martes, 7 de febrero de 2012

Buenos días.

Se ha muerto Antoni Tàpies, que fue (y es) el paradigma de la ruptura entre creación artística y gran público. Ya saben, eso de mirar un cuadro/intervención/instalación y tener la sensación de que a uno le están tomando el pelo.

Hay cosas de su larga carrera que me gustaron y me interesaron. Otras muchas, sencillamente, no las entiendo. (Y para mí, ahí hay un problema: comunicar. O no comunicar. Eso.)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no tiene porqué comunicar el cuadro/instalación/escultura en el momento, con solo mirarla. Creo que el artista no tiene esa obligación. Muchas veces es necesario antes de ir a ver una exposición, informarse del pretexto al que se ciñe el artista, o el proceso en su trabajo que le ha llevado ahí. La obra en sí no puede explicar todo eso.
Pero bueno, también hay que decir que hoy en día en el arte hay muchos que se suben al mismo carro, por que sí. Y una duda, ¿el arte es para todos?
Porque no entiendo que mucha gente se niega a opinar de ciencias o matemáticas porque de eso no entiende o no estudió en su día, pero del arte todo el mundo puede opinar.
Menudo texto te he dejado que igual no venía a cuento, pero bueno, es un debate interminable.

Enhorabuena por el blog.

Alfred dijo...

Pues hombre, si el arte quiere ser Arte, así, con mayúsculas, y no un jueguecito de salón para cuatro snobs aburridos... sí, debe ser para todos.

Y además se mueve en terrenos mucho más relacionados con la subjetividad que las ciencias, por lo que no acabo de entender la comparación de aquí el amigo, entre estos dos campos.

Pero bueno, como bien ha dicho él, este es un debate interminable, que probablemente nunca se resolverá.

El Fan Nº1 dijo...

para mi el problema es arte o espanto y este señor me da que fue la segunda

Anónimo dijo...

y para ti qué es arte? algo figurativo? entonces un pintor puede tener como pretexto para pintar un cuadro, una silla, o un zapato... algo que podamos reconocer físicamente, pero si el pretexto es algo intangible, como los sueños, la soledad, la melancolía... ya no es arte? el problema es no querer ver más allá. Y no defiendo todo el arte abstracto, porque hay mucha porquería al igual que en el figurativo más realista y el cómic o lo que sea. Pero no es justo que se meta todo en el mismo saco. Al igual que no es justo que se diga que todo el cómic es para niños o friki.

fcnaranjo dijo...

la discusión sería inacabable, pero la pregunta me parece interesante: ¿debe ser el arte para todos, tiene obligación el artista de ser transparente?

no lo sé, lo cierto es que tengo mis dudas...

Anónimo dijo...

El artista debe ser transparente si prefiere que le entiendan. Yo creo que debe ser transparente, en sus reflexiones, entrevistas... pero en su obra final, no tiene la obligación de reflejarlo todo, sería imposible.
Es una putada que haya tanto elítismo en este mundo porque la mayoría de los que salen por ahí actualmente pertenecen a un circuito cerrado donde lo más importante es tener amigos críticos, políticos y adinerados. El arte está prostituido. Pero siguen habiendo artistas de verdad que trabajan de lo que sea para malvivir y seguir pintando porque realmente lo siente. Y pintura abstracta, oigan, que no hay que siempre pensar que el abstracto pertenece al snobismo.

javi dijo...

A mi Tapies me parece bastante trasparente... tal como yo lo veo, claro. Lo primigenio y por ahí... que está muy bien. En una sociedad de objetos perfectos, que algo recuerde al barro primordial está bien...

El problema, a mi juicio es otro, y es común a todo el arte moderno: la repetición de fórmulas, una vez que el artista se ha consagrado, para satisfacer la hiperproducción que el mercado demanda. Si Tapies no te gusta, visto un Tapies vistos todos, o casi. Incluso si te gusta, uno se cansa de la aplicación formularia, en la que sólo cambia la materia sobre la que el artista deja su marca de fábrica formal.

Pero eso puede pasar también con, por ejemplo, Alphonse Mucha y los valores de línea y color plano, el cual resulta del gusto de un público más amplio...



Luego si el arte debe ser todos los públicos o no... yo creo que debe haber de todo, y que si lo que se crea se debiese limitar al nivel de comprensión y atención de un niño de 5 años... nosotros protestariamos. Pediriamos más. No que no haya obras para los niños, sino que las haya también para nosotros, que podemos comprender más... Entonces, ahora tirando para arriba, ¿deberíamos censurar -de palabra, se entiende- aquello que no (o aún no) fuesemos capaces de comprender a qué alude para poder dilucidar con criterio si se trata de la obra de un farsante, de un tipo que ve más allá pero quizá no es todo lo hábil en la expresión que debería, un administrador de hallazgos pasados, o un genio que juega en otra liga? La respuesta parece obvia, como es obvio que si uno considera que sí, que puede hacer esa dilucidación, opine, claro...