Fuera brilla el sol, pero hay nubes de vientre negro sobrevolándonos. Paraguas a mano también hoy.
Los zapatos azules están ya deformados, hinchados y empapados, poco se puede hacer para recuperarlos.
El lunes nevó y llovió como si lo fueran a prohibir, y la conjunción geométrica de un charco y la llanta de un coche con prisa me pusieron de agua hasta arriba justo antes del aperitivo. El martes, ayer, amaneció lloviendo y no lo dejó en todo el día: paseo húmedo después de comer y pies helados hasta la hora de acostarse.
Hoy vuelvo al trabajo y ya veo por la ventana que el sol se ha ido en el tiempo que he tardado en teclear, está oscura la calle, la tarde se presenta otra vez bíblica.
Los zapatos azules están ya deformados, hinchados y empapados, poco se puede hacer para recuperarlos.
El lunes nevó y llovió como si lo fueran a prohibir, y la conjunción geométrica de un charco y la llanta de un coche con prisa me pusieron de agua hasta arriba justo antes del aperitivo. El martes, ayer, amaneció lloviendo y no lo dejó en todo el día: paseo húmedo después de comer y pies helados hasta la hora de acostarse.
Hoy vuelvo al trabajo y ya veo por la ventana que el sol se ha ido en el tiempo que he tardado en teclear, está oscura la calle, la tarde se presenta otra vez bíblica.
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