Interesante, la columna de hoy de Escolar. De lo que habla es ejemplo perfecto de cómo una parte (no pequeña, por cierto) del país sigue considerando los asuntos que tengan que ver con el sexo. Por no hablar de la mujer.
(Aquí vendría al caso volver a señalar eso tan habitual en los últimos años: mujeres que aclaran, con su punto de escándalo, que ellas son reivindicativas y están por la igualdad, no faltaba más... pero nada de feminismos. Que los debe cargar el diablo. Como si ser feminista fuera algo intrínsecamente nocivo o qué sé yo... Actitud que no deja de hacer el caldo gordo a esa caverna que todavía hace sus risas cuando se habla de ministras, de clítoris o de excursiones a Cuba. O puede que no venga al caso, no sé... pero a mí me llama la atención y me gusta comentarlo de cuando en cuando.)
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