcadi Espada -pinchen aquí al lado, a su derecha, más abajo, sí- hoy una reflexión muy interesante; en torno al luto, pero sobre todo en torno al periodismo de ayer y de hoy).

Cansado, con sueño atrasado.

Pero aquí estoy ya, más o menos entero.



¿Novedades? Que no me duele la cabeza hoy (fue ayer: cosa de dormir poco y mal, ay...), que hace ahora muy buena tarde. Que en un ratito abriré una lata de cerveza fresquita, si no les molesta...

Bueno, sí, hay más. Que compré algunos DVDs de oferta en la FNAC: Hunter (Michael Mann, ya saben; todo llega) y la trilogía de Regreso al futuro, un pack impresionante con cinco horas (o más) de material extra que quién sabe cuándo tendré tiempo (y ganas) de ver... Compré también el Prisoners of love de Yo La Tengo: tres CDs (uno de ellos, lleno de cosas raritas, está sonando ahora mismo en mi casa: una joya).

Y que vi las dos entregas (esta semana sí) de Urgencias... que me sigue pareciendo una serie espeluznantemente buena.


Y que aumento la lista de enlaces ahí al lado, en la columna (insisto) de su derecha. (Uno de estos días, pronto, les contaré los que frecuento más a menudo...)

Les dejo, ahora...