jueves, 30 de septiembre de 2010

breviario madrugador


En fin, lo de siempre. Unos, que la cosa fue de fábula. Los otros, que regular. Los de siempre (incluído Díaz-Ferrán, ese prohombre ejemplar que sigue representando a nuestros empresarios), que un fracaso estrepitoso para sindicatos y gobierno (y si unos convocaron la huelga contra el otro, a mí no me sale que puedan perder ambos, pero igual es que de deporte de competición no entiendo...).

Y a mí, qué quieren, me parece que no debió de ir tan mal como dicen los últimos, ni tan regular como dicen los otros. Ni tan bien, claro, como dicen los sindicatos. Yo creo que sí se demostró que la reforma y, en general, las políticas económicas del gobierno no gustan. Esas mismas que ya se ha demostrado que no crean empleo, y que ya se ha dicho por activa y por pasiva (y lo han dicho los mismos que las han forzado) que van a ralentizar el crecimiento económico.

Qué sé yo... Algo no va. (Eso sí, quien piense que los problemas se solucionan acabando con los sindicatos y dejando las manos libres a los Díaz-Ferrán, que son los que crean riqueza, ja y ja... )

1 comentario:

AnnieChristian dijo...

Ha sido "divertido" ver la palabra normalidad en titulares acompañados de fotos de jaleo. Lo de esta huelga da para lecturas psicotrópicas.

Los que han perdido y muy claramente, han sido los medios de comunicación. No me apeteció leer ni escuchar nada porque sabía de antemano lo que iba a leer. El descrédito me parece ya definitivo.