lunes, 2 de mayo de 2011

un lugar equivocado



Dos cosas me han venido a la cabeza mientras leía Un lugar equivocado. La primera, el trabajo de Javier de Juan, con el que Brecht Evens comparte aquí algunas soluciones gráficas (lo que no significa que tengan nada que ver el uno con el otro, ni en intención ni en resultados). La segunda, la serie Queer as folk, en la que también hay un personaje carismático alrededor del cual orbitan todos los demás y en la que, además, se describe también una discoteca como centro de un universo nocturno en el que refugiarse de la realidad cotidiana.

Por lo demás, el libro de Brecht Evens (Premio de la Audacia este año en Angoulême, y editado con su habitual exquisitez por Sinsentido) es deslumbrante en muchos sentidos. Lo es por el grafismo brutal, por la libertad de su puesta en página, por la habilidad con que se desarrolla el hilo argumental, por ese retrato coral que sabe detenerse en cada personaje lo suficiente para caracterizarlo y hacerlo reconocible. Por la exuberancia con que refleja ambientes nocturnos que rozan lo mágico y la elegancia con que sabe recurrir, cuando es necesario, a lo esencial, al plano sostenido para una conversación que acaba siendo monólogo y casi confesión, al teatro de sombras.


La lectura de Un lugar equivocado es deslumbrante, sí, y deja también un poso de melancolía: se habla de las cosas con que soñábamos cuando aún teníamos tiempo para soñar, y se habla de lo pronto que esos sueños quedan atrás, de la facilidad con que desaparecen y son sustituidos por la urgencia del día a día y la próxima entrevista de trabajo.

No se lo pierdan: es ya uno de los libros de este año, háganme caso.

1 comentario:

FHNavarro dijo...

Le haré caso. El libro me deslumbró en lo gráfico, pero tenía mis dudas con respecto al guión. Tras su crítica, y alguna otra más escueta que he leído, creo que me terminaré animar y lo compraré.

Un saludo