Y parece que no haya durado nada...
Ha sido una mañana soleada, de las que apetece pasear.
Y una tarde tranquila, con lavadora y lectura, con algo de tiempo para curiosear en la Red.
Y, en medio, una sobremesa con Angel, cuya quinta temporada estoy disfrutando poquito a poquito. (Sin ir más lejos, les dejo una imagen de uno de los episodios que hoy he visto... Memorable, por cierto.)
Mañana toca una visita matinal al banco para hacer unas gestiones, y quizá me dé tiempo a ir a comprar después. Luego, de vuelta al trabajo.
Poco más les cuento, por ahora...
(Bueno, sí: anoche vi, por puro accidente no exento de curiosidad, un poquito del telediario de Sánchez Dragó. Y no puedo. Parece un muñeco, el hombre. Y el dirigismo político sigue ahí, diga él lo que diga... No es para mí, en fin.)
4 comentarios:
¡Que va! No es dirigismo, es afición. Yo había oído pestes sobre él y no lo entendía, hasta que le entrevistaron en el programa de Eva "H"...: de pena. En mi vida he oído tantas sandeces y tan extremistas de nadie que presentara un telediario (tampoco los veo mucho últimamente, diré para equilibrar el "carma"). Parece un eco del gobierno (ni siquiera del PSOE, sólo de los gobernantes). Y lo peor de todo es que me gustaba CUATRO, pero cada vez noto más la alargada sombra del poder en todo lo que hacen.
Esta mañana lo comentaba: cada vez oigo menos radio, sólo mi mp3, y veo menos la tele...
Mmmm... Bueno, sí, en Cuatro no es conveniente ver los telediarios, que casi casi parecen escritos desde la moncloa... pero Sánchez Dragó está en telemadrid, y el dirigismo del que hablaba yo viene del otro lado: Esperanza Aguirre, para más señas. (Bueno, su gente.)
Curiosamente, los telediarios que más razonables me están pareciendo de un tiempo a esta parte son los de la 1...
hace años leí esta definición: Sanchez Dragó sólo es un ególatra que se cree Sanchez Dragó.
y lo dice todo :)
¡Ahhh, sí! Perdón: pensaba en Gabilondo. A Drago lo encuentro un poco redicho, pero no veo nada de él, así que no opinaré más. Me reitero: perdón por la confusión. Culpa mía.
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